15. Papeleo.

87 14 2
                                    


Hyuga Tenten

Pasadas dos semanas del cumpleaños de padre, Neji ha estado extrañamente aún más atento conmigo.

Pero hace dos días se presento un problema con las ventas de una de las tiendas, y eso provoco un distanciamiento de él para atender el problema en lugar de padre.
Justo en está semana le surgió una propuesta que tuvo que ir atender a París, asi que no volverá hasta dentro de dos semanas más; por ello, Neji está a cargo de realizar todo lo que padre hace, asi que le corresponde resolver esté problema.

Mientras él hace trabajo extra, yo aproveche para salir con Temari, mi curiosidad fue grande y termine preguntando sobre lo que Neji me dijo.

Ella me lo confirmó. Sé que no hay manera de que se ponga de su lado, así que puedo creerle todo lo dicho, pero sigo tengo miedo de darle el Sí al Hyuga.

Tengo miedo que Ino regrese y él caiga nuevamente por ella, y claramente yo no puedo competir con ella, esa mujer está en un nivel superior al mío. Y no me refiero a un estatus social, sino a un nivel de belleza.

– Señorita, que bueno verla de nuevo.

Esa voz me hizo volver a la realidad. Había olvidado por completo que estaba comiendo en una cafetería a dos cuadras de la empresa.

– Hola. - Sonreí.

El chico Yamamoto estaba aquí, debía sonreír para no verme tan amargada. Además de que también se me olvido su nombre.

– No recuerda mi nombre, ¿verdad? - sonrió.

– La verdad, no.

Dejo escapar una pequeña risa suya antes de tomar asiento a mi lado.
Hay que admitirlo, es bastante guapo esté chico, pero también se ve que le gusta andar de picaflor por todos los jardines que se le cruzan.

– Soy Yamamoto Hotaru.

– ¡Cierto! - exclamé – Disculpa mi mala memoria.

El chico negó con la cabeza y me hizo compañía, ambos comimos y después cada uno salio del lugar y tomo su rumbo.
Es agradable, creó que lo puedo considerar más como un amigo que como un pretendiente.

– Te busco para comer juntos, y te encuentro comiendo con el chico Yamamoto.

Brinque del susto tan soló escuche su voz. No lo escuche llegar y realmente me sorprendió que me hablara detrás mío.

– Podías mandarme un mensaje. - lo mire.

Él se cruzó de brazos sin quitarme la vista de encima.

– Lo hice. Pero como siempre, no me respondes.

Saque mi celular de mi bolsa para corroborar lo que me está diciendo, y sí, me envió mensaje hace más de una hora.
El sonido de su estómago pidiendo comida, fue lo que me hizo sentir de alguna manera culpable.
Lo miré. Y él aparto la mirada de mí, pero el rubor en sus mejillas era notorio.

– Bien. - suspire.

Lo tome de la mano para llevarlo adentro del lugar que recién había salido.

– No.

Me tomo bien de la mano y freno el paso.

– ¿No qué?

– Vamos a otro lado.

Ni siquiera me dio tiempo de replicar, Neji me jalo y me abrió la puerta del coche para que subiera.
No me negué y lo deje que me llevara a donde quería comer.
No es tan lejos del trabajo a donde me llevó, y aun así no recuerdo haber visto este local.

– Vamos.

Me extendió su mano para salir del coche, baje y él cerró la puerta, pero no soltó mi mano.
Ya dentro nos llevo el mesero la carta, pidió de comer y yo también pedí algo dulce para acompañarlo.
.
.
.
.
.
.

Llegando del trabajo me bañe y acosté de inmediato, pero desperté a mitad de la noche con mucha sed.
Salí de mi habitación y noté la luz encendida de la oficina de padre.

Entré sin tocar la puerta, y ahí estaba Neji con su cabeza sobre su antebrazo, durmiendo con un lapicero en su mano.
Miré la fila de papeles que tenía en el escritorio, todo estaba en completo desorden, pero en la mesa de al lado ya tenía un tanto de papeleo en orden y dentro de carpetas.
Todas estás ya están firmadas y selladas, pero las del escritorio están en desorden y sin firmar.

No podía dejarlo así con todo esté trabajo, así que sin hacer ruido, me dispuse a ordenarle todo ese papel en orden y meterlo en las carpetas, todo para que sólo fuera cosa de firmarlo y listo.

.

Cerca de las dos de la mañana, y aún no terminaba. No me pude quedar sin leer los documentos, debía revisar que no tuvieran ningún error o incoherencia para que Neji no firmara.

Ya sólo me faltaban un par de hojas más y listo, podría regresar a dormir sin remordimiento.
Me puse de pie para escribir en un pedazo de hoja y escribirle cuál fila estaba lista para firmar, y cuál requería ser leída una vez más por ciertas incoherencias, dejándole en cada carpeta una nota más donde le especificaba la hoja y párrafo que no me parecía muy coherente.

Sentir un par de brazos rodear mi cintura me inmovilizó, después la barbilla de Neji sobre mi hombro, sintiendo su respiración muy cerca, me hizo querer desmayarme.

– ¿Qué haces?, mi linda esposa debería estar durmiendo.

Sentí mi cuerpo arder en su totalidad, esa voz ronca que tenia al despertar de su sueño, me pareció de lo más hermosa.

– Oye, no te me acerques así.

Estúpidamente fue lo primero que se me ocurrió decir, no quería que se apartara, pero tampoco quiero que note que sí me gusta.
Pero con mis palabras cause que me abrazara aún más.

– Mientras más intentes alejarme de ti, más provocas que me acerque.

– Eres muy molesto. - sonrió – Bueno, necesitó mi espacio para poder explicarte.

– Vamos Tenten, permite que esté así contigo.

Suspire. Claro que lo quiero tener así conmigo, pero me está provocando más sentimientos hacía él que me aterran.

– Bien.

Le explique lo escrito en los papeles y el orden que ya está todo, sólo es cuestión de leer y firmar.

– Gracias Tenten. Me has quitado gran trabajo de encima.

Seguido de lo dicho, Neji beso mi mejilla como si nada antes de volver a recostarse sobre mi hombro.
Mi mente quedo en blanco por unos segundos, al reaccionar me aparte de inmediato de Neji.

– Debo irme, yo tengo que, amm... Yo - tome la manija de la puerta –, adiós.

Cerré la puerta al momento de salir, no espere nada más y corrí hasta mi habitación.
Mi corazón latía bastante, parecía como si hubiese corrido una maratón.
Esto es mucho para mi débil corazón, me preocupa que un día de estos deje de latir por culpa del Hyuga de mi marido.

Pero no puedo negarlo, me encanta que me de esa atención.

Matrimonio Anhelado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora