Capítulo 8: Mutant Iguana

288 52 3
                                    

Jarrones valiosos de color amarillo para los historiadores estaban hechos fragmentos pequeños en aquella guarida, el dueño no le importaba en lo mínimo por ahora de saber eso, no cuando su cabeza estaba en otro conflicto. Tampoco necesitaba que la mayoría de sus pertenencias eran de ese color o similar con tan solo verlos nuevamente le daba dolor de cabeza.

— Quiero que se deshagan de todo lo relacionado con el amarillo, si llego a visualizar aunque sea un poco de ese color, todos tendrán graves consecuencias — Gruño hacia sus sirvientes felinos, un par de segundos después se oían objetos siendo movidos

Tenía ya días desde que la dichosa rubia le había dado una amenaza sobre acercarse a Jack en el supermercado y desde esa vez los ataques de ira eran peores, no solo en el ámbito humano, si no de igual manera su dragón estaba furioso. Como se atrevía aquella mujer quitarle el derecho de estar cerca de su gusano.

"¿Su gusano?" Paso por su mente, eso era otro conflicto que tenía que resolver.

Él era el Príncipe Heylin podía deshacerse de las personas que se entrometían en su camino, con solo un chasquido de dedos tendría a hombres y mujeres a su disposición, sin embargo, Erina no era una persona cualquiera. Esa mujer supo agarrar una carta poderosa, mientras que los demás veían a una carta completamente inútil. Necesitaba comenzar a emplear un plan para quitar a Jack y saber de una vez por todas la verdad que oculta Erina.

Mientras que caminaba en círculos, un felino se acercó respetuosamente hacia él, al ver al gran gato paro su ridícula caminata y recompuso su postura.

— ¿Hubo una nueva novedad? — Con un movimiento de mano el gato fue absorbido por una niebla blanca, cuando desapareció la niebla se podía visualizar a un atractivo humano

— Si hubo amo, la mujer y el joven Jack han estado practicando con el potencial que guarda en su interior, pudo purificar el agua —

— ¿Purificar?, esa clase de magia es muy débil, ni los principiantes lo hacen para no perder el tiempo — Comento burlonamente, lo que fuera que estuviera tramando esa mujer deducía que el proceso sería largo por lo visto, mejor para el que necesitaba el tiempo

Mientras que se daba ese momento en aquel lugar, una cabellera de color rojiza veía con preocupación a la mujer que no dejaba de estar estornudando desde que comenzaron a caminar hacia su casa para cenar. Lo bueno era que ya estaban dentro de la vivienda.

— Erina, ¿Qué te pasa? — Pregunto con voz preocupada, tal vez por estar mucho tiempo en el río le hizo mal a ella

No respondió de inmediato, ya que todavía se dispuso a sentarse en el suave sillón, además de llamar a uno de sus Jack-Bots para pedir un té caliente. A pesar de que tenía un ataque de tos, su postura siempre fue elegante, nunca perdió el toque.

— ¿Has oído sobre si alguien habla de ti estornudas? — Comento mientras que recibía su taza de té caliente — Gracias mi querido Jack-Bots — Murmuro agradecida hacia el robot

— Cuando era niño, pero eso científicamente no es verdad —

— Algunas cosas no deben de ser comprobados por científicos para que sea verdad — Respondió — Estás en un lugar que la ciencia no puede argumentar, tampoco cuando purificaste necesitaste que fuera comprobado —

Esos comentarios dejaron al adolescente pensando, no era fácil aceptar una justificación que no necesitaba más evidencia, solo la persona que estaba sentada en el sillón bebiendo tranquilamente podía hacer pelea como si estuviera presentando una tesis y si fuera poco también vivía en un sitio donde la magia era lo principal de todos sus días.

— Necesito componer estos pensamientos, se volverán un problema si no los arreglo pronto —

— La salud mental es importante Jack, podre ser vieja, pero tengo un gran conocimiento — Miro al joven — Como dice el dicho, más sabe el diablo por viejo que por diablo —

— En verdad suenas como una anciana, te salva el traje negro que llevas —

— Me veo mejor que la iguana mutante de la que estás enamorada —

La piel pálida de Jack comenzó a cambiar de color rojo — Solo es admiración —

— Dile eso al sueño que tuviste ayer —

— ¡ERINA! —

Sonrió con malicia Erina, le gustaban estos momentos donde eran solo Jack y ella, donde era todo paz y armonía. Tristemente sabia que esto se acabaría pronto, ya sentía la corazonada de que pronto sería su juicio final y necesitaba que por lo menos el chico aprendiera a valerse solo.

"O no tan solo" Paso por su mente, los estornudos fueron un claro ejemplo de que una iguana mutante estaba maldiciéndola desde su guarida. 

Cheri Cheri MenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora