El Presidio

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Cuando llegue, inmediatamente unos policías literalmente me arrastraron por el suelo hasta llegar a una sala vacía, me gritaron que me quitara el ropaje y comenzaron a toquetear mi cuerpo, inclusive las partes donde nadie debería hacerlo.


Luego de un rato me dieron unas pastillas y me dijeron que me pusiera en cuclillas e hiciera fuerza hasta literalmente "Cagarme" en el suelo y al no tener muchas opciones que digamos, fue lo único que pude hacer.


Luego me trasladaron a una estancia con muchas personas, éramos mas de 10 personas en una pequeña sala sin ventanas, la puerta era de hierro, el suelo era de hormigón y únicamente había un pequeño inodoro de metal en una esquina de el cuarto que no me atreví a usar.


Fue horroroso, el olor era repulsivo, el suelo era glacial y el estrepitoso sonido de los presos que me rompían el tímpano, hacían que cualquiera se chiflara con solo estar allí 5 minutos.


Unas horas después, me colocaron las esposas y me llevaron por entre los muchos pasillos llenos de jaulas con presos que me gritaban cochinadas asquerosas y horribles hasta finalmente llegar a "Mi celda" que sería mi "Hogar" por algunos meses.


Inmediatamente llegamos, fui a un rincón y comencé a llorar como sino hubiera un fin, al cabo de unas horas, o por lo menos creía que eso habían pasado por que no sabia ni la hora, llego un hombre a mi celda, era grande y musculoso con muchos tatuajes en casi todo su cuerpo.


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