Llegaron al apartamento, Pilar dejó su bolsa de lado y Lizzie parecía más sonriente, pero a la vez tímida.La joven se acercó a ella, apoyó sus brazos sobre sus hombros y ella parecía dudar de que hacer, algo no muy usual en Elizabeth.
Acercó sus labios a los de la mayor, quien correspondió rápidamente, pero de la misma manera los tensó, besando la frente de la otra. Pilar besó sus labios en un pico y vio la incomodidad de Elizabeth. Enojada, siguió sus besos, no entendiendo la razón por la cual la mayor no la deseaba. Besó su cuello y sintió el leve gemido salir de su boca.
Lizzie la separó sin ser brusca.
— ¿que pasa?— preguntó Pilar harta y desesperada. Elizabeth no se atrevía a mirar a los ojos a la más joven y ahí la de ojos marrones entendió todo.
Elizabeth no quería tocarla, porque aún tenía en la cabeza aquella noche, cuando Pilar sintió una cierta repulsión a su toque. Ella no quería simplemente lastimarla.
Su semblante cambió, ella quería explicarle a Lizzie que la deseaba y que siempre la deseó, ella quería decirle que aunque una parte de ella no quisiera aceptarlo, ella necesitaba de su toque, necesitaba sentirla.
Pilar tomó el brazo de Lizzie y lo colocó en su mejilla, sentir el calor que irradia su piel contra la de ella, la llena de tranquilidad y la excita de una manera incontrolable.
— tócame— susurra Pilar
— no me hagas esto Pilar —
— ¿Que?—
— esto que estás haciendo, no quiero que te sientas presionada, aquella vez fue muy de repente y lo entiendo, pero no quiero que esta vez sea así—
— aquella vez solo dejé mis inseguridades llenarme el cerebro de pensamientos tontos...no me hiciste daño— habló Pilar con una voz reconfortante.
Las dos se quedaron en silencio un tiempo, separadas la una de la otra. Pilar había visto ahora hoy una faceta de Elizabeth que no había conocido antes, una Lizzie insegura, llena de miedos que la atormentan.
— bésame— ordenó Pilar.
Se acercó a paso lento hacia Elizabeth. La menor puso sus manos en las mejillas de la mayor y luego acercó sus labios a los de ella. En un principio fue un beso suave y tímido, pero luego las dos no pudieron soportar la tensión sexual que había entre ellas. Se necesitaban la una a la otra ahora más que nunca.
La menor quiso tomar el control, ella quería darle aquel placer que no le pudo dar meses atrás. La de ojos marrones se puso de rodillas, mirando con una mirada felina a la ojiverde que parecía tratar de guardar el control todo el tiempo.
— No...no Pilar— Elizabeth la tomó de sus brazos para que se pusiera de pie.
— ¿ya no me deseas?— preguntó con preocupación Pilar, quien se preguntaba dónde había quedado aquella chica pervertida que conocía.
Elizabeth había cambiado mucho, y sobre todo había reflexionado mucho. Dejar a Pilar fue algo muy duro, pero lo había hecho por el bien de la chica, porque la quería y quería darle la mejor versión de ella.
— sabes la respuesta— susurró — quiero que esto vaya suave...quiero invitarte a comer, dormir juntas, ver películas...quiero eso y te puedo dañar.
Las dos se quedaron en silencio, Pilar quería a Elizabeth, la necesitaba en ella. Elizabeth sentía lo mismo, pero ella quería proteger a Pilar, su chica.
—¿nunca vas a entender que no me haces daño, cierto?— Elizabeth se quedó callada, haciéndole saber a Pilar que ella siempre tendrá ese miedo— tócame — Pilar tomó la mano de Elizabeth y la puso en uno de sus pechos— tócame y déjame sin poder si quiera caminar como me prometiste el primer día, dijiste que no harías nada que no quisiera, pero esto si lo quiero— admitió y exigió la menor.
— pero...—
— mandemos todo a la mierda, nada de lo que pasó antes importará, solo tu y yo— la menor suavizó su voz.
Elizabeth se tiró sobre ella, uniendo sus labios en un beso lleno de pasión. La tomó de los muslos y la cargó, la menor rodeó su cintura con sus piernas mientras daba pequeños gemidos por los besos de Elizabeth que ahora iban a su cuello. La puso contra el muro de cristal y Pilar quitó todo lo de arriba, quedando con sus senos al aire.
Elizabeth se veía hambrienta de ella, viendo sus senos con admiración. Metió uno de ellos a su boca y lo chupó y mordió sacando varios gemidos de la boca de la más joven.
— s..si...así— gimió Pilar, quien llevaba deseando a la mayor durante más tiempo del que podrían imaginar.
>>>
Unas horas después, las dos estaban sentadas en la alfombra de la sala, viendo las luces de las luces de los enormes edifico de la ciudad. Pilar estaba recostada a Elizabeth, la cual le hacía cariños en el cabello, mientras que un silencio reconfortante inundaba la habitación.
— dime que te quedarás...— susurró Elizabeth— para siempre...— continuó.
— esa pregunta debería hacértela a ti... fuiste tú quien me alejó— dijo la más joven.
— prometo amarte y cuidarte la vida entera, si tú prometes nunca irte—
— me quedaré, porque te...te amo Elizabeth...te amo tres millones— susurró Pilar, quien veía las lágrimas caer por las mejillas de Lizzie.
— te amo en todos los universos...Pilar— murmuró
Y así pasaron la noche, amándose la una a la otra y así, pensaron hacerlo la vida entera.
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Raptada
RomanceUna empresaria, obsesionada con las mujeres y drogadicta, se interesa por una nueva empleada de su cafetería favorita. Decide raptarla y no se da cuenta cuando cae profundamente enamorada de esta y de la misma manera de la parte de Pilar, quien nunc...