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—Creo que nunca podré terminar de comprender a Tobirama— le digo a Mito, frustrada, ella está cocinando, como hace siempre, y aún más desde que tuvo a su primer y único hijo.

Yuno, es el hijo de Hashirama y mito, como un clon de su padre algo de lo que mito siempre se quejaba, e incluso llegue a pensar que se escribiría de forma permanente en su piel "Malditos genes de Hashirama" porque escuché esa frase tantas veces que incluso ya la comenzaría a decir por costumbre

— ¿Aún te trata mal?— me pregunta mientras termina de hacer papilla para el bebé que tiene en brazos, se sienta a mí lado y comienza a darle de comer mientras el solo lo hace en silencio.

Al menos no es igual de llorón que Hashirama.

— Nosé si mal sea la palabra pero nosé, senti que algo había cambiado desde Madara, desde el lago— digo un poco avergonzada por no saber realmente si fue culpa mía idealizarlo de tal manera, — es un imbecil con patas.

— Si no las tuviera sería un poco raro.

— Tienes razón pero quizás no sería tan imbecil si estuviera más desarmado.

Lo pienso y ella parece ignorar mí amenaza indirecta de descuartizar a Tobirama.

Tocan la puerta y Mito mira al bebé y se mira a si misma, — voy yo, no te preocupes.

Le digo y ella me sonríe agradecida.

Al caminar hacia la puerta y abrirla me encuentro con un hombre alto y de contextura delgada, el pelo tan blanco como Tobirama, pero con una mirada más amigable.

— Hola. — Me saluda amablemente, — soy Toshio Hatake, ¿se encuentra Mito Uzumaki?

Dios, le sonrio, era lindo encontrar gente así de agradable cada tanto.

Me presento y lo llevo con Mito, y mientras el habla con ella, no escucho su conversación porque me pongo a detallarlo. Tiene el pelo blanco casi en punta cayendo alrededor de su cabeza con una banda con el símbolo de la aldea. Sus ojos son marrones pero parece ser más ágil de lo que se ve.

Tiene alrededor de unos 20, casi como yo.

— Entonces... ¿Lo puedes acompañar, Ayame?— me pregunta Mito y pestañeo mirándolos a ambos.

— ¿A dónde?

— Necesita encontrar a Hashirama, pero yo tampoco se dónde está.— me aclara y asiento con la cabeza.

Salgo de la casa de Mito está vez acompañada por Toshio, que me mira con mucho interés, comenzamos a caminar por la aldea en busca de el hokage ruidoso.

Y llorón.

Perdón, tenía que decirlo.

— Nunca vi a alguien con tus rasgos...— me dice, lo miro sin comprender a qué se refiere. — ¿A qué clan perteneces?

— Oh, no, no— niego con las manos y miro la aldea, — yo no soy de estas tierras, Toshio, pertenezco al pais de la luna, lejos , muy lejos de esto.

El me mira dubitativo con su siguiente pregunta, — ¿Y prefieres estar aquí?

Asiento con la cabeza hasta que a lo lejos veo a una cabeza marrón, de pelo bien largo que está tirado en el piso.

— Apuesto la vida a qué ese es Hashirama.— le digo y lo tomo de la mano para comenzar a correr totalmente veloz, quizás no era el gran Tobirama Senju pero hasta incluso un ninja como Toshio pareció costarle comenzar a seguirme el ritmo.

O lo sorprendí demasiado porque el no se esperaba que corriera de esa forma de repente.

Al comenzar a llegar, no solamente estaba Hashirama llorando en el piso, sino que estaba llorando en el piso pero con Tobirama delante que lo miraba como si fuera el insecto más inútil del mundo, porque vamos todos sabíamos que lo quería pero que no lo mataba solo porque era su hermano.

𝐋𝐈𝐑𝐈𝐎𝐒 | 𝐓𝐎𝐁𝐈𝐑𝐀𝐌𝐀 𝐒𝐄𝐍𝐉𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora