2. ¿Por qué me confunden con un chico?

111 4 1
                                    


¿Me habían rechazado? ¿Personas tan estúpidas? Tengo que darles su merecido, eso fue lo primero que pensé.

Esbocé una leve sonrisa, aún de pie en el escenario.

— ¿A qué hora termina la audición para la prueba de acceso?

— Posiblemente se hará un descanso a la hora de comer y hasta la tarde se seguirán las audiciones, aunque.. Por mucho que lo vayas a intentar hoy, no creo que te vayan a aceptar hoy, señorita. — dijo el más engreído del jurado.

— Eso ya se verá. Sólo esperen, porque pienso sorprenderles a todos.

Tan pronto como dije aquello me fui del escenario a toda prisa. Tenía un plan en mente, y estaba segura de que me aceptarían. Fui corriendo hacia uno de los asientos del teatro donde se encontraba Young Eun, casi con la respiración cortada.

— ¡Young Eun! ¡Dame las llaves de casa y dinero!

— ¿Y eso para qué? — preguntó sorprendida.

— ¡Tú hazlo! ¿Dónde hay una peluquería cerca de casa? — dije yo inquieta.

— J-justico en la calle de detrás de casa, Sun Hee. ¿Piensas ir ahora? ¿No es mejor esperar a la semana que viene? — Young Eun intentaba tranquilizarme, pero no lo conseguiría.

— ¡Vamos! ¡Ayúdame!

Finalmente mi prima suspiró, dándome su cartera y las llaves de casa.

— Young Eun, piensa que esto es por las molestias de no haberme avisado de algo como esto antes. — sonreír mostrando todos mis dientes con felicidad.

— Ooh, vamos. ¡No gastes mucho dinero!

— No lo haré, tranquila. Si me excedo te devolveré algo de dinero.

Mi prima fue a decir algo, pero yo salí corriendo a toda prisa. Abrí la puerta de casa y vi que no había nadie. Normal, mis tíos estaban en el trabajo y Sook en la escuela.

Subí, casi tropezándome con un escalón, hasta mi habitación. Abrí las maletas, sacado toda la ropa que aún no había colgado en los armarios, buscando algo que viera que me podía ser de utilidad.

Vi una camisa blanca de mangas cortas y un suéter bastante fino de color azul marino. El día no era caluroso, así que si me ponía aquello no pasaría mucho calor.

Pero... ¡Faltaban los pantalones! Tenía ninguno en condiciones, así que pensé en ir primero a la peluquería y ya vería qué pantalones ponerme.

Comprobé que llevaba en el bolsillo de los vaqueros la cartera de Young Eun y bajé al piso de abajo para salir de la casa, cerrando la puerta y guardando las llaves mientras iba con rapidez a la peluquería de detrás de la casa de mis tíos.

Para mi suerte, sólo estaban atendiendo a una mujer.

— Bienvenida, señorita. ¿Qué desea que le hagamos? — preguntó una de las jóvenes peluqueras.

— Quiero un cambio de look radical. Y... — me quedé pensativa, mirando los carteles de la peluquería, fijándome en la foto de una chica con el pelo corto y de color azul—. ¡Quiero que mi pelo esté como el de esa chica!

— ¿El peinado? Está bien, siéntese por aquí. — dijo la chica mientras me mostraba la silla donde me debería de sentar.

— Bueno, también quisiera que me lo tiñeran de azul. — dije alzando la mirada para mirar a aquella chica.

Cumpliendo mis sueños. [ EDITAR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora