Me dijiste que no todos eran iguales. Tiempo después me lo demostraste; No todos son iguales, algunos son peores.
Es tan triste aunque ya no me duele y es lo que más duele. Pensaba que eras otra persona y quizás lo seas pero ahora: se acabó. Se acabaron las pláticas, las risas, las miradas, y las confecciones. ¡Qué loca estaba! ¿Cómo pude pensar que duraría? ¿Por qué me importaste tanto? Sí tu idiotez es la igual pero de otra forma.