Dori nunca imagino enamorarse tan perdidamente de aquella chica con la que había coincidido solo un par de veces. ¿Pero que podía hacer? Su linda sonrisa acompañada de seguridad lo había conquistado.
Dori Sakurada x OC
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El silencio durante el camino ya es una costumbre, ni uno suele dirigirse la palabra más de lo necesario. Aunque esta vez es diferente, Dori quiere hablar, aclarar un par de cosas, pero le da miedo la reacción de su padre ante las preguntas que quería hacerle.
Pasa su lengua suavemente sobre sus labios ante el nerviosismo, pero esta se detiene a un costado, justo donde recordaba haber visto aquel aro en los labios de la chica. No puede evitar sonreír ante la imagen de esta en su mente, recordaba a la perfección la forma tan fluida y autoritaria con la que ella había hablado frente a todos, claro, también recordaba ese pequeño tartamudeó que incluyo. Simplemente era hermosa.
Quería volver a verla.
A decir verdad, esa no era la primera vez que la veía, él la había visto varías veces antes en la primera fila de sus presentaciones, y aunque sabía que no era así, siempre quiso que fuese para verlo a él, pero claro, nunca habían cruzado palabras, por lo que era imposible que ella lo notara, hasta el día de hoy. Hoy había sido un buen día.
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—¡Dori! ¡Concéntrate! —Su profesor de actuación lo regaño ante su falta de atención.
Un suspiro molesto sale de sus labios mientras toma su cabello y gira en dirección a la puerta. Llevaba un par de días sin poder concentrarse, faltaban tan solo tres más para que tuvieran que presentar la obra frente a todos pero por su estúpida culpa no habían logrado avanzar mucho.
