Matrimonio Anhelado

1.- En casa de un Hyuga.

Amma Tenten, 20 años...

Exactamente hace un mes, me terminé casando con un hombre el cual conocí dos semanas antes de la boda, hombre el cual deteste desde el primer momento en que cruzamos palabras.
Este chico, quien tiene el aspecto de un hombre educado y amable, pero tan sólo empezó a hablar, resulto siendo un grosero y mal humorado que ni siquiera se aguanta el mismo.

Al principio creí que sólo era un invitado más en aquel lugar al que mis padres me habían citado pero, cuando llego la hora de cenar y presentarme con mi prometido, me lleve la gran sorpresa de que era el mismo hombre tan fastidioso que hace un momento me había encontrado, "Neji Hyuga".

De verdad está no era la manera ni el momento en que yo estaba pensando en casarme, pero si esto era para beneficio de mis padres obviamente no me iba a oponer ante ello. Aunque, con esto haya tirado mi futuro de diseñadora por la borda, pero que mas da, ahora tendré que seguir escondiendo mi talento en el diseño de modas, a pesar de ya tener cientos de ideas en un cuaderno escondido en mi actual habitación en casa de los Hyuga.

Mis padre son dueños de la más grande industria textil de Tokio, ellos y el dueño de la industria de modas más grande del país se les ocurrió unir en matrimonio a sus únicos hijos.
Los términos exactos no estoy enterada pero su punto final de cierre fuimos nosotros.
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Luego de haber quedado como marido y mujer, toda la familia de ambos se reunió en casa de los Hyuga para celebrar la unión de dos familias.
Y, durante todo el juego este que se estaba llevando a cabo, él mal humorado ese se estuvo comportando muy atento conmigo en la presencia de los invitados; pero cuando llego la hora de las despedidas, él Hyuga simplemente se dio la vuelta y subió las escaleras hasta llegar a su respectiva recámara.

Y yo, al no tener ni la menor idea de adonde ir en tan enorme casa que era desconocida para mi, solamente me quede observando a los alrededores en espera de alguna mucama que pasara por ahí para pedirle su ayuda.
Pero no paso ninguna, mejor paso mi ahora suegro, Hizashi Hyuga, quien desde el primer momento en que me conoció se porto de una gran manera conmigo, alguien que no tiene nada que ver con él fastidioso hijo que tiene.

Él, muy amablemente se disculpo por la indiferencia de su hijo conmigo y me llevo hasta donde sería mi nueva habitación, claro, sólo en el tiempo en que su hijo y yo decidiéramos por fin dormir juntos, como buen matrimonio que se supone en algún momento seremos.

Siendo sincera, luego de ya haber estado viviendo con él durante todo este tiempo, dudo mucho que algo como eso llegue a pasar; con decir que ni siquiera cuando comemos nos dirigimos la palabra, y mucho menos nos miramos, aun estando frente a frente mientras comemos en compañía de su padre.
Tan sólo termina el desayuno, Neji se va sin despedirse, directo a la empresa y nada más.

- Disculpa a mi hijo Tenten, él esta muy estresado con esto de que los Uchiha han abierto su propia empresa de modas. - hablo el hombre antes de tomar de su tasa de té.

- No sabia que ya se encontraba alguien más en el negocio.

- Abrió hace poco, pero con buenos diseños. - su frustración era bastante notoria, pero de forma educada.

- Que lastima, me gustaría poder ayudar en algo señor.

- Oh, ya deja las formalidades Tenten, tú ya eres mi hija. - claro, es común que luego de haber contraído matrimonio, los casados comiencen a llamarle a sus suegros como "padre" o "madre", pero yo no me había decidido en si debía o no llamar de ese modo al señor.

- Lo siento, padre. - respondí con una sonrisa, con lo que él me respondió del mismo modo.

Ambos conversamos durante un poco más antes de que él se fuese a la oficina junto con mi padre para continuar con el trabajo de los diseños.
Y yo, debía quedarme en casa en espera de que mi "marido " volviera del trabajo, pero quedarme aquí todo el día encerrada como prisionera, se me hace todo un martirio. Por ello, mejor me he ofrecido en acompañar a las mucamas a hacer las compras o incluso a ayudarlas a cocinar, aunque me digan que no debo ayudar a la servidumbre por el hecho de ser la señora de aquella casa.

Pero como nadie más esta en casa, me permiten acompañarlas. Asi que incluso ya me he hecho amiga de todas ellas.

Hoy, las acompañaba al mercado por las verduras para la cena de está noche, en donde de paso fui a una librería que estaba ahí cerca para poder comprar algunos libros y leerlos en el tiempo libre que tienen ambos Hyuga para estar todo el día en casa.
A ellas las adelante a comprar unos helados que yo les había pedido para que comiéramos todas juntas en compañía del chofer, mientras yo me dispuse a pasar un poco más de tiempo en escoger algún otro libro de mi agrado, y cuando por fin termine... Salí de la librería con toda la calma de mundo, hasta que me termine chocando con cierto hombre pelinegro de piel blanca, un hombre que no estaba nada mal.

- Me disculpo señorita... - hablo el hombre mientras recogía los libros que se me habían caído.

- Disculpe me usted a mi, y muchas gracias por la ayuda.

- Fue un placer ayudarla... - hablo al momento en que me hacia entrega de los libros - Por cierto, soy Uchiha Itachi. - se presento aquel hombre tan guapo al momento que beso mi mano. Y, aunque tenga bien en claro que este chico es parte de la competencia, dudo mucho que sea alguien con malos intereses.

- Oh, soy Amma Tenten. - hable rápidamente sin recordar que ya tengo nuevo apellido - Perdón, soy Hyuga Tenten. - hable con gran amargura al mencionar el apellido que debo cargar con el marido que me toco.

- Ya veo, usted es esposa de Neji.

- ¿Lo conoce? - que pregunta tan tonta, es obvio que lo conoce.

- Somos buenos amigos, aunque debamos competir en el negocio. - aclaro aquel hombre. - Perdón debo irme, en otro momento hablaremos con más calma señora Hyuga. - se despidió él hombre antes de marcharse tan apurada mente del lugar, pero dejando me ahí con disgusto al haberme llamado asi... Aunque después de todo, así es como debo ser llamada.

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Aquella noche, mientras yo me encontraba en la sala leyendo uno de mis nuevos libros, llegó Neji y mi padre con unos cuantos vestidos en la mano, ambos con disgusto al parecer.
Pues ambos llegaban discutiendo hacerca de la modelo que se había fracturado un brazo, así que ahora no tenían a alguien que pudiese usar los nuevos diseños para el desfile de mañana.
En está ocasión se eligió solamente a tres mujeres para modelar la ropa femenina, y a tres hombres para la masculina; aunque, yo diría que hubiese sido mejor con más modelos, pero ya es asunto de ellos.

Yo me mantuve al margen de su discusión, sólo escuchando sus opciones que tenían para resolver el problema en el que ahora estaban metidos, tan ocupados estaban que ni siquiera notaron mi presencia en el lugar hasta que padre se giro hacia mi.

- Tenten... - levante mi mirada al escuchar mi nombre por padre - Tú podrías ayudarnos.

- ¿Ayudarlos?, ¿en qué? - cerré mi libro para observarlos bien.

- En modelar está ropa en el desfile de mañana. - hablo al momento en que extendió sus brazos con toda la ropa.

- Padre, no me parece correcto que ella...

- Lo haré. - hable al momento en que me puse de pie e interrumpi al amargado de mi marido, el cual, parece haberse molestado bastante en haberlo interrumpido de aquel modo.

Dicho esto, padre me hizo probarme toda la ropa para asegurarse de que me quedara perfecta, y mientras el me veía con una sonrisa alegre, Neji simplemente me observaba de reojo con molestia, aunque no daba exactamente por que tanta molestia al haberlo interrumpido mientras estaba hablando.