Preludio
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KAWAAKARI
"El río que resplandece en la oscuridad"
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"... Y EL MUNDO OLVIDÓ A TODAS AQUELLAS CRIATURAS QUE LE HABÍAN DADO FORMA".
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Había una condenada belleza en el acto primitivo de la posesión. Probablemente InuYasha no encontraría nada que lo hiciese sentir más vivo que cuando doblegaba la voluntad de un ser inferior en capacidad, fortaleza mental y espiritual, hasta que se convertía en su marioneta y, entonces, poseía su voluntad y tomaba de aquel ser hasta la última gota de fuerza vital, liberando así al mundo de ese parásito. No obstante, estaba descubriendo que había algo mucho más placentero y que lamentablemente para él lo estaba depredando; el deseo por ella.
Sentir el tacto de sus piernas desnudas en las yemas de los dedos le resultaba embriagador. Podía notar la forma en que el vello de la espalda se le erizaba, desde la zona de la última vertebra hasta la nuca, y se sentía como un animal preparado para defenderse. Su sexo pugnaba bajo el pantalón, en tanto ella mantenía la mirada baja tal y cómo se lo había indicado, y obedecía, porque al amo jamás se le refutaba.
La había deseado desde que la vio al cruzar aquella calle atestada del olor viciado de los humanos. Sus pasos fueron como ligeros y cortos toques sobre la calle adoquinada, dejando que los tacones de las botas repiquetearan con levedad, dando al bullicio que los rodeaba un sonido. Su pelo, oscuro y ondulado, resultaba inusual e hipnotizante; algo que lo tomó por sorpresa. Sin embargo lo que realmente lo golpeó con la violencia de un muzaraki, y para lo que sus largos años de vida no lo habían preparado, fueron sus ojos cuando él le susurró al aire para que ella lo mirara.
Incluso ahora, que le había pedido que no buscara observarlo y se mantuviese así, la tentación de perderse en los ojos castaños y llenos de profundas ideas, era tan poderosa como su ansia por poseerla. En el pecho se le proclamaban mil taikos, anunciando que perdería la cordura si la atraía al mundo en que él habitaba. Así que InuYasha se limitaba a tocar la piel y respirar sobre el cuello que se extendía para él como una ofrenda que podía tomar cuando quisiese. No sabía lo mucho que podía doler la autocontención, porque nunca había querido contenerse antes.
Un concepto inusual apareció en su mente; amor.
El amor le resultaba una motivación extraña, carente de interés, proclive en los seres débiles que necesitan de alguien más para sostener su vida. InuYasha siempre había vivido solo, desde que sus parajes eran los bosques, hasta ahora que dominaba la oscuridad de una ciudad moderna. Aun así, se descubrió pensando ese concepto en medio del desasosiego de la mujer que tenía bajo el cuerpo. No era extraño para él no poder dar un valor a algo que nunca había experimentado. Metió la mano por entre las piernas de ella y la sintió temblar en el momento en que tanteó con las yemas de los dedos la humedad de la entrada. Se descubrió queriendo saber si sería virgen, habitualmente eso le daba igual; sin embargo ahora ese hecho parecía importar lo suficiente para ocupar un pensamiento.
La tocó por entre los pliegues exteriores, sabiendo dónde presionar para que a ella se le tensaran los nervios de placer. La escuchó suspirar en anhelo y el propio le vibró en el vientre. Intentó esconder un gruñido que aun así se escuchó reverberar en su pecho. Le tomó la cara con una mano y se la giró para que lo observara, no obstante ella batía las pestañas esforzándose por no ceder la mirada y, maldita sea, obedecer.
Había una condenada belleza en el acto primitivo de la posesión. InuYasha estaba descubriendo que había algo mucho más placentero y que lamentablemente para él lo estaba depredando; el deseo por ella.
—Mírame, Kagome.
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N/A
Esta idea comenzó con las imágenes de Len recreando a Drácula. Sin embargo, sentía que InuYasha tenía que poner su propio sello en ella y yo misma a través de las palabras. Ese pensamiento derivó en KAWAAKARI, aquí les dejo su comienzo.
Anyara

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KAWAAKARI
Mystery / ThrillerKAWAAKARI "El río que resplandece en la oscuridad" Una historia oscura que en medio de una época de cambios sociales explora las sombras de una sociedad y el alma de quienes la habitan. "... Y EL MUNDO OLVIDÓ A TODAS AQUELLAS CRIATURAS QUE LE HABÍA...