Es difícil escoger entre la luz y la oscuridad en tiempos tan inestables.
Bloom se marchó al reino de la Ocuridad ignorante de lo que se encontraría allí. Mientras ella se adentra en un lugar totalmente olvidado por el Otro Mundo, a lo que cada día...
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Alfea, Reino de Solaria
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Los grillos cantaban.
La humedad del verano abarcaba todo el ambiente, era casi asfixiante.
Pero ahí estaban, aún en Alfea, en aquel eterno verano que apenas empezaba. La primera semana había sido algo caótica, aunque no todos supieran lo que realmente ocurría cerca de aquellas paredes.
Flora suspiró mientras observaba las pequeñas luciérnagas aparecer, había observado maravillada la puesta de sol.
Mientras soñaba despierta.
Pero el sol se había escondido y debía volver a la realidad, pronto iniciarían su pequeña excursión a Aster Dell.
Idea de Aria, dijo que era el lugar perfecto.
Necesitarían que las rodeara energía mágica pesada para poder hacer el hechizo de invocación, era un plan algo apresurado y riesgoso pero era por Bloom.
Funcionaría.
Vió de lejos, cómo muchas de las parejas entre especialistas y hadas volvían a la escuela. Su mente viajó en Helia y la pequeña discusión que tuvieron el día anterior.
Él era un buen chico, se preocupaba por ella por lo poco que llevaban conociéndose y habían hecho pequeños planes, también habían tenido su primer cita oficial. Terminó algo mal pero por lo que duró fue de las mejores noches de su vida, se pasaron la noche bailando y emborrachándose juntos. Aunque lo que le dijo el día anterior la hizo reflexionar, no todo podía ser ideal.
Ella sólo quería a alguien que la quisiese tanto que haría lo que fuera por ella, como lo hacía ella por los demás. Como lo hacía por Bloom.
Reciprocidad.
Eso era lo que quería.
Suspiró para apoyarse en el pequeño balcón del ventanal, a lo que escuchó unos pasos tras suyo acercándose a ella.
Giró levemente la cabeza para ver cómo la princesa se recostaba a la barandilla.
—Se viene una noche dura.—murmuró la rubia.
Una sonrisa se formó en ella.—Ni que lo digas.—dijo de forma irónica.
Observó hacia el interior de la Suite, Aria se encontraba explicándoles con detalles a Aisha y Musa lo que harían, mientras Terra les enseñaba los materiales que usarían.
Un nerviosismo le recorrió por la espalda, a lo que volvía a poner su mirada en Stella.
—Estoy algo emocionada, realmente ésto está pasando. . .—comentó ilusionada.—Si este pequeño hechizo funciona, comprobaremos nuestra teoría sobre las hadas de la mente y podremos abrir el portal.—suspiró.
