JiMin es el príncipe tritón menor del reino atlántico, un día mientras salía a jugar es capturado por una embarcación pirata y es llevado rumbo a las aguas del índico. El mar atiende el llamado del rey y las olas se levantan tan alto que el barco es...
Tras el llamado, DongWook reunió a sus caballeros para ir en búsqueda de su hijo menor y estaba por avisar a su pueblo que saldría a los otros océanos. Antes de poder hacerlo, el príncipe JungKook apareció y pidió su permiso para liderar la misión, pues se enteró de lo sucedido con JiMin y nadó desde el antártico.
El rey atlante no tuvo problema, pues era un buen amigo y el prometido de su hijo, por eso entendía que quizás se sentía de alguna manera responsable. También HoSeok creyó conveniente acompañarlo, ya que su padre preferiblemente no debía dejar el reino y TaeHyung no dudó en unirse a ellos.
Todo estaría listo para salir el día siguiente y tratarán de buscar indicios en el mar sobre JiMin, pedir información a los animales marinos o híbridos que encontrasen en el camino. JungKook estaba seguro que de esa forma darían más rápido con su prometido y tanto HoSeok como TaeHyung admiraban su fortaleza y capacidad para llevar a cabo la expedición.
Mientras tanto, YoonGi despertaba en su cueva marina y al percatarse de su ausencia intentó cambiar de forma para salir a buscarlo, pero su cuerpo estaba tan dañado que no lo logró. El musgo en sus heridas era una señal de que su pareja se preocupó por él y la esperanza lo hizo actuar, sin importar su condición, salió para encontrarlo.
Sabía de antemano que la zona era problemática y por eso hubiese preferido ir en su forma animal, así nadie lo dañaría ni a su tritón. No obstante, las posibilidades de que su pareja estuviera en un peligro no le daba el tiempo.
JiMin para ese momento se encontraba perdido en las turbias aguas, buscando los restos del barco pirata que lo había secuestrado. Primero pensaba recuperar su collar y corona, así no estaría tan a la deriva y se podría defender mejor.
Al no saber dónde estaba, desconocía que rutas tomar y en vez de dar con su objetivo, terminó en una zona de bombas marinas que tenían años colocadas. Nunca había visto nada parecido y estaba muy curioso por esos objetos redondos, negros y extraños, pero por seguridad intento no tocarlos.
—Podría encontrarme con el híbrido de tiburón si regreso, lo mejor es que siga adelante.— opinó, debatiéndose entre volver o continuar por esa ruta.
JiMin pasó esa zona con mucha lentitud y eso iba dejando un ligero rastro de su esencia, ya que sus heridas no estaban sanadas por completo. El aroma de la sangre despertó a cierta especie marina que yacía oculta en las frondosas algas.
Las pirañas eran animales furtivos que siempre estaban en grupo y se quedaban al acecho de sus víctimas para atacar cuando estuvieran más vulnerables. Carecen de racionamiento, debido a eso es que era imposible hablar con ellas y alejarse en paz, todo mundo sabía que se tenía que huir en cuanto las vieras.
Pero JiMin ni siquiera se daba cuenta de que estaban bajo su aleta, demasiado entretenido con las bombas para hacerlo. No fue hasta que salió de esa zona y diferenció que en unos metros estaban los restos del barco pirata.
En ese momento de euforia y alivio que tuvo, las pirañas se lanzaron al ataque y JiMin al escuchar el castañeo reaccionó, nadando rápidamente para salvarse. Sin embargo, esos animales eran muy veloces y estaban muy cerca de atraparlo, decidió ir hacia la estructura de madera para tratar de ocultarse o algo.
El cardumen de pirañas lo siguió y algunas intentaron morderlo con sus filosos colmillos, pero toparon con unas tablas de la estructura. Ese movimiento le dio la oportunidad a JiMin de ver la escotilla, donde lo habían encerrado días antes, y se apresuró con desesperación hacia ella.
Las pirañas se volvieron a reunir en cuestión de segundos y golpeaban entre todas la madera para romperla, así conseguir devorar a su presa. Dentro, JiMin estaba alarmado y sus manitas temblaban por miedo a ser comido brutalmente.
Se forzó a centrarse y buscó el cofre de tesoro, donde vio que los mugrosos piratas lanzaron sus joyas. Había muchas cosas desordenadas, restos de los cuerpos y sabía que la escotilla de madera húmeda no aguantaría demasiado.
—Vamos, vamos, por favor, aparece.— imploro impaciente, moviendo todos los objetos hasta que finalmente dio con el dichoso cofre y el cual para su mala suerte estaba cerrado con candado —No, debe haber algo aquí para abrirlo.
JiMin tenía el conocimiento de la llave, recuerda haberla visto en el cuello del capitán y con asco tuvo que revisar los cuerpos para encontrarla. En ese instante el sonido de una grieta en la madera lo hizo estremecer y observó como había un montón de pirañas agrupándose para quitarla a mordidas.
Su cuerpo se congeló y se dio cuenta de que no lo lograría, cerró los ojos con resignación a su muerte y trató de poner su mente en blanco para evitar el dolor que sufriría. Estando en el trance de su interior, percibió el lazo que lo unía con el híbrido de tiburón e hizo algo que no había hecho antes, revisarlo.
Las emociones y sentimientos de YoonGi estaban allí, pero JiMin se negó a darles lugar y por eso no las había sentido. Ahora podía verlas y el hecho de que ese insensible animal era su destinado lo sacudió, eso explicaba muchas cosas.
La marca en su cuello comenzó a arder y sintió dolor, las lágrimas con forma de perla brotaron de sus ojos, pero esta vez en color celeste por su tristeza. Supuso que las pirañas ya estaban comiéndolo, por eso sufría, aunque no estaba ni remotamente cerca de ser la realidad.
—¡Tritón!— gruño YoonGi y su ronca voz sacudió las aguas.
JiMin abrió los ojos y con incredulidad volteo hacia todos lados, pero seguía dentro de la escotilla y vivo. El cardumen de pirañas se había rendido con él porque habían sentido el aroma de otra sangre más intensa y abundante.
YoonGi lo encontró siguiendo sus rastros en el agua y al ver que estaba en riesgo, recurrió a su propia existencia para atraer a las que él denominaba "carroñeras". Obviamente, los animales le dieron preferencia porque estaba sangrando mucho más que el tritón y comenzaron a morderlo.
JiMin podía ver la escena con puro terror y entonces presenció la transformación forzada del tiburón blanco, que se veía más pequeño de lo normal. Aprovecho de eso para seguir buscando la llave, debía ayudar al híbrido o se lo comerían completo y vivo, era una muerte que nadie merecía, ni siquiera quien había osado de marcarlo sin consentimiento.
El tiburón blanco abrió el hocico y lanzó varias mordidas desordenadas para defenderse, pero eran demasiadas pirañas y muy pequeñas, se le complicaba demasiado. YoonGi estaba en sus sentidos, a la par de su animal, y por eso actuó con más prudencia, alejándose del barco pirata lo más posible y así llevarse las carroñeras con él para que no lastimaran a su pareja, aunque muriera en el acto.
"D-de verdad, lo... s-siento" hablo la voz de YoonGi en la cabeza de JiMin.
Ambos pudieron darse cuenta de que lograron conectarse, ya que el tritón había confirmado la veracidad del lazo y el tiburón sonrió alegremente por ello. Sin importar que perdiera su vida, pudo tener la fortuna de sentir a su pareja unos segundos y eso lo impulsaba a protegerlo.
"No te despidas, yo... te ayudaré, solo necesito..." respondió JiMin sin poder controlarse por el pesar de perderlo.
Dejó de buscar la llave y hubo algo instintivo encendiéndose en su pecho, sus ojos verdes cambiaron a azules y actúo sin pensar. Fue hacia el cofre y utilizó su cola para golpearlo reiteradas veces, hasta que logró hacerlo añicos.
"Voy por ti" aviso JiMin, colocándose la corona de esmeralda y el collar de zafiro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.