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Parte 2/2.

—Jeno, qué bueno que te acercas. Necesito que hagas algo. — el profesor mencionó, con la vista fija en las hojas — Debes ayudar al chico a hacer esto. Yo no puedo, hay algunos alumnos que necesitan mayor entrenamiento y tú eres el más capacitado al ser el capitán.

Jaemin evitó mirar al pelinegro cuando apoyó sus palmas en el suelo, impulsándose hacia arriba y saliendo del agua. No llevaba camiseta y nada que cubriera demasiado a excepción del traje de baño inferior color azul. Podía sentir sus mejillas calentándose, y agacho la cabeza para no ser descubierto.

—Seguro, no tengo ningún problema. — lo escuchó pronunciar.

Pronto, las hojas le fueron devueltas para que ambos pudiesen completar el formulario en la última página. El peli rosa sabía que lo habían enviado para llenar la lista de concursantes en el equipo de natación, pero jamás pensó que lo empujarían hacia Lee para que ambos lo hiciesen juntos. Por ellos, centró sus ojos en el andar de sus zapatillas deportivas para no ver la espalda mojada de Jeno delante suyo mientras lo seguí en silencio.

Se detuvieron en un banco alejado de la piscina, junto a la pared de la gran sala. Apenas podía escucharse el silbato y supuso que tendrían tranquilidad para hacer su trabajo con rapidez.

—¿Te molesta si me quedo así? — el pelinegro le preguntó de pronto, capturando su atención. Jaemin elevó la mirado hacia él, viéndolo secarse el cabello con una toalla color gris.

—No, claro que no. — en más de una ocasión lo habían elogiado por sus dotes de actuación. No había tartamudeado y se felicitó por ello.

Tomando asiento con una considerable distancia entre ambos, el peli rosa se enfocó en escribir con una elegante caligrafía los nombres que Lee dictaba, aquellos mismo que serían participes de la competencia. Cada dato era anunciado y anotado después.

—Supe que... Que serás parte del equipo de vóley mixto. — Jeno murmuró, y él volvió su mirada hacia él, balanceando la lapicera entre sus dedos.

—Sí, supongo que puedo verme delgado y todo eso, pero soy bueno en los deportes.

—No lo dudo. — le sonrió, y Jaemin dirigió sus ojos hacia el formulario a medio completar cuando sintió que el chico se aproximaba sobre el banco, deslizándose de forma casi imperceptible. Su pulso acelerándose de imprevisto — En realidad, no quiero parecer un acosador o algo así, pero te vi en varias ocasiones cuando jugaba en tus clases.

—¿Q-qué? — y su compostura se vio arruinada tras sus palabras. Volvió su mirada hacia Jeno, percatándose de la cercanía entre los dos y de cómo las indicaciones del profesor ya no eran audibles para él. Los ojos oscuros del pelinegro eran grandes y brillantes, casi podía ver su reflejo en ellos.

—Me gusta como lo haces, quiero decir... — rió con ligereza, de una manera encantadora, y por poco puede jurar que captó el rubor en sus mejillas. Quizás, ya estaba fantaseando demasiado — Pareces destacar. No sé si es tu presencia o tu habilidad, pero... Es difícil apartar la mirada de ti.

La lapicera en su mano golpeteó contra las hojas cuando la dejó caer. Como una película romántica, Jaemin se vio ensimismado en el brillar de los orbes ajenos y de cómo el ambiente parecía consumirse por una extraña sensación envolvente.

Los centímetros que los separaban, ibas desapareciendo paulatinamente, como si Jeno estuviese acercándose a él con algún propósito en específico que estaba costándole mucho captar. Porque no podía ser ¿cierto? No podía, no.

¿Se besarían o era un sueño? Lo que fuera, el peli rosa entrecerró los parpados, y una bonita sonrisa se plasmó en el rostro de Lee.

—Jaemin, yo... —

—¡Chicos! ¿Ya terminaron? Cerrarán las puertas de la sala pronto. — y la burbuja estalló.

Jaemin se separó con velocidad ante el llamado del profesor. Sus manos temblaban y su garganta se había secado.

¿Qué estuvo a punto de pasar?



Bájale la velocidad velocista que estas corriendo muy rápido, estoy actualizando seguido porque estoy aburrida.

¡BONITO! | NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora