3

298 42 6
                                    

A partir de ese día todos los días tobirama me dedico una parte de su tiempo a lo que el llamaba entrenamiento y yo tortura, el era veloz, rápido y original con sus movimientos.

Tobirama era de esas personas con mente y personalidad tan propias que sobreviven en base a ello, sus jutsus, sus ataques, todos eran inventados, no espontáneos, a el se lo podría definir de muchas maneras pero espontáneo era uno de los adjetivos faltantes en esa lista, metódico, todo pensado antes de que alguien nisiquiera tenga a tiempo a comprender el asunto. Ese era Tobirama Senju, esos eran sus ataques, pensados, creados, nuevos, inesperados.

— no puedo, no puedo ni llegar a apuntarte— me sostuve en mis rodillas con todo el cuerpo sucio y transpirado, eran las once casi del mediodía y no había dado un bocado de nada, solo porque no quise.

— pon más fuerza en tus piernas y vuelve a intentarlo.

Se volvió a poner en posición, lo volví a intentar y estuvimos un rato así, yo pegando al aire y el esquivandome como si fuera una pluma, en un momento vi una ventaja y m acerque y gire, tal y como dijo usando más fuerza que nosé de dónde salio en mis piernas, y quedó acorralado entre un árbol y mí vara de entrenamiento.

No lo podía creer. Baje el "arma" lentamente incrédula.

El no sonrió pero tampoco tenía su cara de bollo como siempre.

— ¿Ves que si podías?.

Rebolee los ojos, molesta porque aún mí poder en batalla es insignificante en cuanto  a Taijutsu.

Estaba dispuesta a seguir hasta que sentí su mano detrás mia, en mí hombro y como me quitaba mí arma de entrenamientos tan rápido que un pestañeo me arrebato la posibilidad de verlo.

— estás aquí desde temprano y no comiste nada.

Su voz sonó a sentencia a muerte, lo mire, neutra.

— ¿Y?— dije haciendole frente a la muerte misma.

— Iremos a casa de Hashirama, tengo que pasar por ahí, y comerás algo y te pegaras un baño.— Dice mirándome de arriba a abajo.

Eso solo me dieron más ganas de molestarlo, haciéndole preguntas, algo que a cualquier persona no molestaría a Tobirama lo hace perder los estribos, nosé si tuvo poca atención de niño o que, que odia hablar de si mismo y que demuestren interés por el, — ¿Que harás de Hashirama? ¿Cuando volveremos a entrenar?— le pregunto con una sonrisa cuando comenzamos a caminar, el camina frente a mí, no solo guiandome sino que es como una costumbre inconciente que tiene, caminar solo, nunca a mí lado, como para demostrar que siempre está delante de todo.

— Eres un real fastidio.— solo me contestó eso hasta que no mucho después llegamos a la casa, como hasta ahora, la aldea que estaba formándose era tan pequeña los trayectos no duraban más que minutos, más al paso al que iba Tobirama.

Entro como dueño por su casa y saludo a Mito con un asentimiento de cabeza antes de dirigirse directo al pasillo eterno de la casa con habitaciones.

— HASHIRAMA DEJA DE DORMIR— antes de que siquiera pueda pronunciar palabra la casa parece tambalear con el aullido que parece haberle dado Tobirama a Hashirama, Mito me saluda, como pidiendo disculpas con su rostro sin saber que yo ya estaba ama acostumbrada al Senju menor de lo que parecía.

— Oh querida tendrás que bañarte, mira como te dejo ese animal sucio de Tobirama por hacerte entrenar— me habla con dulzura y poco después me preparo un baño relajante con ropa que ella misma me había dejado para cambiarme cuando sali, parecía la mujer más dulce y tierna del mundo cuando no estaba enojada.

𝐋𝐈𝐑𝐈𝐎𝐒 | 𝐓𝐎𝐁𝐈𝐑𝐀𝐌𝐀 𝐒𝐄𝐍𝐉𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora