Un viejo amigo

7 2 0
                                    

Son las 3:30 de la mañana, no puede dormir por los ecos que resuenan en mi cabeza, solo salí afuera a fumar un cigarrillo para tratar de dejar de pensar un rato.

Un hombre de negro se acercó a mi puerta, ya sabía quien era, así que no le negué el paso, solo tomó una silla y se sentó conmigo.

Buenas noches, ¿cómo te encuentras? -me preguntó-

Supongo que todo bien, solo no puedo dormir. -respondí-

Las pastillas no funcionan y el alcohol me trae pesadillas. -dije-

Deberíamos ir de fiesta algún día, es bastante divertido, talvez te ayude a olvidar todo por un rato. -dijo-

Ya sabes que las personas me aburren, todos aparentan ser alguien que no son, me gusta dormir con personas reales, sabes. -le respondí-

Entonces tengo algo que pueda animarte, se que te encanta. -dijo con una sonrisa en el rostro-

Mi amigo sacó una botella de tequila de las más finas.

Te lo agradezco, tenía antojo desde hace días. -le dije-

Apuesto que sí, te conozco desde que eras un niño, no me puedes ocultar nada. -me dijo-

Lo sé, estuviste ahí el día que nací, desde ese entonces no me has dejado. -le respondí tomando la botella de sus manos-

No te esperaba, pero supongo que me ayuda un poco de compañía. -le dije-

-procedí a tomar 2 vasos de vidrio y me serví de la botella junto a el-

Mientras tomamos, ¿Te gustaría hablar un rato? -le pregunté-

Siempre es un placer compartir de la misma botella. -respondió-

-mientras servía el licor me preguntó-
¿Qué has hecho con tu vida éstos años?

He hecho de todo y nada. -le respondí-

¿Has pensado sobre mi oferta? -me dijo con una sonrisa ominosa-

Claro que sí, no hay día que no la recuerde. - le respondí-

¿Entonces cuando vendrás conmigo? -me preguntó-

-Solo inhalé una bocanada del humo de mi cigarro y no contesté-

Sabes que te espero por siempre, mi invitación no caduca, yo soy tu reflejo, y tú eres mi reflejo, no podemos evitarnos el uno al otro. -me dijo con una sonrisa en la cara-

Aún no. -le respondí-

¿Qué esperas? No es como que estés haciendo algo importante, aveces te veo queriendo comerte el sol de un bocado y te he visto quemarte la lengua con el sabor. -dijo con un tono burlón-

Ese es mi problema, al menos me hago responsable cuando la echo a perder. -le respondí con el ceño fruncido-

Veo que sigues igual de obstinado, desde que eras pequeño siempre fuiste de cabeza dura.
-me dijo-

¿No que eramos reflejo el uno del otro? Tu también alguna vez dijiste, "Subiré al cielo, en lo alto, junto a las estrellas levantaré mi trono, sobre las alturas de las nubes subiré" pero solo te caiste de tu supuesto pedestal y ahora estás aquí perdiendo el tiempo.
-le respondí con tono burlón-

Aparte de obstinado, también altanero, pero tienes razón, ambos hemos tenido altibajos, pero aún nos pueden ver con la cabeza en alto.
-contestó tomando su vaso-

Se bebió todo su vaso y se levantó de su asiento.

Fue entretenido charlar un rato, pero como dicen "el diablo no descansa" así que supongo que ya me tengo que ir, volveré después, piensa en lo que te dije.
-dijo antes de desaparecer con el viento-

Cuídate viejo, te veo después.

Ideas De Una Mente Desordenada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora