❝gorgona❞|| kookv

capítulo veintiseis

Taehyung se tumbó en la cama con un suspiro de alivio. Le dolía el cuerpo por el largo día. Los dedos de los pies se le doblaron de placer. Las sábanas eran suaves. El colchón se inclinaba para acomodar su cuerpo. Era una sensación celestial. Sus labios se curvaron en una sonrisa. Una mano subió por su muslo. De repente, tenía las piernas desnudas.

"¿Quieres que te ayude a relajarte?" Jungkook ronroneó flotando sobre Taehyung. Separó los muslos besados por el sol y se acomodó cómodamente entre ellos. "¿Como la última vez?", preguntó besando el pecho de Taehyung. El omega sólo asintió. Gimió bajo las dulces caricias. Sus largos dedos se enroscaron en el pelo de Jungkook.

"Se siente bien", murmuró Taehyung. Sus ojos se cerraron. El fuego se acumuló en su entrepierna. Se tensó sintiendo el dulce preludio de la liberación. Casi había llegado. Estaba a su alcance. De repente, la lengua aterciopelada se desvaneció. Jungkook levantó la vista de entre los muslos lascivamente separados de Taehyung. Taehyung quería y necesitaba más.

El sueño se desvaneció.

"Despierta", Jungkook sacudió suavemente el hombro de Taehyung. "La cena está lista", añadió suavemente. "¿Te encuentras bien?", añadió con preocupación. Puso la mano sobre la frente de Taehyung. El omega no tenía fiebre, aunque lo parecía. "Estabas lloriqueando", explicó apartándose.

"Pesadilla", gimió Taehyung antes de girarse para esconder la cara en la almohada. Respiró hondo. El sueño había sido vívido, demasiado. "Ya voy", añadió al darse cuenta de que Jungkook seguía de pie junto a la cama.

La cena había sido un momento tranquilo. Taehyung comió con gusto. Jungkook tampoco hablaba mucho, aunque sonreía cada vez que sus miradas se encontraban.

"Cuando era más joven, solía tener pesadillas cada vez que dormía en otra cama que no fuera la mía", aportó Jungkook una vez que se acomodaron para pasar la noche. "O no dormía en absoluto", añadió mirando hacia la cama. No veía mucho, sólo el borde. Taehyung dormía en la esquina más alejada, junto a la pared. "Si tienes otra pesadilla, puedes despertarme", le ofreció con una sonrisa discreta.

Taehyung se sonrojó, "gracias", susurró. Sentía la cara demasiado caliente. Recordó el sueño. Le rondaba por la cabeza desde la tarde. La proximidad con Jungkook no ayudaba. El olor del alfa estaba por todas partes. La cabaña era pequeña. No había una habitación donde Taehyung pudiera refugiarse. "Lo mismo para ti", añadió después de un momento. Casi pudo oír la sonrisa de Jungkook. Se imaginó al alfa tumbado junto a la cama. "¿Desde cuándo vienes aquí?", preguntó con curiosidad. Necesitaba pensar en otra cosa que no fuera la tentadora boca de Jungkook o su único recuerdo robado.

"Lo compré cuando tenía veinte años", dijo Jungkook intentando recordar el momento exacto. "Vengo aquí a menudo, sobre todo cuando me agobio en el trabajo. Eres la única persona a la que he traído aquí", dijo con cuidado.

"¿Por qué me has traído?" preguntó Taehyung comprendiendo el significado oculto. Pensó en Seojun. Seguro que no le habría gustado estar allí. La vida era demasiado simple y lejos del lujo. Para cenar, pescaron juntos. Limpiaban juntos. Hacían senderismo. Era una vida simple que Taehyung disfrutaba.

"Porque te hice daño, y si alguna vez quieres devolvérmelo, puedes usar este lugar", confesó Jungkook. Quería compartir el lugar y su significado con Taehyung. Era muy consciente del arma que había puesto en manos de Taehyung.

"¿Me estás dando los medios para hacerte daño?". Taehyung se dio la vuelta. Miró al hombre. "Algunos te llamarían loco por ello", añadió divertido. Jungkook le sonrió. A Taehyung le preocupaba lo fácil que se había acostumbrado a aquella sonrisa. Sabía que era para él y sólo para él. Le daba miedo.

"Si eres tú quien me hace daño, no me importa. Me lo merezco", dijo Jungkook simplemente.

"No te haré daño", dijo Taehyung apoyando la cabeza en la almohada. No le haría daño a Jungkook, no por venganza. Taehyung deseaba seguir adelante. "¿Quieres dormir en la cama?", preguntó al cabo de un momento. Miró al alfa una vez más.

"¿Quieres que lo haga?" preguntó Jungkook. Su corazón dio un vuelco. No intentaría nada. Tumbarse junto a Taehyung sería suficiente.

"No lo sé", admitió Taehyung. Volvió a acercarse a la pared. "Pero, si no me gusta, te lo diré", dijo. Ya no sabía lo que hacía. Decidió escuchar a su corazón, aunque su mente se opusiera con vehemencia.

Jungkook se incorporó y miró a Taehyung. Dejó el saco de dormir en el suelo y se subió con cuidado a la cama. Sus movimientos fueron lentos y cuidadosos, como si Taehyung fuera a asustarse. Cuando por fin apoyó la cabeza en la almohada, Taehyung se acercó. El omega apoyó la cabeza en el pecho de Jungkook.

"Sólo por esta noche", susurró Taehyung. "Es algo que quería hacer antes de divorciarnos", carraspeó. Recordó los largos sueños que tenía cuando era más joven; su vida marital imaginaria; la forma en que se imaginaba durmiendo junto a Jungkook cada noche. Se lo contó todo a Jungkook. Las palabras salieron de su boca sin previo aviso. Taehyung se sintió agotado al final de todo. El peso se desplazó. Descansaba pesadamente sobre los hombros de Jungkook cuando Taehyung finalmente se durmió.