Capítulo IX - Una charla

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× × ×

A la tarde Fang despierta algo alterado, recién había tenido una pesadilla. Se sienta de inmediato, aún temblando por el temor.
Suspira, mira a su lado y ve de fondo a Buster y Roxanne hablando.

Decide unirse, después de todo tienen que hablar entre todos.

🥊– Bueno, aquí vamos.

Con toda la confianza que pudo reunir Fang se dirige hacia el rubio y la de mechón rojo, sonriendo con orgullo y una enorme felicidad pintada en su rostro, aunque en realidad se estuviera muriendo de la vergüenza por tener que explicarle "ese tema" a Buster.
Sí, le comentó sobre su problema con la azabache, mas el tema fue tan superficial que solo le dijo que tuvieron problemas y listo.
No se sentía preparado para decirle.

Por eso mismo una vez se acercó lo suficiente para hablar con ellos frenó en seco, prefiriendo ocultarse en la esquina antes que darse la vuelta para hablarles.

No quería dar explicaciones, no aún.

🎥– ... ¿entonces eso pasó?

☄️– Mhm, y te juro que fue demasiado molesto – mencionó frustrada –. Abandonaría este trabajo de no ser porque no quiero dejar a Grom solo.

Vaya, Buster no mentira cuando dijo que ella era una centinela.
¿Cómo es que Grom soporta a alguien más?

🎥– Te entiendooo~ – canturreó –. De todas maneras es admirable que tú y él se mantengan a la margen. Sin ustedes seguro todo sería un caos.

☄️– Tampoco hables tan rápido. Si llego a ver a esos dos besuqueándose en una zona peligrosa yo misma me llevaré sus almas.

Segundos después múltiples ruidos de almas espeluznantes llenan los alrededores. Da miedo, demasiado.
Es como si estuviera en una cámara de tortura, rodeado de llantos y lamentos agónicos de los torturados hasta que se mueran.

A este paso jura que se vuelve loco.

Luego las almas se callan abruptamente, como si de repente todo hubiera acabado. Probablemente ella dejó de usar ese collar jade.
Respira hondo para tranquilizarse, luego sigue escuchando la conversación.

🎥– ¡Roxie! ¡S-Sabes que me aterra eso! ¡Es como escuchar una tortura en vivo!

☄️– Por eso los quiero encerrar aquí.

🎥– Ay, s-seguro...

☄️– Hmph.

Un silencio domina el ambiente, permitiéndole a Fang poder acomodarse mejor en la esquina para seguir escuchando.
Pero lo que oye lo deja con un montón de preguntas.

🎥– D-De todas maneras... ¿estás segura que los viste?

☄️– Lo estoy, y no tengo razones para mentir. Te digo que fue demasiado empalagoso con ella.

🎥– Oh... ya veo... – la voz de Buster decae.

☄️– ¿Por qué la pregunta? ¿Te gusta o algo?

🎥– No, no me gusta. Es solo... que a alguien más sí... un amigo.

☄️– Una lástima, pero seguro entiende que las cosas son así gracias a ti.

🎥– Heh, eso espero – su voz recobra algo de esperanza –. ¡Bueno, iré a hacer las compras! ¿Qué es lo que necesitamos?

☄️– Principalmente café, pero también algo de verduras y carne. ¿Te parece si traes un postre?

🎥– ¡Sin problema! Ahora vuelvo.

Fang jura que Buster estaría sonriendo en ese preciso momento, si es que lo conoce perfectamente. Luego escucha el sonido de unas llaves más una cartera abrirse, luego escucha una puerta rechinar y termina por resonar el cierre de la propia puerta.
Supuso que Buster ya había abandonado la cabaña.

A paso rápido y sigiloso el pelimorado vuelve al sofá donde estaba antes, fingiendo que seguía dormido.
No quería que Roxie descubriera que les había escuchando.

Pocos minutos después la morena se asoma por el borde, dirigiendo su mirada al karateca "dormido".

Fang no la ve, obviamente, pero sí siente su filosa mirada encima, como si un tigre le estuviera mirando fijamente.
Le da algo de nervios.

☄️– ... – un largo suspiro brota de sus labios –. Bueno, ya que Buster no está...

La chica toma el collar de su cuello con ambas manos, cierra sus ojos y levanta sus manos, tal como si fuera la directora de un gran concierto. A los dos segundos tentáculos fantasmales brotan del suelo tal como si fueran invocaciones, se dirigen a su cuarto y toman lo que parece ser una manta peluda.
Estos entonces vuelven a la sala, y se encargan de cuidar al menor.

Un par de tentáculos arreglan su cabello, le quitan la visera roja al igual que su banda dorada, de esta manera su cabello puede estar suelto y podrá descansar mejor. Estos mismos terminan por acomodar su cabello, levantan su cabeza cuidadosamente y posicionan una suave almohada bajo la cabeza del asiático-americano, tal como si estuviera durmiendo en una cama.
Los otros tentáculos lo cubren con la manta, asegurándose de que no sufra riesgo alguno de contraer alguna enfermedad por el frío.

Fang no sabe ni cuántos eran, pero supone que eran alrededor de 7 tentáculos distintos.
Qué miedo.

Al terminar de actuar uno de los tentáculos acaricia levemente la cabeza del joven, tal como si fuera una madre cuidando de su hijo enfermo. Luego desaparecen por agujeros oscuros en el suelo, como si este mismo los succionara hasta un profundo vacío.
Roxie entonces abre sus ojos y se acerca al sillón junto a Fang, se sienta en este por unos momentos y le sonríe.

☄️– Eres un hijo de puta... pero te ves tierno durmiendo.

Ella acaricia con su mano derecha la mano izquierda del karateca, que se había quedado afuera para ofrecer más comodidad. Nota que aún no tenía sus guantes, así que se da el lujo de sentir la suave piel bien cuidada del cromático.
Se queda un rato así, tal como si conociera de toda la vida al karateca.

Quizá le recordaba a alguien...

☄️– ... pff, los extraño...

Roxie se levanta, pero un pesado suspiro corta el silencio.

Fang abre levemente sus ojos, rogando por que la chica no lo vea.
Lo que ve rompe su corazón.

Ella estaba en completo silencio, con sus irises rojos más apagados que fuego extinto, algo cristalizados y con una tristeza muy notoria dominando su ser. Llega a ser deprimente, y se siente increíblemente mal al verla así.
Solo quiere consolarla y ayudarla en lo que sea.

No sabe qué provoca esta tristeza y pesadez en la mujer, pero espera que sea algo que él pueda remediar.
O quizás ayudar un poco.

Con decisión Fang se queda en su sitio, pensando mientras mira al techo a la par que la azabache desaparece por una esquina, tal vez para arreglar su cuarto o cocinar el almuerzo.

El pelimorado está dispuesto a hablar con ella, solo tiene que pensar alguna excusa o similar lo suficientemente convincente como para no verse tan desesperado ante los ojos de la fémina.
No quiere que ella lo vea de esa manera o podrían llegarse a malinterpretarse sus intenciones.

Y definitivamente eso no ayudaría en nada a su recuperación.
Ni a su relación con la mujer, claramente.

Una casa para dos (y otro...) - a Brawl Stars Fanfiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora