- ¿Uno o dos? -

146 22 5
                                    


____________.

La tensión se mezclava con el polvo en todo el lugar, sus ojos clavados en los mios, los de Andy clavados en él.

La respiración a mil, el desenfoque de nuestros cuerpos, nuestros corazones bombardeando por salir de nuestros cuerpos.

La presión de la mano de Andy en la mía se volvía cada vez más intensa, el mentón de Steve tensarse y endurecerse al ver ello era una locura.

Me sentía prisionera entre dos almas con las mismas energías.

— Es hora de irnos cariño.. — quita de su guante para acercarme su mano — ya no hay peligro.

— __________ — recibo un apretón por parte del castaño a mi lado permitiendo que lo mirara — hay que irnos.

— _________...

Volteo la mirada y no sabía que hacer, que decir o como actuar.

El simple hecho de tenerlos juntos ya era agobiante.

— Los federales.. ellos vienen por mi.

— No.. — niega guardando su escudo — no los dejare.

— Yo no quise dañarlos — niego con temor — a nadie..

— Lo se cariño.. — toma la valentía de acercarse a lo que no me niego — conozco a mi prometida. — alza un anillo, aquel anillo con el que nos prometimos un amor para siempre — Es hora de regresar a casa.

Miro sus azules ojos tocando mi alma, esos sentimientos que podíamos sentir del otro ahora me jugaban una mala pasada.

Yo lo amaba, siempre lo e amado pero, era demasiado para mi. Cuando creíamos que eramos felices siempre había algo que no los impidiera.

Suelto su mano dando unos pasos hacia atrás.

— Steve yo..

Un pequeño pero, doloroso estruendo llega a nosotros. En ese momento me hubiera encanto ser yo el objetivo, ser yo quien lo recibiese.

Mi mirada queda clavada en sus ojos, su mirada baja y con el la mía, esa opaca y detestable mancha roja se esparcia por su cuerpo.

— ¡Steve!

Su rostro comienza a enrojecerse, mi corazón comienza a latir a mayor velocidad, caigo al suelo junto a él, presionó la herida como se me es posible cuando varios impactos de bala comienzan a cruzar la cabaña.

Lo veía débil, lo perdía y no podía permitirlo.

— ¡________ debemos salir de aquí! — su mano trata de llevarme pero, mi cuerpo se aferra al suyo.

— ¡No voy a dejarlo!

— ¡__________!

Niego y me acerco más a su cuerpo, el era mi mundo y yo podía morir si no lo tenía a mi lado.

Hago el intento de atraer mis poderes pero, es en vano, todo intento de protegerlo es tonto.

Lo abrazo para ponerme como escudo y que nada le pasara. Siento el cuerpo de Andy sobre mi y cuando decido ver, él era mi protector y nos cubría con dicho escudo rojiazul.

Las balas por un momento son frenadas, un silencio abrupto llega a invadirnos.

— Hay que salir de aquí ___________. — lo miro asintiendo sin dejar de preocuparme por Steve.

— ¿Como?

— Hay una puerta de escape en tu cuarto, debemos llegar ya.

— Ayúdame. — le pido poniéndome al otro lado de Steve quien ya se encontraba inconsciente.

Un amor para todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora