stupid ramdom DC

Merecer

Faltaba poco para que amaneciera en Blüdhaven. No había casi ruido, tal vez algún que otro coche pero nada más. Las calles iluminadas y las casas oscuras daban una atmósfera tranquila, era agradable a la vista, casi perfecto. Se veía hermoso desde la azotea del edificio donde estaban ambos amigos.

Nightwingh y Tara Markov, antes conocida como Terra, estaban tirados sobre el techo de un edificio de oficinas. Alto, rectangular, plano y vacío a estas horas. Perfecto para embriagarse. Ambos estaban en silencio, solo viendo el cielo, descansando luego de haber bailado y cantando la canción completa de "Story of My Life" de One Direction. La alegre atmósfera entre ambos se había esfumado en parte, ambos suponiendo que eran los efectos secundarios de la borrachera. 

— ¿sabes...? A Wally no le gusta que me emborrache — contó con voz pesada el azabache. No volteo a verla.

— ¿la zanahoria? ¿Y a ese que le importa? — la rubia tampoco aparto la mirada del cielo, se escuchaba cansada.

— ¡no en el mal sentido! A veces vamos a beber, tomamos una o dos latas en la cena de vez en cuando, pero... pero ¿este punto de ebragesidad? No le gusta nada, casi nunca permite que llegue a tanto, nunca le gustó —

Quedaron en silencio por unos minutos. Ambos pensando en las palabras.

— te quiere mucho, también te cuida, es lindo —

El hombre tarareo en afirmación. Luego siguió el silencio, luego todo se hizo más pesado... y luego, Dick río.

— ¿que es tan gracioso? — volteo la cabeza para verlo, algo en esa risa no le había gustado.

— es que tienes razón, Wally es atento, cariñoso, cuidadoso, bonito, inteligente, se preocupa por mi y... — ahí fue cuando volteo la cabeza hacia su amiga, ambos azules conectaron. — me ama... y no merezco su amor, yo- ... yo no merezco ser amado Tara, pero el me ama —

Algunas lágrimas bajaron por las mejillas bronceadas.

— tengo novio — dijo ella, al ver la mirada confundía del otro se explicó mejor. — es un chico que conocí en un bar, hablamos algunas veces, tuvimos una cita y ahora somos ¡oficialmente! Novios, y el es divino, digo, es sexy, sabe mucho sobre matemáticas, cocina una lasagaña de santa mierda, y-y-y me ama, me cuida y me respeta... ¡me ama, cuida y respeta, Dick!, ¡a alguien como yo!, ¡¿puedes creerlo?! — sus ojos estaban abiertos de sobre manera, mirando fijos la cara contraria.

— wow... ¡felicidades por ti Tata! — le sonrio, y luego volteo su cuerpo para quedar frente a ella. Su acción fue imitada. — ¿se siente raro, no? — pregunto en un murmullo.

La sonrisa triste que le regalo la chica le confirmo que ambos sentían lo mismo en ese momento. Ambos sentían esa horrible presión en su pecho, ambos tenían ganas de llorar, se sentían confundidos y, lo peor de todo, indignos de esto.

— gente como nosotros no merece ser amada — dijo, notando como el azul oscuro comenzaba a ser remplazado por naranja.

Un nuevo y malo sentimiento se instalo en ambos.

— no, no la verdad — estuvo de acuerdo. — pero aun así tu te quedaste conmigo, y yo me quedé contigo. Ambos terminamos juntando las piezas rotas del otro y, en lugar de intentar volver a pegarlas igual como hacen todos, creamos algo nuevo. Sigue roto, pero es hermoso —

— wow... eso fue MUY poético —

— si, el alcohol me pone poética — ambos rieron ante eso.

Dick frunció el ceño y después de unos segundos se sentó de golpe, sentando a Tara con el. Ambos quedaron frente al amanecer en Blüd.

— no merecemos nada — comenzó el, sintiendo un peso en su hombro. — pero aún así tenemos a personas que se preocupan por nosotros, que nos cuidan y nos aman... se siente lindo ser amado...—

— si, la verdad si... —

Ambos se quedaron ahí en silencio, manos juntas y cabeza en hombro. Disfrutando el amanecer, porque bueno, si, estaban rotos. Si, estaban seguros de no merecer amor. Pero estaban juntos. Tenían amor. Y eso los hizo un poco felices.

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Actualmente son las 00:39 en mi país, y me estaba quedando dormida cuando se me vino esta idea de conversación entre ellos (que nació de una historia nada que ver de Ao3) y no me podía dormir y arriesgarme a olvidarmela. Así que aquí estamos, dos cosas rotas que aún así son amadas. Con esto me despido, ¡Bou fuera!