Capítulo II - Vuelta a casa

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× × ×

26 de octubre, finalmente le dan de alta.
Probablemente el accidente ocurrió a finales de septiembre, sino no se explica por qué lo dejaron tanto tiempo en un hospital cuando el único problema grave era su mano quebrada.

Llevaba casi un mes entero en el hospital, y no es muy alentador que digamos. La imposibilidad de poder caminar por órdenes de los doctores, el mirar al techo cada día sin poder hacer mucho, el hecho de que solo puede salir a caminar alrededor del pasillo de la zona de recuperación por cirugías... bueno, mucho por hacer no había.

Por suerte el hotel había guardado sus cosas por órdenes del consejo Brawl, principalmente su móvil, con el cual hacía videollamadas con Buster. Tristemente las últimas semanas no ha podido contactarse con el cinéfilo, así que ciertamente le asusta pensar que algo le haya pasado.
No es que dude de él y su capacidad para protegerse a sí mismo, es solo que... bueno, viven en Metrópolis, y están en verano (o eso piensa, se le da mal las estaciones).

Y el verano siempre es peligroso, por los monstruos y la factura de la luz.

Da más miedo la factura, la verdad.

Su cabeza pensaba sobre lo que le habría pasado a su querido amigo, y comenzaba a preocuparse demasiado. Al menos era capaz de mantenerse tranquilo, así que no levantó sospechas a nadie sobre su creciente preocupación.

¿Y si un monstruo le había hecho algo? ¿Le habrán robado? ¿Por qué no le ha respondido?

¿¡Olvidó pagar el servicio de la luz!?

No lo juzga, cada día es más caro.

💊– ¡Oh Faaang!~

🥊– ¿Eh?

El pelimorado fijó su visión sobre la puerta, donde pudo ver unas uñas pintadas de color rosa sostener la puerta. De inmediato puso un semblante serio, hasta harto, ya sabiendo de quién se trataba.

🥊– Oh, genial...

💊– ¡Holi! ¿Cómo dormiste? Seguro que genial.~

🥊– Seguro, sí...

Sí, tristemente era la misma chica, Chelsea, que le había informado todo lo ocurrido el día que despertó (2 días después del accidente).

¿El problema? Que ahora estaba obsesionada con él.

Era peor que Collette, y eso es decir demasiado.

La chica se arrimó a su lado, con la excusa de "revisar sus signos vitales". En verdad solo quería restregarse contra él, ya tenía sus pechos sobre el propio pecho de Fang, quien le miraba con una incomodidad y molestia indescriptibles.
Es muy coqueto y egocéntrico, claro, pero esto es demasiado incluso para él.

🥊– Ugh...

💊– Veamos... ¡Oh! ¡Estás perfectamente, querido!~

🥊– ¿Puedes quitarte de encima? Me estás aplastando – su ronca y seca voz indica su gran molestia.

💊– ¡Oh, seguro!~

La chica se quitó de encima, aún sonriendo. A este paso Fang pierde el interés en las enfermeras.

Por fortuna del joven una doctora accede a la habitación, con una planilla especial en sus manos. Revisó en silencio las máquinas conectadas al joven karateca y sonrió, mirándole con una empatía envidiable.

🩺– ¡Joven Fang, está perfecto! Hoy mismo el doctor encargado de su estado me ha informado que puede salir a las 13:00.

🥊– Un momento... ¿salir? – sus ojos se llenaron de brillo.

🩺– ¡Así es, salir! Su recuperación ha sido exitosa. Sin embargo, aún necesitará recuperarse, pero creemos que será mejor si lo hace en su hogar.

La doctora entonces se fue, dejando a Fang con tantas expectativas que sus orbes dorados brillaban con fuerza. ¡Al fin iba a salir! Es lo que lleva esperando desde hace tanto, ¡y por fin lo logrará!

Estaba feliz, su enorme sonrisa y expresión de paz lo reflejan perfectamente. La enfermera de antes entendió que era mejor dejarlo solo, no sin antes volver a arrimarse a su lado para tomarse una foto y salir corriendo.
Fang le miró con ira, expresión que capturó la cámara del móvil de la chica.

Ahora no puede mentir diciendo que el karateca disfruta de su compañía.

Fang solo suspiró, dejando que la alegría de aquellas bellas noticias pudieran ayudarlo a descansar.

Por fin pudo dormir bien.

×

×

×

El ruido de las turbinas golpea como un tren bala sus oídos una vez el avión aterriza. Voltea a mirar, viendo que el niño que estaba a su lado se había apoyado en él para dormir.
Sonríe, lo despierta con cuidado y él se estira, bostezando mientras sus brazos casi tocan los almacenes donde las maletas son guardadas.

Había dormido como un bebé durante el viaje tan largo que tuvo que hacer; vamos, de Corea a la Europa central hay un buen cacho de mundo.
Bosteza una vez más, viendo a las personas arreglar sus cosas mientras las azafatas recogen los platos y demás accesorios que hayan sido usados. Él tenía encima una manta de la aerolínea, así que la recogió y la dobló, entregándola a una de las chicas.

Varios minutos después ya estaba caminando por el pasillo del avión, agradeció por sus servicios al piloto y bajó por las escaleras hasta entrar en el aeropuerto. Allí siguió todo el proceso que conlleva volver a su hogar, esperó su equipaje extra (cortesía del hotel) y se dirigió a la salida principal del aeropuerto.

La misma donde antes había entrado.

Miró sus alrededores, respirando profundamente para sentir el aire fresco de su querido hogar. Estaba en el aeropuerto principal de Brawltopia, aquél ubicado cerca a Brawlywood y el Snowtel, el mejor hotel de toda la ciudad.

Fang se abrazó a sí mismo de inmediato al sentir la fría brisa de la tarde golpear su piel, erizando la misma y provocando un temblor involuntario en sus brazos.

Rápidamente buscó su gabán en su equipaje, maldiciendo su cabezota por no colocarse ropa encima a sabiendas de que iba a aterrizar en un aeropuerto cerca al hotel nevado.

El cromático llevaba consigo una camiseta roja corta apegada a su cuerpo por el sudor que aún permanecía en sí, vamos, en el avión hacía calor. La ropa tan pegada a su piel resaltaba sus músculos, sobre todo su pecho y abdomen, aunque la espalda no se quedaba atrás.
Claro, tiene más fuerza y músculos en sus piernas, pero no falta a los días de brazo en el gym.

Traía su típico pantalón holgado blanco, y unas botas estilo militar color negro, además de sus característicos guantes rojos.

🥊– ¡Brr, debí ponerme la gabardina antes! ¡Muero de frío!

Luego de colocarse su prenda de ropa Fang suspiró de alivio, sintiendo el cálido interior afelpado abrazar su temblorosa piel más helada que carne de congelador.

Pero justo después un grito lo saca de onda, alguien lo llama.

🎥– ¡¡FANG!!

Pero no es cualquier alguien, es...

🥊– ... ¿Buster?

Una casa para dos (y otro...) - a Brawl Stars Fanfiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora