Enséñeme Baji-san

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       Chifuyu se dirigía a la tienda para comprar algunas cosas que su mamá le había pedido para la cena. Ya había pasado una semana desde el día que vio a Baji pelear y no dejaba  de pensar en eso. No había hablado con él desde ese día, casi nunca lo veía y cuando lo hacía él estaba ocupado haciendo otra cosa o ligando con alguien. Chifuyu se sorprendió, sabía que Baji era así pero no  penó que estuviera con tantas personas. 

     Estaba parado en la acera esperando que el semáforo cambiara de color para  así poder avanzar. No estaba prestando atención a su alrededor hasta que sintió una mirada sobre él, miró a los lados y no había nadie, fue hasta que miró hacía al frente y lo vió. Del otro lado de la acera estaba uno de sus antiguos compañeros, Chifuyu se acordaba perfectamente de él, solía molestarlo junto con su grupito.  Lo estaba viendo con una sonrisa en su cara.

     Chifuyu no supo que hacer solo salió corriendo de regreso a su casa. En ese momento se odió a si mismo. Odiaba ser tan débil. Odiaba ser un cobarde.  Se detuvo en el parque que estaba cerca de su casa.  No podía regresar, su mamá le preguntaría y 'él no sabría que contestar. Estaba pensando que hacer, cuando sintió que alguien le tocaba el hombro. 

      —oye tranquilo soy yo  —Era la voz de Baji—  Te vi corriendo. Enserio corres muy rápido no has pensado en ser un atleta —Estaba bromeando pero se calló al ver el rostro de Chifuyu. Su rostro era de pánico puro, el sudor resbalaba por su rostro y se estaba hiperventilando—. Te ves terrible  ¿Qué te pasó? 

       Chifuyu no contestó, estaba tratando de recuperar el aliento y de calmarse. Le hizo una seña para que esperara. Baji no dijo nada más, solo esperó a que Chifuyu se recompusiera.

      —Estoy bien no te preocupes —Dijo cuando por fin logró calmarse—. Es que había un perro y me dan miedo, eso es todo  —No era bueno mintiendo pero esperaba que Baji se lo pudiera creer. 

     —¿enserio le tienes miedo a los perros? —Baji estaba sonriendo.

     —Soy más de gatos —movió la mano restándole importancia. Ya estaba más calmado y pudo notar que Baji llevaba su uniforme de la ToMan—. ¿Va a ir con su pandilla? 

     —Si, hay una reunión y al parecer es muy importante 

     —Genial.

       Chifuyu no sabía que más decir y al parecer Baji tampoco, se quedaron en un incomodo silencio los dos. Después de unos segundos Baji decidió romperlo.

    —Y bueno ¿Tu que vas a hacer? 

    —Yo iba a... —Y en ese momento Chifuyu se acordó a donde iba en primer lugar. Su mamá debía de estar furiosa—. Baji-san ¿Podría pedirle algo?

     —Depende  de qué se trata. 

    —¿podría llevarme a la tienda? Es que ese perro podría seguir ahí.


     Esta era la segunda vez que viajaba en la moto de Baji. Era algo reconfortante sentir el aire golpear tu cara, podía entender porque a Baji le gustaba esto. Baji debe sentirse libre mientras anda por la ciudad con su moto, probablemente  sienta lo mismo que él sentía al patinar.

      En cuanto llegaron a la tienda Chifuyu se bajó de la moto y Baji lo siguió.  Entraron los dos juntos a la tienda, Chifuyu fue por lo que le habían encargado y Baji fue a comprar unos dulces. 

       Cuando encontró todo lo que buscaba se le acercó Baji con el ceño fruncido.

     —Puedes creer que no tienen Dorayakis. Mikey me va a matar.

    —¿Mikey? —Preguntó Chifuyu 

    —Mikey los ama, quería unos para que me perdonara por llegar tarde a la reunión —dijo molesto. 

        Chifuyu sintió la culpa. Si Baji se metía en problemas iba a ser su culpa, todo por ser un cobarde. 

     —Lo siento mucho —bajó la cabeza, se sentía mal—. Habias dicho que era importante. Todo por mi tonto miedo. 

     —No es tonto, todos le tienen miedo a algo. Mira a Takemichi  siempre que nos enfrentamos a una pandilla tiembla de miedo pero siempre sigue de pie  —Miró de reojo a Chifuyu— Y apuesto a que era un perro grande así que déjate de idioteces, no es la primera vez que Mikey me regaña. 

      —Si, era un perro grande que daba miedo—murmuro— Baji-san ¿Podría enseñarme a pelear? —Alzó la mirada, se le veía muy emocionado ante la idea. 

      Baji lo miró sorprendido, no se esperaba que le pidiera eso. Lo miró esperando que dijera que eso había sido una broma pero no dijo nada más. Suspiró, no quería ser grosero con Chifuyu, le agradaba pero no sabía si podría enseñarle. 

     —Lo siento no puedo. Con la escuela y la pandilla apenas y tengo tiempo 

     — Creí que había dicho que eramos amigos, los amigos se ayudan  —Chifuyu le miraba esperanzado . 

     —si lo sé  pero no puedo —se volteó a verlo—. De por si me va mal en la escuela, estoy muy ocupado con la pandilla, Kazutora me está volviendo loco y si te enseño sería peor.

     —El otro día lo vi pelear, enserio me impresionó mucho. Me gustaría pelear como usted. Te propongo que si tu me enseñas a pelear yo te ayudo a estudiar.  Podemos estudiar todos los días después de la escuela o cuando usted pueda. 

      Chifuyu sonrió al ver Baji ya estaba considerando su oferta.  Sabía que no fue muy justo sobornarlo pero no le había dejado otra opción, él enserio quería aprender a pelear. Necesitaba defenderse.

      —¿Y bien? —Preguntó Chifuyu con una sonrisa en el rostro pues ya sabía que Baji terminaría aceptando. 

      —Esta bien pero sería el fin de semana. Y sobre las clases que sean después de la escuela en mi departamento y por favor deja de llamarme de usted, me hace sentir viejo. 

       Chifuyu sonrió satisfecho. Jaló a Baji del brazo y le llevó al mostrador para pagar las cosas.

       Al salir el aire fresco les pegó en el rostro. No había muchas personas ya en las calles, todo estaba tranquilo.

      —Vamos —Se subió Baji  a la moto y se le quedó viendo a Chifuyu 

      —Yo me iré caminando. ve a tu  reunión — Chifuyu no esperaba que Baji se ofreciera llevarlo de regreso. Miró a Baji, ahí en la moto con el aire golpeando su cabello, lucía bien, podía entender porque las chicas saldrían con él aunque sea por una noche. En cuanto eso cruzó  su mente se sonrojó— Ya no está el perro así que puedo ir solo —dijo en un intento de ignorar su pensamiento anterior.

     Le sonrió tratando de demostrar que todo estaba bien. Baji asintió y encendió la moto, Chifuyu se quedó ahí parado viendo a Baji alejarse, comenzó a caminar cuando ya no pudo ver su moto. 

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