El camino

14 2 0
                                    

Todo se había acabado, mi deseo de libertad había sido destruido completamente, sentía en mi estomago que mis tripas rugían y al mismo tiempo un vacío que aumentaba a medida que nos acercábamos al destino final.


Una vez más la decepción por las personas, había aumentado, no tendría por que creer en ellas nunca más, y aunque en mi mente aun retumbaba aquella mujer, sabia que que no era nadie, comparado con el resto de la hipócrita y malévola humanidad que era igual de hipócrita que siempre.


Cada vez que mi odio crecía, un calor entraba a mi cuerpo, mis manos temblaban, mi respiración se agitaba, era como si un espíritu hubiera entrado en mi con ganas de matar a todo el mundo, pero envés de esto, comencé a mirar hacia el cielo, y allí estaban, esas hermosas nubes con maravillosas formas que nunca me abandonarían.


A veces pienso que si las nubes hablaran, tal vez serían igual de malas como las personas de hoy, malpensadas y soeces, que a lo mejor el dicho que me dijeron toda la vida que decía "El que entre la miel anda algo se le pega" podría cumplirse.


Siempre pense que el planeta tierra era hermoso y nosotros, la población éramos un virus, que poco a poco, se expandía hasta tal punto, que lo hacíamos débil, y mientras que nosotros tenemos el ebola y buscamos solución por que podemos, el explotaba volcanes, creaba tsunami e iniciaba terremotos, por que era lo único que podía y sabia hacer.


Finalmente, entre mis pensamientos, como por arte de magia, llegamos a la comisaría en donde probablemente iban a pisotear mis sueños como lo hacia "Don Ramon" en "El chavo del 8", lo iban a hacer con muchas ganas y felicidad, llevándome a una muerte casi inminente.



FreedomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora