6. Segundo día de clase.

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Después de mi encuentro con mi primera fan, algo que me hizo muy feliz, nos dirigimos a un restaurante y cenamos todos juntos.

Me encontraba muy incómoda porque yo sólo quería pasarlo bien con mis compañeros, celebrando un gran futuro que se avecinaba, pero en cambio se había vuelto algo pesado. No por ellos, sino por las chicas que nos miraban. No paraban de preguntarse si éramos famosos o no y, siendo sincera, no puedo comer si me están observando.

Acabamos por irnos a casa, yo casi no había comido a penas, pero a pesar de todo me lo había pasado bien con ellos.

Cuando llegamos al piso todos estábamos muertos de sueño, yo ni me había terminado de desvestir. Acabé por dormirme sólo con una camiseta, tirándome sobre la cama, abrazada a mi almohada, quedándome totalmente dormida.

Ya era por la mañana, había sonado la alarma y, como era típico en mí, golpeé el despertador para que se apagara. Intenté dormir de nuevo, abrazándome a la almohada cuando alguien llamó a la puerta.

- ¡Mocosa! ¡Despierta de una maldita vez si no quieres que te saque de la cama arrastras! - gritó Dae Hyun desde la puerta.

Abrí los ojos. Ese estúpido... Abrí la puerta, completamente despeinada, con una cara de zombie que cualquiera se reiría y con algunos pelos pegados a mi mejilla por babear mientras dormía.

Él no pudo evitar reírse de mí. Aquella camiseta que parecía un vestido y que me estaba como un saco, sumado a todo lo anterior, tenía un aspecto bastante gracioso.

- Enana, vístete o llegarás tarde. - me dio un golpe en la frente, echándome hacia tras mientras se iba al salón con una pequeña sonrisa.

- ¡Te odio! - le grité, sacándole la lengua mientras cerraba la puerta.

Me vestí rápidamente. Tuve que ponerme el uniforme de chicos de la escuela. No me gusta a mucho. Prefería llevar el de chica aunque fuera una falda... Todos los uniformes eran de color negro con detalles en blanco y el escudo de la escuela en la chaqueta.
Tuve que ponerme la corbata, pero nunca había atado una. ¿Cómo se supone que iba eso? Hice un nudo bastante raro.
Me peiné, cepillé los dientes y me eché una colonia de chico que compré. Era lo único que me gustaba de ser chico, echarme esa colonia que olía tan bien.

Salí de la habitación con la mochila, unos cascos de escuchar música en mi cuello, con los pantalones caídos y la camisa del uniforme fuera de los pantalones.
Para rematar llevaba unos zapatos de deporte blancos.
No me puse ninguna gorra porque no lo veía adecuado para la escuela.
Me dirigí al salón y allí estaban los chicos desayunando. Al menos me hicieron el desayuno. Fue un detalle por parte de ellos.
Me paré en medio del salón mirándoles.

- ¿Parezco un chico? - dije dando una vuelta sobre mi misma.

- ¡Nadie diría que eres una mujer, Sun Hee! - dijo fascinado Chul Moo.

- No sé si tomarme eso como un halago o un insulto... - suspiré sentándome con ellos.

- Siendo chica no eras muy femenina y ahora que eres chico pareces afeminado. - sentenció Dae Hyun comiéndose su tostada.

- Tss.. - mascullé, metiéndome una de las tostadas en la boca.

Escuché una pequeña risita. Era de Eunji. Todos le miramos sin comprender. Se reía de mí. Yo le miraba confunda.

- ¿Pasa algo?

- Sí, que no sabes atarte la corbata. - dijo riendo

- Soy una chica, ¿qué esperabas? - inflé un poco los mofletes, mirando a otro lado mientras me tomaba mi zumo.

Cumpliendo mis sueños. [ EDITAR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora