- ¿Celos? -

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— Bien ¿Que viste? — me pregunta Tony al terminar mi labor.

— Dejame respirar un poco hombre de ojalata — tomo asiento en la mesa, tal vez Steve y Tony me miren mal por lo que acababa de hacer pero, estaba muy cansada.

Leer mentes no es lo mas facil del mundo que digamos. Suelto un suspiro para enderezar mi espalda por un momento.

— El de bigote absurdo es un criminal, — comienzo a contar — el de traje es abogado y tiene problemas familiares.

Cada uno tenia algo especial y distinto, todos eran unicos pero, era peor para mi pensar que cada uno llamaba mi atención.

Y verlos en esa habitación de cristal, donde parecian leones ambrientos cada vez que me veian, lograban dejar una pequeña espina en mi.

— El que parece un fosforo viene de un universo donde existen heroes pero, no nosotros — voltean a verlo — el de abrigo, asesino por una herencia, el que parece rapunsel ayuda a las victimas por el ejercito en africa, el que prece que no a comido, es telequinético, un poder heredado por su padre asesino

— Al parecer la mayoria de sus variantes o son heroes o crimiales — le dice Tony.

— ¿Y ellos?

— El vestido como bagabundo es una especie de heroe, quiere vivir al igual que los que conoce y el de lentes ridiculos hackea computadoras.

— Valla historial capitan Rogers. — lo molesta Clint.

— Bueno, ya sabemos de quien debemos confiarnos y de quienes no.

— ¿Tu crees Wanda? — le dice Nat — La mayoria son psicopatas.

<<Unos muy guapos>>

— ¿Que pasara con ellos? — indago.

— Debemos ocultarlos — asegura Thor — Nadie puede saber que llegaron aqui todos estos tipos.

— Risitos tiene razón — afirma — hay que regresarlos.

— Si hablando de eso — razco mi nuca haciendo una mueca.

— Ahora que — me dice algo cansado Tony.

— Sus universos notaron su ausciencia, entonces crearon a una copia exacta de ellos. — me miran anonadados — Es como si nunca se hubieran ido.

— Eso quiere decir..

— Eso quiere decir que si se quedan o mueren nadie se vera afectado — le completa wanda a Clint.

— Bueno — da un aplauso — Ya tenemos la solucción.

— Tony — le reprochamos todos.

— Debemos buscar una solución. — afirma Steve.

— Debes llevartelos — me ordena Tony — No quiero a todas las copias del capipaleta en mi casa.

— ¿Por que no? Tu casa es muy grande.

— Morgan viene aqui al igual que todos sus amigos — me asegura.

— Tiene razón — me dice la espia — no podemos arriesgarnos a que los vean.

— ¿Y que se supone que haga? — me escuso — Tu inventaste esa cosa que no funciono.

— No lo se pero, no deben estar aqui.

— Y tu mejor solución es ¿Que? ¿Me los llevo a mi casa?

Hace un ademán con los brazos a los lados mientras sonrie de lado, veo a los demas y me asienten, comienzo a negar para bajar de la mesa.

— Eso no, no pasara. Nat diles algo.

— Tu eres la responsable. — intersede por ellos — No se veria nada bien que una vengadora parezca una niña. — le ruedo los ojos con una mueca.

— ¿Y se supone que se ira con todos ella sola? — hace enfasis en esa palabra, asenti señalando lo dicho.

— Esperen — iba a interseder pero, lo hace primero — Crei que eran ocho. Falta uno.

Comenzamos a buscar tras el cristal donde estaban pero, no aparecia, los conte mientras trataba de recordar cual de todos faltaba.

Era complicado todos son iguales, nuestra mirada cae en aquel varonil abdomen que llega descubierto desde el baño.

La mirada de Steve se vuelve penetrante y fuerte haciendo una mueca de fastido.

Sonrio de lado para soltar un suspiro.

— Bien, me los llevo — miro a Tony.

— No se discute mas, te ayudamos.

— Ire por mis cosas y vuelvo.

Voy de camino a la que era mi habitación para adentrarme y tomar una de las valijas y dejarla sobre la cama, abro las puertas del armario y con ellas se abre de golpe la puerta.

— ¿Por que entras asi? — frunso el ceño mirandolo.

— No te iras con todos esos tipos a nuestra casa.

— Correción; Mi casa, tu decidiste irte.

— Aun sigue siendo mi casa.

— No lo creo — afirmo para volver al armario — cierra al salir ¿Quieres?

— No iras con ellos.

— ¿Y quien me lo impedira? — dejo mi ropa dentro de la valija para afrentarlo — ¿Tu y tu traje absurdo?

— Te recuerdo que este hombre con traje absurdo — acorta nuestra distancia — hizo que te desveles muchas noches y no precisamente hablando.

Me toma de la cintura acercadome a el, hago fuerza pero es en vano la capacidad que tiene en mi.

— Bueno, ahora hay ocho hombres que pueden lograr eso — le susurro cerca a sus labios — Adios capitan.

Me suelto de su agarre para continuar con mis cosas y sacarlo con mis poderes cerrando la puerta.

Ya lista y con lo unico que tenia aqui, salgo de la habitación directo a donde estaba hace unos minutos.

— ¿Por que las caras largas? — interrogo al verlos casi serios.

— Tendras ayuda.

— Una muy buena ayuda.

— No entiendo — confieso — ¿De que hablan?

— De mi — giro y lo veo muy sonriente con una valija.

— Claro que no — vuelvo a mirarlos — no me obligaran a ir con el.

— Miralo por el lado bueno — me asegura el Alcón — No estaras sola con todos ellos.

<<Pero eso queriamos>>

— Me niego, no ira a mi casa.

— Nuestra. — lo fulmino con la mirada.

— Suerte con el trafico.

Le doy una hipocrita sonrisa para alzar mi mano y hacer un ligero movimiento que me hace desaparecer junto a todas sus variantes.

Se sorprenden al notar lo que hice pero, le resto importancia cuando cierto rubio aparece frente a mi con una sonrisa

— ¡Wanda! — grito como si lograra escucharme.

— El trafico no estuvo pesado al final de todo — se burla de mi.

— Una palabra mas y te dejo en la antartida. — levanta sus manos a los lados en modo de rendirse, suspiro y los miro — Tienen suerte de que mi casa sea lo suficiente grande para que cada uno tenga una habitación.

La mayoria me mira con atención mientras otros me comen con la mirada.

Un amor para todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora