PRÓLOGO

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«Eva, son las 2:15 de la mañana. Acabo de terminar de trabajar, tengo que coger la moto para volver a casa y acabas de provocarme un infarto. ¿Lo sabes no? ¡¿Quieres que me mate?! Déjame llegar a casa y ver si, en el camino, consigo procesar lo que acabas de decirme, ¿vale?».

Diez minutos después: «Pero, vamos a ver, ¿cómo voy a decirte otra cosa que no sea: ACEPTO EN MAYÚSCULAS?"».

Más o menos esta fue la reacción al recibir la petición para que hoy estés leyendo este prólogo escrito por mí. Puedes estar tranquilo/a, no tuve un accidente y mi corazón sigue en su sitio. Pero ese día casi me da bien fuerte. ¡Algo así no ocurre muy a menudo, siendo sinceros!

Probablemente mucho/as os estaréis preguntando quién soy. Pues bien, no soy más que un tipo al que le gusta mucho leer y que un día decidió que estaría bien comentar con los demás qué le parecen sus lecturas. De ahí surgieron muchas cosas, entre ellas, esta oportunidad. He conocido a muchísima gente a la que ya considero amigo/a, autores/as que no conocía y libros de los que jamás había oído hablar. Y se me han abierto puertas como, por ejemplo, escribir esto que estás leyendo ahora mismo.

Conozco a Eva desde el día en que vi la promoción de su última novela (de ese momento), justo la primera parte de esta que tienes entre tus manos: Brooklyn. Como decía la canción: «Me enamoré». Esa portada y ese título me llegaron dentro. Y no sabría explicar cómo, simplemente sucedió. Quiénes me conocen un poco, saben que este tipo de novelas se salen de mi zona de confort (como suelo decir en las reseñas que hago). Realmente, la novela romántica nunca había sido mi estilo. Además, creo que he leído tan pocas que podrían contarse con los dedos de una mano. Tras dicho libro, han venido los demás que ha escrito. Entre ellos, la maravilla Tú, yo, Las Vegas y un millón de pavos. Así como su primera saga: «Loca Seducción», con la que me añadió a su ejército de «Lokura». Y, por supuesto, vendrán más, pues esta mujer que estás a punto de leer ya me tiene como su fan número uno.

Y aquí me tienes, haciendo este prólogo, nervioso como un niño que empieza el colegio y con una emoción rebosante por lo que significa para mí este mundo de las letras.

¿Qué vas a encontrarte en esta segunda parte de la bilogía «Skyline»? Pues, como puedes imaginar, no puedo decírtelo. No porque no quiera, sino porque tampoco lo sé. Efectivamente, yo voy a conocer esta historia al mismo tiempo que tú. Y eso la hace aún más especial, ya que escribo este pequeño prólogo a ciegas, sin adulterar, sin opiniones ya formadas y a la aventura total. Sabiendo que estoy al 1000 % seguro que la historia que vamos a encontrar aquí dentro, como mínimo, te va a provocar dos cosas. La primera: conociendo el nombre de la protagonista y sabiendo un poco cómo es tras haber leído la anterior parte de la bilogía, estoy seguro de que vamos a reírnos en muchas ocasiones con las ocurrencias de esta chica. Y segundo: conociendo casi todas las historias de Eva, vamos a sumergirnos en un torbellino de emociones donde seguro que no faltarán sentimientos a flor de piel, posibles nudos de garganta de la emoción y altas dosis de calor (esto último ya puedes imaginar el porqué).

Estamos a punto de entrar en la vida de la que creo que ha sido uno de los personajes que más me han gustado. Y estoy convencido de que Curly Evans (que ya os aclaro que es mía y solo mía), os va a enamorar al menos tanto como lo hizo conmigo.

Como ya he dicho, esta es la primera vez que hago una cosa así y, sinceramente, no sé si lo estaré haciendo bien (espero que sí). Pero necesito, antes de cerrar este primer prólogo, dar las gracias a Eva por ofrecerme este tremendo honor. Solo espero que lo que he escrito aquí sirva para que alimente tus ganas de empezar lo antes posible con esta historia. Y que, al acabar, recuerdes mis palabras y digas: «¡Pues este tipo tenía razón!».

Solo una advertencia antes de marcharme y dejarte leyendo. Si ya conocías a la autora, esto no va a sonarte nuevo. Pero si no es así: ¡agárrate, coge palomitas y disfruta! Y ten en cuenta que, probablemente, con toda seguridad, quieras leer todo lo que ha escrito. Quedáis avisados.

Con todo mi cariño, el mayor de los respetos y el incontable agradecimiento de todo mi ser,

Christian Pérez (@surfeandolibro)

NEW YORK. Skyline, 2 (cada jueves a las 21h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora