5- The crown is useless if you're not coming back home with me

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"Aemond y Lucerys son aliados en la arena de los Juegos del Hambre.Aemond hizo una promesa de proteger a Lucerys en la arena.Ahora debe prometer que ganará por ambos."

Día 5 de la week: AU favorito.

Crossover con Hunger Games, referenciando la muerte de Rue.

Aemond quería insultar a todo el Capitolio en plena cámara.

Todo aquello le parecía una broma de muy mal gusto por parte del destino.

Se había ofrecido como tributo voluntario, había dado la mejor de las actuaciones a las cámaras y se había esforzado para obtener una buena calificación en el entrenamiento, para que le permitiera conseguir buenos patrocinadores. Eso, y sin mencionar que era un tributo profesional, entrenado desde que tenía memoria para aquel evento.

Él lo tenía todo para ganar, o, cómo había decidido, proteger a Lucerys y asegurarse de que volviera a casa en su lugar.

Su sobrino era también un profesional entrenado como él, pero aún le faltaba un largo camino para estar listo para los Juegos. Había sido elegido pronto, demasiado pronto. La única razón por la que Luke estaba allí era porque el canalla que había sido seleccionado para ofrecerse como voluntario en su lugar, había salido corriendo de su deber. Y Jacaerys ya había cumplido la edad límite para participar, si no, todos sabían que con gusto se habría ofrecido en lugar de su hermano menor. No viendo otra salida, Aemond se ofreció voluntario para acompañar a su amado a los Juegos. Sabía que solo uno podía regresar, y ese tenía que ser Luke.

El inmundo Tributo de Marcaderiva había sido entrenado por Vaemond Velaryon, específicamente para ir tras Lucerys en la arena.

Y el muy hijo de puta lo había conseguido.

Aemond y Lucerys habían tendido una trampa para atraer a algún tributo desesperado por comida o suministros, quedaban cada vez menos personas en la arena, y querían reducir el número un poco más.

Habían conseguido matar a uno de los de Marcaderiva con su idea; pero el que quedaba había llegado en el momento justo para dar pelea.

Aemond no lo pensó dos veces y en cuanto lo vió, con la velocidad de una bestia saltó sobre él para cortar su cuello con una daga; aunque no lo suficientemente rápido. En una fracción de segundo, con un hábil movimiento, el tributo enemigo había logrado su cometido antes de caer de rodillas y ahogarse en su propia sangre.

Había acertado la lanza en el abdomen de Lucerys.

Aemond corrió y se arrodilló junto a él. Este se acomodó como pudo en su regazo y lo tomó de la mano.

-Tío... Lo lamento, yo...

-Basta, ni sigas, estarás bien... -Aemond hacía lo que podía con sus manos y chaqueta para intentar detener la hemorragia de Luke, pero era en vano. La tela rápidamente se empapaba de sangre oscura que brotaba a borbotones. Ambos sabían que Luke no lo lograría.

-Tío...-La expresión de dolor de su sobrino le partió el alma en mil pedazos. -¿Puedes... ¿Puedes cantarme?

Era una petición extraña para la situación, pero asumió que su sobrino quería paz en sus últimos momentos, luchar era en vano.

-Si...- Aemond apartó el cabello del rostro de Lucerys y observó aquellos hermosos ojos que habían iluminado hasta el peor de sus días, ahora apagándose lentamente. Comenzó a cantar la canción que sabía era la favorita de Luke desde que eran niños.

"En lo más profundo del prado, allí, bajo el sauce,

hay un lecho de hierba, una almohada verde suave;

recuéstate en ella, cierra los ojos sin miedo

y, cuando los abras, el sol estará en el cielo."

Aemond observaba el pecho de Luke moverse cada vez más lento mientras cantaba.

"Este sol te protege y te da calor,

las margaritas te cuidan y te dan amor,

tus sueños son dulces y se harán realidad

y mi amor por ti aquí perdurará."

Sintió el leve apretón en la mano que le dió su sobrino.

"En lo más profundo del prado, bien oculta,

hay una capa de hojas, un rayo de luna.

Olvida tus penas y calma tu alma,

pues por la mañana todo estará en calma."

-Aemond, tú...-La voz del menor salía apenas audible. -Tu tienes... que ganar.

-Ganaré por tí, por nosotros. Te amo Luke. - Fueron las palabras de Aemon antes de que el agarre en la mano de su sobrino se aflojara; y se oyera el cañón que indicaba el fin de la vida de su compañero.

Aemond se incorporó al sentir el ruido del aerodeslizador que venía a llevarse a Lucerys, su Lucerys.

Miró directo a dónde sabía que había una cámara entre los árboles, como si pudiera ver directo a la cara del mentor de Marcaderiva, e hizo un promesa silenciosa que se reflejó en su rostro.

Cumpliría la promesa de Luke. Cazaría a los tributos restantes uno por uno, y ganaría.

Usaría la corona de vencedor por los dos, regresaría a casa, y luego iría a buscar a Vaemond él mismo y cobraría venganza.

Ganaría, si, pero Aemond jamás abandonaría la arena. Él murió allí cuando Lucerys lo hizo.

 Él murió allí cuando Lucerys lo hizo

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