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Parte 1/2.

Fue en el momento en que el profesor de educación física le pidió llevar un recado a la sala de natación que Jaemin se encontró sudando por los nervios. Ya se mantenía empapado en transpiración por la intensa actividad, y sólo era cuestión de pensar en Lee Jeno para aquello se intensificará.

Ya no podía reprimirlo. El chico pelinegro siempre le interesó de alguna manera, pero decidía ignorarlo por el simple sentido común. No tendría por qué estar pensando constantemente en alguien que, con seguridad, jamas lo miraría. Además, ¿El capitán del equipo de natación seria homosexual? Era poco probable; desbordaba aires de galán que podría estar con cualquier chico que él deseara.

Mientras caminaba con lentitud por el pasillo vacío, meditó con sigilo el tema de las cartas. Si Donghyuck le había mentido, y no había sido él, ¿Quién más quedaba? El hecho de que no se esforzaba en buscarlo, no significaba que no lo pensara a diario. Era iluso e ingenuo, pero muy en el fondo, guardaba las esperanzas más altas de todas. Su corazón inocente deseaba con fervor que fuese quien él esperaba. Era absurdo y sumamente ridículo, pero no imposible, ¿Cierto? No lo sabía con certeza.

Cuando empujó la puerta de la sala al final del corredor, se encontró con las duchas blancas en completo silencio. Pasó por allí, notando los pequeños charcos de agua en el suelo. El equipo debía de estar en alguna clase de entrenamiento, ya que por lo que sabía, tendrían una competencia el siguiente mes.

Atravesó el lugar mientras procuraba no resbalar, hasta que llegó al cristal traslúcido que divida el sector de piscinas. Pudo escuchar el silbato y las zambullidas en el agua a partir de allí; su corazón acelerándose al compás. Tenía las palmas húmedas y temió manchar las hojas impresas con resaltador que llevaba.

Dando la vuelta por el límite del vidrio texturizado que no le permitía ver hacia el otro lado, pudo al fin visualizar el panorama. El profesor de natación permanecía de pie en el borde de la gran piscina, dando indicaciones a sus alumnos que iban y venían con rapidez por toda la extensión de ella.

Jaemin se concentró en su misión, y no en buscar a cierto pelinegro entre todos aquellos chicos que estaba en el agua.

—Disculpe. — lo llamó, ganándose la atención del susodicho — El profesor Chang le envía esto.

El conjunto de hojas fue recibida, y mientras el hombre las revisaba, dirigió su mirada hacia el equipo. Todos se enfocaban en competir entre ellos, a excepción de unos.

Jeno, el capitán, permanecía en medio de la piscina mientras lo veía fijamente, y cuando sus ojos se encontraron, desvió la vista en un titubeo, antes de sumergirse en el agua otra vez.

Una extraña sensación se desató en el estómago de Jaemin cuando sus ojos brillantes siguieron la silueta de Lee bajo las ondas de agua cristalina. El chico estaba nadando en dirección a ellos y deseó que el profesor se apresurara para que él pudiera irse, no es como su estuviera en las mejores condiciones: Sudado, sonrojado, muy probablemente mal peinado y con las piernas temblorosas.

Sin embargo, no todo es como deseamos. Jeno emergió justo en el borde de la piscina, apoyando sus brazos sobre el suelo y alcanzado a mojarle las zapatillas. Se quitó el antifaz transparente para plantar una sonrisa deslumbrante.

—Hola, Jaemin.

Y su corazón bombeó con fuerza.




Jeno nadador mi religión, los quiero cubitos<3

¡BONITO! | NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora