Escapar

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Elizabeth se fue a su cuarto más tarde en la noche, luego de haber terminado su botella de whisky, estaba tan borracha y drogada que se tiró a la cama sin si quiera tomar una ducha y durmió plácidamente.

Al levantarse, su cuerpo le pidió ir al baño y ahí pudo botar todo ese alcohol y droga consumido la noche anterior.

— ¿señorita Olsen, se encuentra bien?— preguntó su sirvienta, quien todas las mañanas se ocupaba de recoger el desastre de sus noches atareadas.

— estoy....— vomitó aún más— bien— ella no sabía porque esta vez era diferente de las otras, normalmente se levanta con un ligero dolor de cabeza, pero nada grave, en cambio, hoy todo su cuerpo parecía estar afectado.

Miriam, la sirvienta, trajo agua y una loratadina. Elizabeth cuando se recuperó, se dio una ducha y se puso un traje negro para el trabajo. Tomó la pastilla con el agua que le había traído su ama de llaves y se sintió algo mejor.

—¿señorita Olsen?—llamó la ama de llaves—¿podría hablar con usted?—

La mencionada asintió, antes de acercarse a Miriam.

—sabe que estoy trabajando para su familia desde incluso antes que usted naciera, sabe que yo prácticamente la crié a usted y la conozco lo suficiente para saber que esta vida que usted está llevando no va a terminar bien para usted— afirmó la empleada—me preocupa y much...—

— ese no es su problema— dijo la joven con frialdad— concéntrese en lo que le pedí y deje de querer darme consejos, es una empleada, recuerde su lugar—

Elizabeth se marchó de su casa y fue hacia su auto para llegar a la oficina, como todos los días.

>>>

Pilar durmió toda la noche, y al levantarse volvió a la realidad en la que vivía. Miró a todos lados para verificar que ese era el cuarto donde Elizabeth la había dejado la noche anterior y el cuarto donde sintió su corazón arder al ver a una mujer comerle el coño a Elizabeth la noche anterior.

Ella se sentía confusa por los sentimientos casi desconocidos que sintió al ver aquello. Al ver los gemidos de Elizabeth, gemidos de placer ¿Ella le daba placer?

Pilar se había sentido asustada al llegar a casa de Lizzie, y ella le había dado tanta seguridad. Elizabeth le había hecho sentir que no estaba en peligro, incluso si estaba consciente que ella misma la había secuestrado.

— hola!!— saludó Miriam entrando al cuarto— me presento, soy Miriam, soy el ama de llaves de Elizabeth y ella me dijo de ocuparme de ti, ¿quieres desayunar?— preguntó

— si, por favor— respondió tímidamente la rubia.

— bien, te prepararé desayuno, baja cuando estés lista— la criada salió del cuarto y Pilar se quedó analizando la situación.

Esto no es un juego, realmente estaba siendo secuestrada, y no sabía lo que le iba a pasar en esa casa. Pilar se dio una ducha y se puso ropa deportiva. Bajó hacia el comedor y vio un plato con desayuno.

— estaré arriba arreglando los cuartos, me llamas si necesitas algo— Miriam subió y Pilar encontró ese momento perfecto para escapar.

Abrió la puerta de la salida y se aseguró que no hubiera nadie y corrió. Esa salida llevaba a un jardín gigante y al salir del jardín había una fuente y finalmente había una carretera.

Aquello se veía apartado de todo, ¿cómo diablos saldría de aquí? Corrió, esperando encontrar alguien que la ayudara o al menos algo que lograra reconocer. Ella sintió pasos detrás de ella y ahí vio que unos tipos de negro la perseguían.

Raptada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora