3.- Jefa de diseño

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Cuando abrí los ojos, me di cuenta que el sol ya daba sus primeros rayos de luz. Yo podría jurar que no me pare de mi escritorio para irme a la cama, pero amanecí en mi cama asi que, ya no sé.

Me quede un poco mas en la cama, pensando en la inmortalidad del cangrejo, hasta que por fin se me hizo justo levantarme. Me estire un poco antes de tomar mi cuaderno del escritorio y guardarlo debajo del colchón. Hecho esto, proseguí en cambiarme para bajar a tomar el desayuno como todos los días con ambos Hyuga.

Justo al momento en que abrí la puerta para salir de mi habitación, me encontré con Hizashi, quien estaba apuntó de tocar mi puerta para hablar conmigo de algo importante al parecer.

- Diga me padre. - hable antes de tomar asiento en mi cama.

- Tenten, ¿has pensado en trabajar con nosotros? - me sorprendió un poco aquella pregunta, no sabia con exactitud a que iba eso.

- No exactamente pero, ¿porqué lo pregunta?

- Tenten, ¿podrías mostrarme los diseños que has hecho? - mi mente quedo en blanco, nadie más que yo sabe hacerca de mis diseños.

- Padre yo no...

- Ni me digas que no, ya sé que creas tus propios diseños. - que remedio, ya mejor se los mostraba sin replicar nada.

- Aquí tiene. - el hombre comenzó a hojear la libreta con calma, analizando detalladamente su contenido mientras yo sufría un ataque de nervios en espera de las críticas que me daría.

- Hay una vacante disponible como jefa de diseño, si te interesa es toda tuya. - inmediatamente lo miré, quería asegurarme de que no estuviera jugando conmigo de esa forma.

- De verdad, ¿le han gustado mis diseños? - por muy estúpida que sonara mi pregunta, debía hacerlo para sentirme mejor.

- Tenten, sino me gustaran, ni siquiera me hubiera molestado en ofrecerte aquella vacante de trabajo... - me respondió mientras me veía fijamente a los ojos - Tus diseños son hermosos.

- Gracias padre, y con gusto aceptó el trabajo. - Sonreí, casi casi me ponía de rodillas ante él - Pero, ¿cómo se entero de mi cuaderno?

- Anoche vine a verte, quería explicarte lo ocurrido con la chica y sus padres.

- Esta bien padre, no es necesario. - Sonreí.

Me sentía inmensamente feliz por el puesto, asi que no me importaba en lo mas mínimo algo que implicara a Neji; es mas, ya quiero ver la cara que va a poner Neji cuando se entere de esto.
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Una hora más tarde, y ya me encontraba camino a la empresa en compañía de mi padre, quien había convocado a una reunión a los jefes de personal de cada área para hacer saber que el puesto como jefa de diseño, iba a ser ocupado por su nuera, Hyuga Tenten... Aunque me cueste decirlo.

Al llegar, comencé a sentir unos nervios tremendos que recorrían todo mi cuerpo con cada segundo que pasaba, no pude terminar mis estudios pero esperaba dar el ancho aquí. Hizashi entro primero a dar un pequeño avance de las ventas, los gastos y los negocios con otros países, así que cuando comenzó con lo del personal, por fin menciono mi nombre de casada ahí dentro, siendo esa la señal para que yo entrara al lugar a conocer al resto de las personas.

Pude ver la cara de sorpresa en las personas que estaban ahí dentro, pues parece que no se esperaban ver a la esposa del Hyuga heredero trabajando con él.

Las personas me dieron la bienvenida al lugar antes de salir y proseguir con su trabajo, todas excepto Neji, quien me observo con molestia antes de salir de la sala de reuniones con un portazo detrás de él.

- Ignora lo niña, que sigue molesto por lo sucedido con la chica Yamanaka.

- Eso no es mi culpa.

- Lo se, pero así es este chico.

- Parece que la quería mucho. - tal vez parezca una chismosa pero, tengo curiosidad en saber ese tema en particular.

- Eso parece, pero en realidad esa chica sólo buscaba su dinero... - suspiro - Por eso preferí casarlo con una chica que... - se giro hacia mi para verme directamente a los ojos antes de proseguir - Seguramente lo hará muy feliz y, me dará unos preciosos nietos. - eso último me hizo ruborizar enormemente, me dio mucha vergüenza que dijera algo como aquello, algo... Que a él le pareció muy gracioso, pues comenzó a reírse a carcajadas ante mi expresión tan tonta.

*****

Luego de haberme mostrado mi área de trabajo, inmediatamente comencé a dibujar nuevamente los diseños que ya tenía hechos en mi cuaderno, el cual por las prisas termine olvidando en casa.

Y ya hecho el dibujo, comencé a cortar la tela y a colocarla en el maniquí para ir le dando la forma apropiada a este diseño.
Y justo cuando me sentía tan concentrada en mi trabajo, Neji llego dando a saber su presencia, con un portazo detrás de él.

- ¿Porqué le has dicho que si a mi padre? - hablo detrás mio.

- Por que quise trabajar aquí. - seguí colocando los alfileres en la tela para dar la forma adecuada.

- Eres mi esposa, y no deberías estar trabajando. - expreso con un tono autoritario que me hizo tener que voltear para responderle.

- Deja tú lado machista mi amor, que conmigo no funcionara. - la cara del Hyuga mostraba el inmenso enojo que estaba sintiendo en estos momentos. Pero no por ello iba a caer en sus juegos estúpidos.

- Has lo que quieras. - el chico se dio media vuelta y salio de mi ahora oficina con un mal humor, que ni él mismo se aguanta.

De verdad que no se cuanto tiempo más pueda soportar a este hombre tan fastidioso que me pone de mal humor al tener que respirar el mismo aire que él.
Ese machismo que se carga es insoportable, y ni hablar de su mal humor.

No entiendo como esa chica hizo para aguantarlo, yo ni loca lo haría por su dinero... Prefiero estar sola, que mal acompañada, pero en este caso me toco el segundo.

Pasados diez minutos, tocaron la puerta. Indique que podían pasar mientras seguía poniendo mas alfileres en la tela.

- Mi señora, soy Rock Lee - me gire a verlo, y él hizo una reverencia -, permita me ser su mano derecha.

- Claro Lee, pero deja las formalidades. - Sonreí.

Finalizó su reverencia y se acerco a mi para entregarme un pequeño postre que se veía realmente sabroso.

- Por favor acepte este pequeño detalle mi señora.

- Gracias Lee, y sólo dime por mi nombre.

- No quiero sonar irrespetuoso con usted, y mucho menos enfrente del joven heredero.

- Entonces dime por mi nombre cuando estemos sólo los dos, y por mi nombre de casada enfrente suyo. - le extendi mi mano - ¿trato?

Él sonrió.

- Trato hecho Tenten.

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