La fuerte luz del sol estaba empezando a lastimarle los párpados, por lo que se vio obligado a abrir los ojos. Y al hacerlo, sintió un dolor muy grande en el pecho al recorrer con la mirada toda el aula y darse cuenta que se había quedado dormido, y Draco nunca había llegado.
Se levantó del incómodo banco en el que estaba recostado con un enorme dolor de espalda, seguramente por la mala noche que tuvo. Estaba cansado, no quería saber nada de nadie y mucho menos de Draco, definitivamente las cosas se le habían salido de control. Si alguna vez pensó que el rubio podía sentir algo por él luego de tantos encuentros y acercamientos, esa idea se había esfumado por completo de su mente.
Lo había dejado plantado, sabía perfectamente que eso era una posibilidad, que tal vez algunas veces más de alguno no llegaría a las reuniones, pero nunca imaginó que le podría llegar a lastimar tanto. Según él, si algún día eso sucediera no le molestaría ya que sus sentimientos por Draco no eran tan fuertes, había subestimado en demasía su propio sentir. ¿En qué momento se dejó pisotear tanto por una persona? Los uniformes eran una humillación y que ahora lo dejara abandonado luego de pedirle encontrarse era suficiente. Volvían a parecer los mismos rivales infantiles que se insultaban a diario, solo que ahora cogían por las noches y uno de ellos tenía sentimientos genuinos por el otro.
Era demasiado para él.
Emprendió camino para la torre de Gryffindor, no había descansado bien, necesitaba dormir para olvidarse de todo por un momento y luego podría evitar a Draco hasta que encontrara el valor que caracterizaba a los valientes leones para ponerle fin a esa relación cuestionable que tenía.
Al entrar a la sala común se encontró con Ron, quien lo detuvo jalándole de un brazo y preguntando donde estaba y como estaba.
— Estoy cansado Ron. No iré a clases hoy, dile a Hermione.— Se zafó del agarre del pelirrojo subiendo las escaleras para su dormitorio dejando a su amigo muy preocupado.
(...)
Draco se preocupo mucho al no ver a Harry en la clase compartida que tenían. Snape los había soltado hasta en la madrugada por lo que solo tuvo unas horas para descansar, pero Draco no pudo pegar ojo en toda la noche caminando de un lado a otro pensando en si Harry seguiría esperando su llegada, pero no podía hacer nada así que no le había quedado de otra más que esperar a verlo en alguna clase y poderle explicar las cosas a través de una carta. Pero Harry no estaba por ningún lado y estaba empezando a desesperarse.
Era hora de almuerzo y Draco estaba caminando más rápido de lo normal en busca de alguno de los amigos de Harry que le pudieran indicar dónde diablos se había metido. Aunque dudaba de que los amigos del pelinegro supieran lo de ellos y preguntarles tan repentinamente sobre Harry los dejaría confundidos, no le importaba. Debía encontrar al chico y así poder aclarar las cosas.
En eso estaba cuando se chocó con Granger en el pasillo que dirigía al gran comedor.
— Perdona... ¿Granger?— Hermione lo vio con molestia e intentó seguir su camino pero el rubio la detuvo tomándola por el brazo.— ¿Has visto a Potter? Necesito hablar con él.— La castaña lo examinó de pies a cabeza, su ceño fruncido paso a uno más relajado aunque tenía una expresión preocupada.
— No se que exista entre tu y Harry, pero te quisiera pedir que no lo sigas lastimando. Harry no tiene un corazón de piedra como tú, así que o lo dejas en paz o haces las cosas bien.— Y sin más se fue sin darle una respuesta.
Estaba consciente que lo había lastimado. Aunque lo que pasaba con sus uniformes no era siempre su culpa, con una vez que lo hizo fue suficiente para que Harry creyera que él lo hacía siempre para burlarse de él. Cuando lo único que quería era verlo y estar con él, no lastimarlo o burlarse.
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Corbata equivocada (Drarry)
FanficHarry y Draco empiezan a encontrarse por la noche, y al día siguiente se presentan a clases con los uniformes intercambiados. No un día o dos, más bien por una semana. Ambos parecían estar de acuerdo en que fuera un juego, pero los secretos de sus c...