La herida de Guerra

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Con mi pierna sangrando excesivamente, torturándome el dolor y en medio del bosque, debía encontrar alguna sitio en donde poder desinfectar mi herida que estaba llena de tierra y suciedades.


Corté un pedazo de mi camisa con la mano y lo ate fuertemente a mi pierna tratando de parar el sangrado de la lesión y trate de hacer un pequeño refugio con palos y hojas que encontraba por ahí y pase la noche allí.


Me encontraba fatigado por la noche que había pasado, llena de zancudos, ruidos y animales, mi pierna estaba hinchada y mi suplicio continuaba, ahora me dolía todo el cuerpo, mas sin embargo, era consciente de que no podía permanecer por mucho rato en este lugar.


Tome mis cosas y comencé a caminar a pesar de lo sucedido, después de un largo tiempo me encontré con una gran carretera, camine hacia ella y trate de llamar la atención de alguien para que me ayudara, pero todos seguían derecho, y algunos inclusive trataban de atropellarme, cada vez me decepcionaba mas de las personas, que cada vez eran más y más inhumanas.


Cansado de pedir ayuda, simplemente me dispuse a pasar la avenida sin importarme poder ser herido e inclusive matado, igual, no había nada que me detuviera a hacerlo, ni siquiera una familia que probablemente se alegro de que yo no estuviera mas.


Un gran camión se acercaba cada vez más y más, yo simplemente me quede quieto y siendo sincero, tuve miedo, pero de igual manera la decisión ya estaba tomada.


De repente, como un regalo de Dios, cuando el camión estaba a punto de pasar sobre mi, una hermosa mujer se abalanzo sobre mi, liberandome de mi final y luego como si me conociera de toda la vida, con su delicada pero fuerte mano me golpeo el rostro, luego me levantó y me ayudo a llegar a el pavimento y llamo a un taxi para llevarme al hospital.


Yo por mi parte, entre la confusión no sabia que hacer y lo ultimo que recuerdo es que apenas podría abrir mis ojos de lo mal que me sentía y finalmente, lo que pensé que era la luz al final del túnel, realmente fue la radiante y aburrida luz en el techo de el hospital.


Allí cada hora era un martirio, enfermeras entraban y entraban para alimentarme con antibióticos y medicamentos en grandes jeringas que aplicaban en todo mi cuerpo, y yo, apenas sentía el dolor por que no dejaba de pensar en esa mujer y que tal vez, si se podría tener esperanza y fe en e mundo.


luego de unas horas, una extraña persona que más que un doctor parecía un policía, me comenzó a hacer preguntas sobre mi familia, mi vida y lo que me había sucedido en la pierna, pero yo por mi parte temeroso de lo que pudiera suceder, conteste que no recordaba nada y finalmente se retiró de la sala.


Yo, que me encontraba rodeado por enfermos y solo nos separaba una inútil tela, pude escuchar que aquel "Doctor" le decía a una de las enfermeras que llamase a la policía , y yo de inmediatamente, arranque las agujas de mis brazos, y, aunque esperaba poder caminar, caí al suelo inmediatamente trate de hacerlo.


Gateando, logre llegar hasta un par de muletas que se encontraban en uno de los corredores del hospital y, mientras todas las personas me miraban, yo trataba de ir lo mas rápido posible hacia la salida.





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