XVII

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Jisung caminó con calma hacia el baño de hombres, observando en uno de los urinales a su ex dandole la espalda.

Sonrió para si mismo y cerró la puerta de la entrada con mucho cuidado para que no lo escuchara, colocandole el pestillo para que nadie interrumpiera.

La verdad es que ni siquiera tenía ganas de ir al baño, solo había ido a ese lugar para estar solo, desde que había dejado de pasarsela con sus antiguos amigos el resto de la escuela lo veía como si hubiera algo malo en él.

Quizas solo eran ideas de su mente, pero no se equivocaba al pensar que todos querían saber la razón de su distancia.

Se sentó sobre la encimera de uno de los lavamanos, esperando en silencio a que el chico terminara.

Este se subió el cierre de su pantalon, volteandose para acercarse al lavamanos.

Al girar notó al chico sentado, resopló molesto, pasando de él para lavarse las manos, quería salir de ahí lo más rápido posible.

—¿Podrías dejar de hacer eso? —Preguntó el más alto sin mirarlo a la cara.

—¿Hacer qué?

—Seguirme a todos lados.

—No lo hago, te encuentro de casualidad, la escuela no es muy grande, así que no es dificil toparte con la misma gente todo el tiempo.

—Si claro, lo que digas —Soltó con sarcasmo, cerrando la llave.

—¿En serio no vamos a hablar y arreglar todo?

—¿Arreglar qué? —Minho se volteó con el ceño fruncido.

—Lo nuestro... Minho, no dejo de pensar en ti —Mintió— Te amo, y no tienes idea de cuanta falta me haces.

Minho se quedó en blanco, no esperaba que Jisung fuera a decir algo así. Se escuchaba tan sincero.

Jisung se bajó del lavamanos, colocandose frente a Minho, tomando sus manos mientras lo miraba a los ojos.

—Te amo, Minho, en serio. Por favor no dejes que esto quede así, no puedo estar sin ti.

La respiración de Minho comenzó a faltar, se sentía nervioso, quería huir pero sus pies no se movían.

Los sentimientos no se podían olvidar de un día a otro, pero el resentimiento también hacía acto de presencia en su mente.

Las manos le comenzaron a sudar, Jisung notó esto, las apretó más fuerte y se acercó, intentando darle un beso en los labios.

—No... —Minho dió un paso atrás, evitando al chico— S-solo, no hagas esto más dificil.

—Tú eres quien lo hace más difícil —Jisung lo jaló de las manos para pegarlo a su cuerpo, intentando nuevamente besarlo.

Minho forcejeó con el chico hasta que pudo soltarse del agarre del menor, corriendo a la puerta para abrirla pero esta tenía el seguro, antes de que pudiera siquiera llegar la mano a donde el pestillo se encontraba, Jisung lo acorraló contra la puerta, sosteniendo sus manos para que no pudiera hacer nada.

—¡¿Que haces, Jisung?! ¡Dejame salir! —Minho estaba asustado, las piernas comenzaban a temblarle.

—Shhh, no te haré nada malo, estoy seguro de que te gustará —Susurró directo a su oído, comenzando a restregarse contra el trasero del mayor mientras le besaba el cuello.

—¡¿Estás loco?!

Con toda la fuerza que pudo se deshizo del agarre en sus manos, logrando sacar el pestillo, pero antes de que pudiera abrir la puerta, Jisung le dio la vuelta, pegandole la espalda de la puerta y volviendo a sostener sus manos contra esta.

Do Revenge - MinchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora