Como se comportarían después de conocerte
—Aether
Solías verlo mucho por las calles de la ciudad así que de vez en cuando ellos te invitaba a alguna misión, a comer en el buen cazador o cualquier cosa y tú los invitadas a tu casa
Sueles hablar mucho con Paimon mientras el rubio peleaba contra algún monstruo por alguna misión. Tu solías prepararle algo de comer para cada vez que va de viaje, el muchacho y la niña se enamoraron de tu comida
Te contaría sobre su hermana y en cómo va su búsqueda sobre ella
En resumen te trataría como si se conocieran de años
—Kaeya
El pobre no olvidaba como tú lo golpeaba y lo amenazabas así que decidió buscarte y darte un sermón por golpear a alguien solo por hacerte una broma. La forma en la que te encontró le sorprendió un poco tú estabas vestida con unos pantalones y sin nada arriba tus senos siendo tapados por tu cabello
—Al parte de tuerto, sordo—te cruzas de brazos—No te advertí que no quería tenerte cerca
—Creeme tampoco quisiera estar aquí, pero hay algo que no abandona mi cabeza—dice desviando la mirada—No deberías de golpear a la gente solo por hacerte una broma, sabes lo que me dolió—se queja todavía sin mirarte
Te extrañas un poco por el porqué el caballero no quería mirarte, así que miraste hacia abajo y te sonrojaste al darte cuenta que no te pusiste tu camisa. Corriste al campamento improvisado de Bennett y te pones una
—Ya veo, podría tomarlo como un consejo pero si viene de ti solo me dan más ganas de hacerlos—dices haciendo que el sonrojo desaparezca
—Oh debería sentirme halagado—dice burlón ya mirándote mientras se acerca a tí acorralandote entre la tiendo y él
Sonríes y le das un cabezazo que hace que retroceda
—Ahora pienso que eres masoquista—dices y te alejas de él—Pensaré sobre tu consejo, ahora vete antes de que termines retorciéndote de dolor— amenazas, caminas hacia las ruinas donde debería estar Bennett
—Bueno es un avance—dice mirando la sangre que salía de sus labios
—Diluc
Cuando pudiste salir del bar sin que el dueño te viera (o eso creías) esperaste a qué tu amigo volviera a la casa. Al día siguiente le contaste todo y lo único que hizo fue burlarse de tu intento para contar ovejas
Los días pasaban y tú insomnio empeoraba solo lograbas dormir unas cuantas horas gracias a qué Venti tocaba para tí
—Venti otra vez olvidaste las llaves—dice abriendo la puerta que ha sido tocada varias veces, la abres y ahí ves a la persona que has querido ignorar desde que lo viste—Oh
—Ha vuelto a emborracharse hasta caer inconciente—pasas el brazo de tu amigo por los hombros y lo entraste para acostarlo en el sofá
—Gracias por traerlo—te extiende el libro que habías dejado cuando lo viste por primera vez—Gracias, ¿no me vas a matar?—preguntas algo temerosa el te mira—Bueno te vi en bueno, ya sabes, tu otro trabajo y pensé qué eso podría afectarte