Capítulo 5

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En la mañana siguiente, me levanté para irme a la escuela, no dejaba de pensar en lo que había pasado el otro día. Como ese chico (mi amigo), se vería tan bien como una chica. Esos cabellos cubiertos con polvo de oro; esos ojos vistos a través de una ventana, y no olvidar esa mirada coqueta, esas pestañas tan despiertas, y esas cejas gruesas y delgadas; esa camisa blanca como la nieve, esa falda negra y corta, dejando ver esta unas medias blancas, escondiendo estas unas hermosas piernas femeninas. Pero volviendo a la presente realidad, ¿Vendría Ángel a la escuela como Ángel o... como Ángela? No había pensado en eso. ¿Estaría mal si Ángel viniera como "Ángela"?... No, no creo, si pudo engañar a mi madre y a mi hermana (y por unos instantes a mi), podría engañar a los demás también. Llegue a la escuela, Ángel acababa ya de llegar.

-¡Hola! -me dijo emocionado Ángel, con unos cabellos despeinados y rubio- ¿Cómo estás? ¿Qué tal amaneciste? ¿Dormiste bien?

-Hola, bien, bien y muy bien, gracias ¿Y tú cómo estás?

-Pues muy bien, gracias.

-Oye, por un momento pensé que vendrías a la escuela como ayer.

-¿Como ayer?

-Si, ya sabes, como... "Ángela".

-Ah... Y... ¿estuviera mal que hubiera venido como ayer? -preguntó pícaramente Ángel.

-¿Serias capaz de venir a la escuela como ayer? -le pregunte.

-Por ti, mi amigo, sería capaz de hacer cualquier cosa -me respondió sonriendo mirándome a los ojos-, ya lo has visto ayer.

-Cierto -dije sonriendo-, aparte, si pudiste engañar a mi madre y a mi hermana, y por unos breves momentos a mi, no te lo niego, podrías también engañar a los demás, ¿No crees?

-Buen punto... -me dijo-. Pero bueno, vayamos al salón.

Al entrar al salón, los compañeros ahí presentes se nos quedaron viendo, o bueno, se le quedaron viendo a Ángel. Haciendo una bolita se acercaron a él.

-¡Ángel! ¿Qué te pasó? -pregunto Manuel, el listo del salón.

-¿Que me pasó de qué? -exclamó Ángel

-Tu cabello -le dijo Flor, la lista del salón.

-Ah, eso, no es nada. Es que Andrés me invito el fin de semana a su casa a jugar videojuegos, jugamos los dos, él contra mi. Hicimos una apuesta que el que perdiera, tenia que teñirse el cabello, y bueno ya sabrán ustedes quien fue el que perdió, y aprovechando ese momento también me cortaron el pelo.

-Pero te ves bien así -le dijo Mario, el gordito buena onda.

-Si, aparte queda bien con tu piel -le dijo Ana, la bonita del salón, acariciando con su mano derecha su cabello, mientras que con la izquierda acariciaba el de Ángel.

-Jejeje, gracias, gracias -dijo riendo nerviosamente Ángel.

Para Ángel (y para mi), no era ningún secreto que Ana quería algo más que una amistad con él. Desde que lo conoció, Ana siempre quiso de un modo más especial a Ángel, no importando que Ana estuviese con novio (Álvaro, el "galán" de la escuela y último novio hasta ese momento de ella, era de 3° y había terminado la preparatoria cuando pasamos nosotros a 2°; Miguel, el deportista; Francisco el chico musculoso; Adrián, el "popular" del salón únicamente por subir videos bailando a redes sociales; Diego, el rico de la escuela; Ismael, de 18 años, el hermano de Mario, y lo opuesto a este ultimo, y a un vago de 18 años que siempre pasaba por la escuela, hasta que lo arrestaron por vender marihuana). En pocas palabras, Ana era de esas chicas que se "enamoran rápido" (bonita manera de decirle "puta" a una dama).

Las clases pasaron y llego el receso. Ángel y yo comimos y platicamos como siempre, y callamos y miramos al frente igual como siempre.

-¡Oye! -exclamó Ángel de repente.

-Dime -respondí aun viendo hacia el frente.

-¿Que harías si Ángela viniera aquí, a la escuela?

Callé un momento y luego respondí riendo:

-Bueno pues, estaría con ella como lo estoy contigo, quizá abrazándola y besándola, pero nada más, y en vez de hablar de nuestras estupideces, le hablaría cosas románticas, ¿Por qué?

-No, nada más.

-No me digas que piensas venir mañana así.

-No, no, como crees... Mañana, no -murmuro Ángel.

Sonó el timbre para volver a clase, las tomamos y después sonó el timbre para irnos.

-Hasta mañana -me dijo Ángel.

-Si, hasta mañana -respondí- ¡Oye!

Ángel, que estaba ya a 2 metros de mi, volteo.

-Si quieres venir a mi casa, avísame, ya no quiero mas sorpresas -le dije riendo.

-No te voy a avisar -me dijo sonriendo.

Llegué a casa, hice la tarea, y vi la TV. Llegó mi madre, con mi hermanita como siempre.

-Hola hijo, ¿Cómo te fue? -preguntó mi madre.

-Bien Ma, ¿y a ustedes?

-Bien, hijo, gracias por preguntar. ¿Y Ángela como está?

-Ah... Bien.

-¿No va a venir hoy? -preguntó mi hermana. 

-No, hoy no.

-Invítala cuando quieras hijo, siempre y cuando esté yo -dijo mi madre.

-Si, si, no te preocupes -le dije.

A la hora de dormir, noté que Ángel no me había mandado mensaje, ni siquiera se había conectado. Le envié un mensaje: "Dice mi mamá que eres bienvenida cuando quieras venir". No respondió, "¿Qué importa? Lo verá mañana en la mañana seguramente." Me dije, sin saber el malvado plan que estaría por llevar Ángel.    

Ángel o ÁngelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora