El mendigo y su violín

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Hoy vine al conservatorio, habían anunciado que los artistas independientes podrían venir a tocar sus obras.

He estado un buen rato escuchando a los intérpretes, algunos tocaron el piano, otros el cello, cantaban, con gran precisión en las notas que tocaban, algunos hacían alarde de sus habilidades, tocando melodías rápidas.

Todos bien arreglados, con sus trajes perfectos para la ocasión, instrumentos caros, su imágen era perfecta, pero me sentí un poco vacío al ver lo superficial que era.

Claro, son demasiado talentosos, tienen el dinero suficiente para mantener a flote su "pasión", dije.

Talvez solo son cascarones vacíos tratando de ser alguien, pues ningúna de sus melodías me impresionó en lo más mínimo, cualquiera con bastante práctica podría hacer lo que ellos.

Quedé impactado al ver que un viejo mendigo se paró en el escenario, con ropa vieja y sucia, su cabello descuidado y un estuche de violín bastante desgastado.

Mucha gente quedó indignada al verlo parado ahí, "¿Qué hace el aquí?" "No debieron dejarlo entrar", decían, muchos se salieron del lugar, pues, ¿Qué se puede esperar de un hombre de la calle?

Yo tenía cierta curiosidad, ¿Cuál es su sonido? ¿Qué nos va a mostrar a continuación?

Llegó la hora, abrió el estuche y de su interior sacó un viejo violín, un violín notablemente usado, se posicionó, colocó el arco sobre las cuerdas, y tocó.

Sus manos vendadas no eran tan rápidas como los anteriores intérpretes, ni mostró técnicas difíciles, en cambio tocó una melodía demasido lenta y triste, hacía hablar al instrumento de alguna forma, estaba dando un mensaje desgarrador.

A cada segundo que pasaba, yo me rompía más al son de la melancolíca melodía, nunca me había sentido tan destrozado en mi vida, las notas graves hacían eco en mi corazón, y las notas más agudas cortaban mi alma.

No sé explicar ese sentimiento, ¿Cuánto se tiene que sufrir para adquirir un sonido así?, tan contagioso, tan hipnótico, como si esperaras que el instrumento soltara una lágrima al terminar con su triste mensaje.

Para cuándo me dí cuenta, el viejo había guardado su violín, y se había marchado, los demás compositores estaban ahí, recibiendo elogios, nadie habló del mendigo, parece que nunca estuvo ahí.

¿Habrá sido un fantasma? ¿Lo que ví era real?

Traté de buscarlo pero nunca lo encontré, se esfumó con el aire.

Pero su melodía permanece en mi a día de hoy.

Nunca volví a escuchar algo similar.

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