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Los caballeros atlantes que formaban la expedición junto a HoSeok y TaeHyung llegaron a la zona y se quedaron sorprendidos al ver un híbrido de tiburón. La especie era conocida por muy pocos, pero era fácil de identificar por sus distintivas aletas, enorme tamaño y comportamiento salvaje. Debido a eso, los tritones rodearon a sus príncipes con escudos, alzaron sus lanzas y flechas contra YoonGi, reconociendo que era un peligro para la sangre real.

—Alto.— ordenó JiMin, colocándose frente a su pareja para evitar cualquier posible daño, y los caballeros obedecieron titubeantes, aunque siguieron alertas de sus movimientos.

—¿JiMin?— cuestionó HoSeok con preocupación, quien no entendía lo que hacía o por qué, debería estar huyendo del tiburón y no defendiéndolo.

—Es difícil de explicar.— respondió JiMin ansioso, sintiendo a YoonGi abrazarlo por la cintura desde atrás y ese acto lo hizo sonrojar —En pocas palabras somos destinados y sabes lo que eso conlleva.— intento explicar.

JungKook se sintió ofendido y herido, no se supone que esto fuera así, pero había algunas soluciones para que JiMin volviera a ser suyo. No pretendía dejar que su mejor amigo y prometido se quedara junto a un depredador, nunca.

HoSeok jadeo por la información y sus nervios, preocupación y pensamientos fueron hacia TaeHyung por medio de su lazo. Su esposo le tomó la mano y la apretó suavemente para reconfortarlo. Luego, ambos miraron en dirección a JungKook porque era obvio que esto rompía el acuerdo con el reino antártico.

—JungKook...— llamo TaeHyung, preocupado, igual o más que HoSeok.

—Debemos llevar al príncipe JiMin de regreso, el rey DongWook sabrá que hacer.— comentó JungKook con tono neutral para no demostrar su ira.

—Está bien, habrá algún arreglo para esto.— aseguró HoSeok, acercándose a su hermano para abrazarlo, pues estaba muy angustiado con su desaparición.

YoonGi no conocía al otro tritón, por lo que le gruñó y atrajo contra sí a JiMin, fue un movimiento instintivo para protegerlo de los que consideró desconocidos. No obstante, su comportamiento era visto como salvaje y grosero, sobre todo, al hacerlo contra el futuro rey atlante y los caballeros actuaron sin importar que JiMin les hubiera pedido antes que no lo hicieran.

Ante todo, HoSeok era mayor a JiMin, tanto en edad como estatus, así que su protección estaba sobre lo que el príncipe menor les ordenara.

—Les dije que se detuvieran.— repitió JiMin amenazante, sus ojos con un destello azul y una onda brotando de su cuerpo, lo que los alejó de ellos sin llegar a herirlos.

HoSeok sabía lo que eso significaba, que su hermano no mentía y estaba protegiendo a su pareja usando el don de Poseidón, una señal de pertenencia. Sin intención de provocar una pelea, tuvo que ordenarle a los caballeros con una seña que se retiraran y también se alejó de JiMin, por el bien de todos.

—Iremos a casa.

JiMin asintió —Gracias.— fue lo único que les dijo, su cuerpo se destensó y los ojos volvieron a su color natural.

YoonGi pudo percibir el dolor a través de su lazo y giró con delicadeza a JiMin para tenerlo frente a frente. Pegó sus rostros y revisó cuidadosamente su expresión para ver como estaba. Antes lograba entender un poco por qué el lenguaje no era tan complicado de comprender, aunque hablarlo sí que lo era.

JiMin agradeció haber confirmado su unión porque de otra manera no se entenderían, aun si YoonGi no lo decía, ya podía descifrar lo que hacía. Es por eso que le sonrió, acarició su escamosa mejilla y delineó la cicatriz en su ojo.

𝓑𝓲𝓽𝓮 𝓵𝓸𝓿𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora