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Al final, Leo se fue sin darme una respuesta a mi propuesta. Pero esta bien, no hay prisa ni tampoco razón para aceptarla.
Suspire.

Me gire en dirección a Neji, seguía exactamente igual como recuerdo haberlo dejado hace unos minutos.
No se si estará muy molesto o probablemente se sienta herido, pero debo ir a decirle algo.

Deje al resto del personal que saliera a comer, pero no sin antes darles una pequeña advertencia para mantener lo ocurrido entre nosotros. Por suerte las señoritas salieron un poco antes, no quiero que Neji tenga otra mala fama.

Hecho eso, me acerque a Neji a paso lento.

– Neji...

Estaba detrás suyo, al no recibir una respuesta tuve que avanzar más para verlo. Miraba al frente, no parecía mostrar una emoción, o al menos no una que identificara.

– Lo siento. No imaginé que Leo continuará con eso, pero tampoco quería ser grosera con él.

Siguió sin responder, pero tampoco es como si me estuviera ignorando.

– No estoy molesto contigo, no hay porque disculparse. - suspiró – Yo mismo provoque esto.

Se cubrió el rostro con una de sus manos, se le veía muy frustrado por está situación.

Pero sí tiene toda la razón, todo esto es por su culpa. Y tal vez también por la mía por hablar con los hombres de aquí, pero quién se podría imaginar que aquí se puede cortejar a una mujer casada. Aún no me acostumbro a esto, pero me parece un mal momento para reprocharle.

– Es cierto, pero está bien. Ambos hemos tenido errores en todo esto.

Bajó su mano, ahora me miraba como si hubiera dicho algo muy divertido. Me sentí ofendida.

– ¿Y esa mirada a qué viene?, ¿te estás burlando de mi?

Me cruce de brazos en espera de una respuesta, pero él sólo me sonreía.

Acto seguido, intentó abrazarme.

– No, ahora yo me siento ofendida.

Lo dejé ahí parado con los brazos extendidos, mientras que yo me puse a comer.

Ya no era incómodo el ambiente, al menos no para mí. Pero Neji seguía tenso, y no sólo ese día, los días restantes también estuvo así.

.

Lo que resto del tiempo ahí, él se mantuvo algo serio. Hizo lo habitual, pero está vez se limitó en el contacto conmigo.

No estoy segura si fue solamente por lo ocurrido, o porque yo le dije que no a su abrazo.

El último día me fui a despedir del personal de la tienda, una de las estudiantes ya estaba ahí para ayudar en la tienda.

Justo a esa hora, llegó la chica de la que estuve cubriendo turno en este tiempo. Una mujer de unos veintisiete años aproximadamente, ingresó a la tienda con un bulto en brazos.

Me agradeció por ser yo personalmente quien se haya encargado de parte de su trabajo. La estaba escuchando mientras trataba de ver al bulto en brazos.

– ¿Quiere cargarlo?

A sentí con la cabeza sin dudarlo, claro que quiero cargarlo. No recuerdo tener una experiencia similar a está, y quiero aprovechar que ella ha preguntado primero.

Tomé al bebé como ella me indicó, era muy pequeño y frágil. Tenia miedo en hacer un mal movimiento y lastimar al niño.
Lo sostuve sólo unos minutos, después lo tuve que entregar y regresar a terminar de empacar para ir de regreso a casa.

– ¡Lo siento!

Exclamé al ver a Neji en la entrada del estacionamiento.

– Vámonos.

Me sonrió antes de extender su mano hacia mí.
La tome sin vacilar, y dejé que me guiara hasta el auto.

Tuvo iniciativa nuevamente en tener algo de contacto conmigo, obviamente no pude rechazar eso.

Aveces olvido lo que pasó en los inicios de recién casados, me siento feliz por la actual actitud que ha tomado. Pero no dejó de pensar en Ino, me preocupa que vuelva aparecer y Neji regresé a ser el hombre que conocí.

Pero eso no pasará, ¿cierto?

.

– Ya lo decidí.

Tan sólo salimos del estacionamiento, expresó esas palabras sin contexto alguno para mí.

– ¿Qué?

Me gire a verlo, me intrigó bastante lo que diría.

– Quiero dos. - sonrió.

Seguí sin entender de lo que hablaba.
Tarde unos segundos en procesar, y por fin recordé que por la mañana me estaba hablando sobre querer comprar otro auto.

– ¿Dos? - retome la vista al frente – ¿Qué modelos?

Neji se comenzó a reír de la nada, como si hubiese dicho algo divertido.
Sólo lo mire de soslayo, pensé que realmente se volvió loco.

– ¿Por qué te ríes?, sino hablas de autos, ¿entonces de qué?

Llegamos a un semáforo, detuvo lentamente el auto y después me miró.

– Tenten, te vi cargar el bebé de la empleada.

– ¿Y eso qué tiene que ver?

Su sonrisa se hizo más grande, y mi duda también.

Proseguimos en silencio, pero yo seguía dando un repaso mental para entender lo que me estaba diciendo, él realmente me estaba viendo con mucha gracia por no entender.

¿Autos?, no.
Dos, me vio cargando un bebé, ya lo decidió, quiere dos, cargar bebé...

¡Espera!

Inmediatamente me gire y le di un golpe en el brazo a Neji. Él se asusto ante mi actitud tan repentina, pero yo sentía mi rostro arder de la terrible vergüenza que estoy sintiendo.

– ¿Y eso por qué fue?

– ¡No cuentes conmigo para esos dos!

Dicho eso, me gire hacia el lado de la ventana. No quería verlo, tarde más de diez minutos en captar su indirecta. Que vergüenza.

Neji seguía manejando, pero su risa seguía estando presente. Ahora también sentía mis orejas arder.

– Tenten, tú eres mi esposa.

– No importa. ¡Es mas, de ser así, la que decide seria yo, no tú!

Él continuo burlándose de mi en todo el camino, no dejó que la temperatura de mi rostro y orejas bajara un poco.

Fue terrible para mí, el regreso a casa fue demasiado largo por culpa del Hyuga.

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⏰ Última actualización: Jan 14 ⏰

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