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A la mañana siguiente despertó con unos saltos en la cama, Yun estaba tratando de despertarlo, hoy lo llevaría al entrenamiento. Agradecía que le permitieran llevar al niño.

DoYun se ponía muy feliz cada que iba al entrenamiento con el omega, para él los amigos de su madre eran sus tíos. Todos lograron agradarle, más su tío Dele, él fue el primero en adoptarlo como sobrino.

-¡Mami! - el pequeño saltaba y saltaba - ¡Despierta! ¡Ya es hora de irnos!

-Un minuto más - Son necesitaba descansar.

Después de una hora ya estaba en el auto dirigiéndose al lugar de entrenamiento, Martha iba con ellos, ella cuidaría al nene mientras Son entrenaba.

-¡Tío Harry! - el niño fue corriendo a Kane, el alfa era uno de sus tíos favoritos.

-Yun, no sabía qué vendrías, hoy. - Harry alzó al pequeño - ¿Cómo estás?

-Muy bien. Hoy comí panqueques con mamá pero no le digas al entrenador porque hará que corra mucho.

Son llegó hacia ellos y saludó a Harry.

-Así que panqueques - Kane quería molestar al omega.

-Yun me obligó - Son se defendería.

-No es cierto, tú agarraste de mi plato, yo no te obligué - Yun entonces miró a Son - No debemos decir mentiras.

Kane estalló en risas, no podía creer lo astuto que era el niño.

-Caíste en tus propias palabras, Sonny.

Son se hizo el indignado y se alejó rumbo a los vestuarios para cambiarse. El pequeño se separó del alfa y fue a un lado del campo junto a Martha.

Poco a poco fueron llegando los demás jugadores.

-¡Hola! Tú debes ser el hijo de Son, yo soy Richarlison - el alfa brasileño le habló al niño, lo había visto unas cuantas veces pero no se acercaba .

-Yo me llamo Yun, DoYun - el pequeño lo miró.

-Mucho gusto, Yun. Veo que te gustan los dinosaurios - observó en el polo del niño y en los shorts - a mi también me gustan.

-¿En serio?

-Sí, de pequeño tenía una colección inmensa de ellos.

-Yo tengo algunos.

La conversación entre el alfa y el pequeño duró mucho, dinosaurios, fútbol, entre otras cosas eran el tema. Richarlison se ganó al niño en menos de dos horas.

-Bueno, pequeño, te dejaré. Debo entrenar.

-Puedes venir a mi casa otro día, ahí te puedo mostrar mis dinosaurios.

-Bueno, pero primero debes pedir permiso. - Dicho esto se alejó al campo.

El niño jugaba a un lado, Martha lo seguía y jugaba con él, el día sería largo.

Yun veías a los jugadores en la cancha, admiraba mucho lo que hacían.

Cada que podía saludaba a Son, quien de lejos le respondía el saludo. Esto era muy tierno para cierto alfa, quien los miraba con una cara embobada.

-¿Te gusta, Son? - Cuti escuchó la pregunta proveniente de Dele.

-¿por qué lo preguntas?

-No sé, tal vez porque cuando lo miras te brillan los ojos o tal vez porque no puedes evitar sonreír cuando lo vez, o tal vez porque todo en tu cara parece decir que te gusta - Dele era muy observador.

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