Cómo se conocieron
—Aether
Se conocieron cuando llegó a la ciudad de una misión. Paimon hablaba alegremente sobre que comerían en el Buen cazador, cuando la pequeña chica al estar volando de espaldas al camino chocó contigo haciendo que cayeras en el piso
El rubio se disculpó por el suceso bromeando un poco sobre su comida de emergencia
—Paimon lo siente mucho ¿Estás bien?—pregunta la niña mirándote con una cara de arrepentimiento
—Si estoy bien no te preocupes—le restaste importancia y los miraste—Ustedes deben ser el caballero Honorario y su compañera—estiraste tu mano esperando que el chico hiciera lo mismo—Un gusto soy _____
El rubio sonrojado había correspondido el saludo, se presentó tímidamente. Paimon lo miro burlona, de seguro ahora no dejaría de molestarlo
—Kaeya
Tu ya lo conocías a él, quien no conocería al Capitán de los Caballeros de Favoniun y probablemente el hombre más coqueto de toda Mondstad. Por otro lado tú estabas muy ocupada explorando las ruinas y enfrentando te a monstruos con Bennett como para pensar en pisar la ciudad, además toda tú vida fue en la naturaleza
—No puedo creerlo, Bennet me deberá mucho jugo de gacho de lobo por esto—dices caminando con el ceño fruncido hacia la Sede de los Caballeros ¿El por qué? Bueno Bennett como todo angel que es le habló maravillas de ti (la mayoría lo exageró) al viajero y este al ser caballero honorario soltó la lengua en la sede
—Deberías dejar de fruncir el ceño te van a salir arrugas—una voz burlona pero seductora. Ante lo dicho giraste a ver al dueño de la voz con un tic en el ojo—Ves ya se te están notando—dijo tranquilo cuando te acercaste amenazadoramente
Le sonríes y lo golpeas en el estómago
—De todas las personas con las que podía encontrarme tú tenías que ser el primero—suspiras cansada ignorando como el hombre se encoge de dolor—Barbatos que hice para merecer esto—te quejas con el dios de la ciudad—Oye tuerto no quiero verte cerca de mi—empiezas a caminar alejándote—y si eso llega a pasar. Te mato
Si las miradas mataran Kaeya ya estuviera bajo tierra
—Diluc
Era de noche en Mondstad, leías un libro mientras caminabas por las afueras de las ciudad sintiendo como el suave viento golpeaba tu cara junto con un poco de tierra
—Maldición—te tallaste el ojo donde te había entrado tierra justo debajo de tus ojos habían unas grandes ojeras—Al parecer este tampoco surge efecto—dices mirando la oración donde decía que debías caminar por los alrededores para consultar el sueño, sueltas un suspiro—No se ni para que lo intento
Resignada cierras el libro y te acuestas en el césped esperando que contando ovejitas puedas dormir. Lastimosamente tu conteo fue detenido por unos sonidos extraños, te levantas rápidamente y oculta detrás de un árbol observando como aquel héroe de la noche peleando con un hechicero del abismo
La pelea terminó con el pelirrojo enmascarado como ganador, tu mirada se conectó con la suya dándote un escalofrío por toda la columna, ante esto decidiste correr hacia tu casa y tirarte a la cama con la respiración entrecortada
