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El océano índico había sido limpiado tal como se acordó, la construcción del castillo para YoonGi y JiMin se llevó alrededor de dos años, por lo que tuvieron el tiempo suficiente para conocerse más a fondo. Para este momento, el híbrido de tiburón blanco ya podía mantener una conversación sin problemas y el tritón fue quien se había encargado de enseñarle mientras viajaba a los otros reinos.

El recorrido del pacífico, ártico y antártico fue más que nada para que su relación fuera reconocida por sus hermanos y los súbditos de cada pueblo, incluso los más pequeños entre los arrecifes en medio de cada reino. Era bien sabido que los híbridos como YoonGi podían transformarse y muchos temían que al volverse completamente tiburón blanco se descontroló por su lado depredador y atacará a JiMin. Sin embargo, en muchos sitios ya se había demostrado que no lo haría ni siquiera con los desconocidos porque estaba en sintonía con su lado animal marino.

La toxina que los humanos habían vaciado en el mar índico no lo había afectado, lo que se sabía de esa enfermedad era que impedía a los depredadores mantener la cordura y se volvían salvajes, aun con sus seres queridos. Por eso es que en su tiempo tuvieron que ser eliminados, más no fue un hecho de gloria ni que valiera la pena recordar, fue una tragedia en su máxima expresión.

YoonGi ayudó en la construcción del castillo, declarando que tenía la capacidad de poner de su parte para crear un hogar digno para JiMin y sus futuros hijos, los cuales aún no existían porque no se había casado todavía. No es que no quisieran, sino que mantenían la idea de conocerse lo suficiente ahora que podían hablar cómodamente, conociendo todo del otro para que el suceso de la marca no fuera tan brutal.

JiMin estaba encantado de escucharlo hablar, se fue enamorando lentamente y YoonGi no se quedaba atrás, por lo que a pesar de ya estar unidos, le pidió matrimonio con un anillo hermoso. La primera vez que se conocieron el triton había llorado y dejo caer perlas de color negro, lo que significaba irá, pero fueron las primeras que se desarrollaron en su historia de amor. Tenían mayor valor que cualquier otra, ya que el híbrido de tiburón blanco las había guardado durante todo este tiempo e incluso hizo el anillo el mismo con oro.

YoonGi fue aceptado con fervor y al tener su reino de vuelta, lo primero que hizo fue preparar la boda, todo en grande para su hermoso tritón. JiMin no necesitaba nada elegante ni extravagante, pero le dio rienda suelta a su pareja porque era hermoso verlo sonreír.

Después de la ceremonia y la unión frente a todos los invitados, YoonGi se convirtió en tiburón blanco y JiMin se subió en su espalda para tomar sus aletas e irse hacia su habitación, donde tendrán su noche de bodas. Ambos estaban ansiosos por lo que podría pasar, pues las veces que se besaban dejaron de ser tan castas con el paso de los meses y la tensión junto a la atracción, los volvían intensos.

YoonGi en la privacidad de su recámara volvió a su forma mitad y mitad, JiMin no tardó en abalanzarse contra él sobre la cama de algas, desesperado por tocarlo íntimamente. El híbrido de tiburón blanco lo envolvió con un brazo por la cintura mientras reía y el tritón se avergonzó por lo descarado que probablemente se veía por su emoción.

—YoonGi no te burles.— pidió JiMin en un lindo puchero.

—Lo siento, es solo que todo ha sido tan precioso desde que te mordí.

—Sigo teniendo marcas en mi cola de esa vez.— bufo por el comentario de su pareja.

YoonGi asintió algo cabizbajo —Y siempre te pediré disculpas por ello, solo intentaba alejarte de la explosión que tuvo el barco pirata, pero mi animal interior no sabía que fueras tan delicado.

—No soy delicado.— negó JiMin con exasperación.

YoonGi utilizó uno de sus largos dedos para acariciarle la espalda y el tritón se removió ante la sensación, dejando en claro que si era delicado y sensible. Además, esta era su noche, estaba bien molestarse un poco entre ellos y jugar sin la pena de que alguien más estuviera observándolos. Muchos seguían sin creer que fuesen compatibles, ya que el tiburón podía ser algo aterrador.

JiMin se dejó hacer, gimiendo suavemente por lo placentero que era ser tocado y dejó salir un pequeño gritito cuando YoonGi descendió hacia su trasero, acariciando las escamas. Los dos se miraban con deseo, tanto tiempo acumulado y ahora por fin podrían unirse en uno.

YoonGi se encargó de mordisquearle los hombros, dejando besitos y arrastrando sus colmillos, aunque sin llegar a lastimarle. JiMin no quiso quedarse atrás, así que usó sus manitas para separar las aletas pélvicas de la cola del tiburón y acariciarlas sobre el bulto.

—No pretendo olvidar jamás esta noche.— declaró YoonGi en un gruñido gutural.

—Yo tampoco.— concordó JiMin, sintiendo el par de penes asomándose para él.

Incluso el propio tritón ya tenía el suyo fuera de las escamas, mostrándose sensualmente para su esposo y YoonGi lo alzó para poder meterlo en su boca. Estaba succionando y lamiendo ese tentáculo tan sensible, insertando sus dedos en el hoyo para fecundarlo.

JiMin estaba deshaciéndose en gritos de placer, llorando lágrimas blancas, significado de su excitación y pureza. Sentir al tiburón masturbándolo lo estaba volviendo loco y de pronto hubo una ausencia de toques que lo hizo mover las caderas, cosa que su pareja buscaba que hiciera.

YoonGi al ver que recibía bien dos de sus dígitos lo volvió a acomodar, poniéndolo encima de las algas y el musgo para que estuviese cómodo. Se alzó para mostrar sus dos claspers (penes) y tomó las manos de JiMin sobre las suyas para darse un poco de cariño. Demostrarle a su tritón que lo tenía tan jodidamente duro y necesitado, que necesitaba tanto entrar en su interior ya o se volvería loco.

JiMin asintió —Te amo tanto, mi tiburoncín. -- confesó JiMin con ternura.

YoonGi se rió ligeramente por el sobrenombre y lo besó, introduciendo su lengua en la boca del contrario para saborearlo completamente. No se separaron hasta que se sintieron satisfechos, cuando sus bocas se tornaron rojas y ambos goteaban pre semen.

Finalmente, JiMin abrió su hoyo con sus propias manos para mostrarse sumiso ante su pareja y YoonGi tomó ambos penes para introducirlos en su interior lentamente. Una vez estando completamente dentro, se mantuvo quieto para que las paredes se almoldarán, ya que el par era demasiado para su pequeño tritón.

—Te amo tanto, mi pececito.— se burló el tiburón, acariciando los cabellos rojizos del tritón.

JiMin siguió desbordando perlas blancas de sus ojos y sonrió, el dolor era tan placentero y enloquecedor que movió sus caderas revestidas de escamas. YoonGi comenzó las estocadas con suavidad, pero pronto se volvieron enérgicas por la apasionada lujuria de ver a su pareja pedir por más.

En cuestión de minutos, ambos se encontraban casi en el límite y el hoyo de JiMin se estrechó aún más, por lo que el par de penes fueron presionados por las paredes, succionándolo. YoonGi gruño, se alzó para morderle el cuello como aquella vez en la cueva y se corrió en su interior, dejando varios huevos para ser fecundados con su semen a lo largo de un año entero para que nacieran.

JiMin se aferró a su torso mientras sentía su estómago hincharse con cada uno de ellos y se imaginó lo hermosos que serían sus hijos, quizás tiburones blancos como su padre o tritones/sirenas como él. Lo más importante de aquí en adelante es que mantuvieran relaciones continuamente para que sus pequeños nacieran saludables y YoonGi se encargaría del bienestar de ellos y ahora su reino.

 Lo más importante de aquí en adelante es que mantuvieran relaciones continuamente para que sus pequeños nacieran saludables y YoonGi se encargaría del bienestar de ellos y ahora su reino

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Este es el final de esta historia, realmente lamento que me llevara tanto tiempo, pero por cuestiones de mi salud no podía actualizar como quisiera. Realmente espero que la hayan disfrutado, muchas gracias por leerme y apoyarme, mis galletitas

𝓑𝓲𝓽𝓮 𝓵𝓸𝓿𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora