7. Una imagen vale más que mil palabras.

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Odio a las personas como Min Ah. ¿Por qué son tan falsas? ¿Por qué quieren ser el centro de atención? Es algo que nunca creo que pueda entender.
Había montado aquel espectáculo en la clase de español y con tanta película hizo que la hora se pasara sin poder dar apenas una lección.

Salí del aula con mi mochila colgada de un hombro. La próxima clase era de canto, esa era la única sala que había memorizado a la perfección. Soy pésima en la orientación. Constantemente me pierdo en cualquier sitio, pero amaba tanto ese aula desde que fui con los chicos que en un pequeño hueco de mi cerebro se quedó grabado el lugar del aula.
En el camino pude encontrarme con mi prima Young Eun.
Nada más vernos nos fundimos en un fuerte abrazo.

- ¡Young Eun! ¡Te echo de menos!

- ¡Y yo a ti! - dijo mientras se separaba de mí-. ¿Vendrás este fin de semana a casa?

- Por supuesto, cuenta conmigo. - sonreí con ternura. Luego me llevé una mano a mi nuca, acariciándome ésta tímidamente-. Oye, Young Eun, si no tienes nada que hacer, ¿quieres salir conmigo y vamos de compras?

- ¡Claro! Me encantaría. Te enviaré un mensaje para hablar sobre la hora, ¿sí? Tengo que irme, hablamos luego. - se despidió mientras se iba con una compañera de su clase.

Pude escuchar algo como: «¿Quién es ese chico tan lindo? ¿Sales con él? ¿Me lo presentas?»
No pude evitar reírme. ¿Las personas eran tan inocentes que no se daban cuenta de que era una chica?
He de reconocer de que me esfuerzo en poner la voz algo grave para que no se note demasiado que soy una chica, pero aún así es algo evidente, ¿no?

Pasando por los pasillos pude ver en la enfermería a Min Ah. Estaba hablando con Dae Hyun, supongo que era para agradecerle que la hubiera llevado hasta allí. Yo simplemente me quedé observando un par de segundos, luego vi como Min Ah me vio.
Me fui rápidamente, no quería que me viera allí mirando. Podría pensar cosas que no eran y preferí irme.
Cuando llegué estábamos casi todos. Solo faltaba Chul Moo y Dae Hyun.

- ¿Llegué tarde? - pregunté dejando mi mochila en el suelo junto a la de los demás.

- No, pasa por favor. ¿Choi Chung Hee, verdad? - preguntó el profesor.

Yo asentí varias veces con la cabeza sonriendo muy levemente. Esperamos cinco minutos más pero no llegaban.

- Esto... Sé donde está Dae Hyun, creo que no tardará en venir. ¿Voy a avisarle de que vamos a comenzar la clase? - pregunté levantando mi brazo para que me viera el profesor.

- Sí, por favor, sería lo mejor. Gracias, Chung Hee. - dijo simpáticamente.

Salí de la clase y fui hacia la enfermería. Agarré el pomo de la puerta y vi a Chul Moo. Se dirigió a mí con la respiración cortada.

- Ve a clase, llevamos cinco minutos esperando. Si tardas mucho creo que te prometan retraso. - dije riendo tiernamente.

- ¿Otra vez a correr? Dios, ayúdame... - dijo el pobre Chul Moo corriendo a toda prisa para llegar a clase.

Me reí mientras abría la puerta. Justo cuando la abrí vi a Min Ah besándose con Dae Hyun. ¿De qué se trataba esto?

- Señor simpatía, le esperamos en la clase cuando quiera dejar de besarse con ella. - sonreí irónicamente. O mejor dicho, con una sonrisa falsa, saliendo de la enfermería molesta.

Dae Hyun salió corriendo detrás de mí, agarrándole del brazo para que me detuviera. Yo le miré indiferente.

- No es lo que crees, de verdad... - antes de que terminara le corté.

- Una imagen vale más que mil palabras. - sonreí de la misma manera que antes mientras volvía a caminar de nuevo.

- ¿Por qué estás así? ¡No es lo que estás pensando! - gritó frustrado.

- No es lo que crea o piense, es lo que vi. Me parece muy bien que pierdas clases para besarte con la Lady Pig. - sí, fue el mejor nombre para llamar a Min Ah. "Señora cerda"- Pero si no quieres venir avisa. Los demás queremos dar clases, aprender, realizar nuestros sueños. Puede que me haya equivocado, pero ten en cuenta el futuro de los demás. No solo te juegas el tuyo, sino el de nosotros cuatro.

Dae Hyun me siguió hasta la clase en silencio. A decir verdad, no sabía porque estaba tan molesta. Supongo porque fue porque por su culpa perdería otra clase, mi favorita.

Cuando la clase terminó el profesor quiso que fuera a hablar con él a solas. No entendía muy bien el por qué.

- Chung Hee.. Entiendo que no tengas una voz desarrollada, porque no es grave, pero... ¿Puedo preguntar algo? - dijo el profesor seriamente.

- Por supuesto. - dije algo nerviosa.

- ¿Eres una chica?

Me quedé en blanco. No sabía cómo responder a eso. Era demasiado fácil que no se dieran cuenta de que era una mujer. ¿Qué podía hacer? ¿Qué le podía responder?
Justo en ese instante Eunji me agarró del brazo. Le hizo una reverencia al profesor y le miró.

- Perdone, señor Sam. Tenemos que irnos y si llegamos tarde será un problema.

- Está bien. Ya hablaremos mañana, Chung Hee... - me miró muy serio.

Tragué saliva muy nerviosa. Sentía un sudor frío y las manos me temblaban. Miré a Eunji y asintió con la cabeza. Parecía que escuchó la conversación.

- ¿Qué haré? - susurré preocupada.

- Tendremos que hablar con la representante. No te preocupes. - me acarició la cabeza sonriendo para que no me preocupara.

Le miré con una sonrisa nerviosa mientras íbamos a las siguientes clases. Me llevé todo el día esquivando al profesor Sam y a Dae Hyun. No quería hablar con ellos.
Incluso cuando a nos fuimos a casa estuve evitando hablar con Dae Hyun.

Miré el móvil y le envié varios mensajes a Young Eun hasta que la dos estuvimos de acuerdo en una hora para salir juntas.
Antes de todo eso debía de hacer las tareas que nos habían mandado aquel día.
Las hice rápidamente. Lo único que mandaron fue de español. Me sentí un poco mal. Quizás mal interpreté lo de Min Ah y Dae Hyun, pero verdaderamente se estaban besando.

Miré el reloj. Tenía tiempo de sobra para cambiarme de ropa y encontrarme con Young Eun.
Comencé a escribir cosas sobre unos folios y más tarde me acerqué a la habitación de Dae Hyun. Estaba abierta y no había nadie. Seguramente estaba en la ducha.
Dejé los folios bien apilados y colocados en el centro del escritorio de Dae Hyun.
Aquellos papeles eran los apuntes de la clase de español. Como no estuvo el poco tiempo que dimos clase quizás lo necesitara.
Pegué un papel de color amarillo fluorescente y es escribí en el «Aquí tienes los apuntes de español, señor simpatía. Att: Sun Hee.»

En mismo instante en el que iba saliendo de su habitación me lo encontré entrando con una toalla en la cintura. Acaba de salir de la ducha o eso parecía.
Abrí la boca para hablar, pero Dae Hyun pensó que gritaría.
Me tapó la boca y me metió de nuevo en su habitación. Cerrando la puerta.

- ¿Qué haces aquí? ¿No estabas enfadada? ¿O ya te diste cuenta de que aquello era imposible? - preguntó mientras me miraba fijamente a los ojos.

- Sólo vine a dejarte unos apuntes. Déjame irme. - dije girando la cara. No soporto que me miren fijamente a los ojos, me pone tensa.

- ¿Sigues enfadada conmigo? - preguntó enfadado, pegándose más a mí.

- Déjame salir, estúpido. - le empujé para que se apartara.

Al hacer esto a Dae Hyung se le cayó la toalla que llevaba puesta.
Rápidamente abrí la puerta de la habitación y corrí hacia la mía.
¡¿Le había visto desnudo?! Ahora si que jamás sería capaz de hablar con él.
No le podría ni mirar de reojo. Se haría algo embarazoso para mí.
Cerré la puerta de la habitación. Sentándome en el suelo mientras me tapaba la cara con las manos sonrojada.

- ¿Por qué todo me pasa a mí? - susurré mientras apoyaba ahora mi cara sobre mis rodillas.

Nada me salía bien. Tengo que ser la persona más torpe y con más mala suerte de este planeta. Estoy en lo cierto, ¿verdad?

Cumpliendo mis sueños. [ EDITAR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora