Como se comportarían después de conocerte
—Ayato
Te volviste una buena amiga para Ayaka pero preferidas verla lejos de la recidencia ya que te sentías incomoda en una casa tan lujosa y más cuando el líder del clan no paraba de mirarte
—Me he estado preguntando por qué no sales pasar el rato con Ayaka aquí—dice cerrando un libro y mirar tu figura rígida. Lo que te preguntabas el porque habías aceptado a verlo en su oficina
—No me siento cómoda estar rodeada de cosas de que con un simple raspón puedan endeudarme la vida—susurras pero Ayato lo escucha y ríe, te sonrojas por eso, eso y la vergüenza de que te haya escuchado
—No te preocupes—suelta y vuelve a ver unos documentos, todo se volvió silencio y uno cómodo. Cada vez que se veían se encerraban en su burbuja el Kamisato con sus deberes y tú distrayendote con la cosa más simple que puedas encontrar
—Thoma
Habías jurado nunca más volver a la recidencia Kamisato, no querías ver a ese chico no porque era feo ni nada de eso al contrario te dejó enamorada pero no querías morirte de vergüenza al verle
—Ahora que me doy cuenta no se ni su nombre—estabas acostada en tu cama con la cara en la almohada por lo que no se te entendía lo que decías
—_____ necesito que vengas conmigo a la recidencia Kamisato—tu mamá entra a tu cuarto y te ve acostada—¿Qué estás haciendo?
—Debatiendo mi vida como una solterona con muchos gatos—dices y vuelves a meter la cabeza en la almohada
—Ok, podrías hacer eso después y ayudarme. Cómo recompensa dejaré que adoptes a ese zorrito—se va cerrando la puerta, desde el armario salió el animal
—Bien que se le va hacer, solo resarle a los arcontes y no encontrarmelo—bajas con tu mamá y se despiden de la familia al llegar al lugar te escondiste afuera de la recidencia tu mamá te miró extraña por eso
—¿Te golpeaste la cabeza o algo?—te pregunta y tú niegas
—La verdad estoy evitando a alguien
—¿A quién le diste vergüenza ajena ahora?—pregunta burlona y tú le reclamas
—Hola señora Yukii—el rubio saluda a tu madre y mira hacia la mayor miraba y ahí estabas tú arrodillada muy concentrada en el suelo una pequeña sonrisa aparece en su rostro
—Thoma, hola hace tiempo que no te veo. Mira qué grande estás—le palmea el hombro y te coge de las manos para ponerte delante de ella—Ella es ______ es mi segunda hija, ______ el es Thoma —los presenta y observa como ambos desvían las miradas sonrojados bueno tú mucho más que él
—Gusto conocerte un—dices nerviosa y ahora sale humo de tu cabeza al notar que dijiste mal la oración, te tapas el rostro
—El gusto es mío—se acaricia la nuca
—Ya tengo nuero—susurra contenta tu madre entrando a la recidencia. Los días pasaban y se iban conociendo mejor Thoma no dejaba de ser un caballero y tú empezaste a dejar de lado tú vergüenza
—Itto
—Oye _____ quiero la revancha—grita el oni siguiéndote y detrás de él su pandilla
—¡Qué no quiero que no entiendes! ¡Lárgate y déjame hacer la misión en calma!—le devuelves el grito y los demás de la pandilla se asustan menos el líder
—No hasta que te gane en unas vencidas—dice manteniendo su postura firme ante tu mirada enojada
—Llevas dos semanas en lo mismo y todavía no has podido ganarme. Ya ríndete—eres acorralada contra un árbol y el gran fornido cuerpo del chico *No le mires los pectorales* piensas y subes la mirada encarandolo y la vuelves a bajar *Tampoco le mires la cara*
—Oye mi orgullo de hombre está herido, necesito reponerlo—se acerca más a ti
—Eso es machismo—dices moviendo la cabeza de un lado a otro *Donde se supone que mire si te acercas demasiado* tal vez por fuera parecieras una roca pero por dentro estabas que morías de los nervios—Vale, una última vez. Tengo cosas que hacer
—Bien—se emocionó y se acostó boca abajo en el suelo pero apoyando el codo en este—Esta vez si te voy destrozar muñeca
—Sigue soñando—copias su posición y cuando uno de los integrantes de la pandilla terminó de contar ambos ejercieron fuerza, le diste pelea y le ganaste por decimosexta vez—Bueno adiós—te apresuras a irte pero Itto te sigue de cerca quejándose y pidiendo repetir. Mientras los miembros de la pandilla vieron las grietas que tenía el suelo después de haber llevado la mano de su líder con fuerza a ese lugar
—Gorou
—Nos volvemos a encontrar—saltas del susto y miras al causante—Hola de nuevo
—Eres el de ayer—dices poniendo tus orejas en alerta
—Tranquila no pienso hacer nada malo—levanta sus manos en son de paz—Tienes mejor semblante, ayer parecía que ibas a llorar
—No iba a llorar estaba enfadada—replicas evadiendo la mirada sonrojada
—Vale tu ganas, no ibas a llorar—se ríe un poco y tú lo examinas un poco tenía orejas y cola esponjosa y su olor era de un canino—Soy Gorou ¿Cuál es tu nombre?
—______—estrechas su mano, se sentía cálida para el ambiente frío de Inazuma
—Si no es mucho molestia podrías decirme para quien es el la caja que siempre traes contigo—lo miras sin entender—Siempre pasas por aquí para llegar a uno de los acantilados de la isla. No es que te esté espiando ni nada—nervioso niega rápidamente con las manos. Te ríes ante la tierna imagen que tienes delante haciendo que el se sonroje
—Son para mi hermano... El, ya no está en este mundo—dices y con las orejas caídas
—Ya veo—las orejas del chico también también decaen—Te gustaría
—¡Gorou deja de coquetear con tu novia y regresa a entrenar!—grita furioso uno de los dueños del lugar
—!Si! Nos vemos—va corriendo hacia el hombre y ves como le dan un sermón y agacha sus orejas. Desde ese día siempre te encontrabas con Gorou en el momento en que tú pasas por ahí y algunas veces recibe regaños por eso
