Capítulo IV - Un hogar peculiar

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× × ×

☄️– Buster, llévalo adentro y acomoda sus cosas. Yo debo trabajar – su retumbante voz autoritaria era una navaja al sonar.

🎥– ¡Muy bien! ¡Suerte en tu trabajo!

La figura pasó por entre ambos hombres, con una frialdad y crudeza dignas de un dictador despiadado. Fang le miró de reojo, tan aterrado como un niño mira al dueño de la tienda luego de robar un dulce de las estanterías.
Se sentía juzgado, y eso que ni siquiera lo había visto, y era justamente por eso que él se sentía tan culpable.

Sabe lo que ha hecho, y parece que esa chica no lo ha olvidado.

Y el hecho de que ahora les permitía vivir a él y a su amigo en su casa... seh, la culpa le comía las entrañas.

🎥– Huh, que raro, suele ser demasiado alegre cuando vuelvo a casa... – Buster se quedo pensando unos segundos –, bueno, no pasa nada.

🥊– Ajá...

Buster entró tranquilamente a la residencia, como si nada hubiera pasado, totalmente ignorante del estado de su amigo, quien tenía sus mejillas tan rosadas que hasta pensaría que tenía algo.
Pero al notar que él no había entrado se dio la vuelta, viéndolo ahí tan tieso como una estatua.

🎥– Fang, hermano, ¿qué pasa? ¿No vas a entrar?

🥊– ¿Q-Qué- oh, ahm... c-claro, como no...

Buster sonrió al verlo entrar al hogar, cerrando con un brazo la puerta mientras se dirigía al segundo piso, lugar donde él descansaba. Ahora lo haría junto con Fang, ambos en el camarote de la habitación.

El hogar era amplio: tenía una gran sala con sofás, sillones y una chimenea, la cual se encontraba encendida para mantener el ambiente cálido. Unas escaleras conectan al segundo piso, donde otra habitación disfruta del balcón con la vista perfecta al mar.
Claro, al fondo, justo al lado de las escaleras hay otra puerta, pero está cerrada, y su simple color negro no deja nada a la imaginación.

Ah, y no olvidemos una cocina, dos baños (uno en el primer y el otro en el segundo piso), un espacio con productos de aseo y demás cosas.
Cabe recalcar que la casa está llena de ventanales enormes que permiten divisar perfectamente las orillas de la playa, siendo tragadas por las olas que suben y bajan con cautela.

Era un hermoso hogar sin duda, digno de un millonario.

Fang no podía creerse las hermosas vistas que tenía desde aquel sitio, tan magníficas como se podía esperar de un hogar que debería estar destinado para el turismo. Parece que la venta de estos sitios es demasiado rentable, tanto que con dos de estas cabañas podrías ser millonario.

Huh, quién lo diría.

🎥– Hey Fang, antes de que hagas algo quiero informarte sobre las reglas de mi amiga – el cinéfilo dejó la maleta del asiático-americano en la cama inferior, procediendo a sacar las cosas –. Si tienes un momento puedes sentarte en el sillón.

La habitación (enorme, claro) consistía en una pantalla plana increíble en la pared izquierda, justo encima de un amplio mueble lleno de alacenas y demás cosas para almacenar cosas, un sofá cama al lado junto a un puf, un par de cuadros, dos mesas de noche, dos clóset junto a la puerta y una lámpara justo al lado de las dos puertas que guiaban al balcón.

Era envidiable, y eso que a Fang no le gustaba tanto lo lujoso.

🥊– Está bien.

El cromático menor se sentó en el puf, suspirando al sentir un punzante dolor leve en su vientre.
No olvidemos que sigue en recuperación.

Buster comenzó a arreglar las cosas de Fang, dejándolas en uno de los dos clóset de la habitación. El más grande era de Buster, algo obvio, mientras que el más pequeño sería ocupado por Fang, pues tampoco es como si el luchador usara mucha ropa.

Eso sí, el comprar 10 pares de zapatillas al mes era obligatorio.

🎥– Bien, tú te quedarás arriba, y te supervisaré. Según Shelly aún necesitas reposo.

🥊– ¡Oh vamos, solo es un poco! – se quejó, subiendo las escaleras hasta la cama alta –. Además, me dijeron que debía de hacer un poco de ejercicio para entrar en forma, ¡así volveré a dar patadas como siempre!

🎥– ¡Seguro, bro! Bueno, te escribo la clave del WiFi y voy a preparar la cena, ¿vale?

🥊– Buster, no soy un discapacitado como para que andes-

🎥– ¡Nope! ¡Yo me encargo de todo, tú descansas!

🥊– Pff, está bien.

Fang decide rendirse, consciente de que el cariño que le tiene su amigo es tal que lo vuelve más terco que un becerro. Recuesta su cabeza sobre la suave almohada de la cama, suspirando de alivio al sentir un colchón súper suave rodear su cuerpo, no como el colchón duro en el que estuvo recostado en el hospital.
Ese sí dolía, y cada día que pasaba juraba que iba a salir sin culo.

Niños, no se pasen todo el día sentados.

Buster terminó por organizar las cosas de Fang, limpiando sus manos mientras se dirigía a la cocina a preparar la cena de ambos. Por suerte al estar solos y no haber ni un alma cerca pudo gritarle desde la cocina las normas de la casa.

🎥– ¡Bueno, te dicto las normas desde aquí!

🥊– Heh, si será – niega, divertido –. ¡Está bien! ¡Suéltalas, tigre!

🎥– ¡Bien! Uhh... – se tomó su tiempo para recordar –. ¡Ah, verdad! ¡Primera regla: poco ruido durante el día mientras Roxie esté en casa!

🥊– ¿Roxie...? – reconoce a la chica pero no su nombre, terrible –. Erm... ¡claro!, ¿qué más?

🎥– ¡Segunda y tercer regla! ¡Nada de traer invitados sin avisar y nada de entrar en la habitación de Roxie!

🥊– Bah, fácil – Fang sonrió victorioso –. ¿Algo más?

🎥– Hmm... ah sí. ¡La más importante, la cuarta regla! – Buster agravó su voz para darle un toque dramático al asunto –. ¡¡Nada de espiarla!!

🥊– ¿Qué? – de inmediato se sentó en la cama –, ¿cómo que "nada de espiarla"?

Agradece que la cama estuviera algo baja, de lo contrario se habría dado tal golpe en la cabeza que no duda que habría vuelto a urgencias.

Rápidamente se bajó de la cama, se arregló la ropa y fue caminando hasta la cocina.
Al llegar miró a Buster, quien estaba cocinando un típico plato de cena: carne asada de res, arroz, unas papitas francesas y una soda para beber.

Claro, Fang en vez de soda tenía un jugo de mora, y en vez de papas francesas tenía ensalada.
Hay que cuidar al enfermo.

El cromático menor le miró con ironía, pensando en que no necesita comer algo tan "sano". Vamos, lleva comiendo ensaladas y vegetales desde que despertó en ese hospital, un poco harto del verde sí que está.

🥊– Buster, sabes que llevo comiendo verde desde hace mucho, ¿no?

🎥– ¿Y? ¡Más verde nunca le hace daño a nadie!

🥊– Definitivamente no has escuchado sobre los "excesos" – Fang suspiró, agarrándose el puente de la nariz con algo de cansancio –. En fin, no era por eso a lo que venía, ¿cómo que "nada de espiarla"? ¿Acaso me ves cara de pervertido?

🎥– ¡No! Es solo que su trabajo es muy secreto...

🥊– ¿Y en qué trabaja? ¿Mata gente y tira sus cuerpos al cementerio de Mortis?

🎥– No se diferencia mucho la verdad...

🥊– Ay, Buster, era una broma-

Buster dejó ambos platos en la mesa junto a la espaciosa sala, sentándose en una de las sillas. Fang le siguió.
Cuando ambos estaban sentados uno frente al otro el cromático mayor se rascó la nuca, algo nervioso.

🎥– Bueno, verás, lo que pasa es que Roxie es...

🥊– ¿Es...? No me asustes.

🎥– ... ella...

Una casa para dos (y otro...) - a Brawl Stars Fanfiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora