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Jimin estaba disfrutando de un momento agradable mientras cuidaba a su pequeño bebé. Tenerlo en casa y poder tomar su mano sintiendo como sus pequeños deditos se enredaban alrededor del suyo, le hacía sonreír y le llenaban de una emoción indescriptible.
Era muy bonito y no se cansaba de mirarlo, en un momento estaba haciendo gestos y apretando su dedo y al instante se quedaba dormido.
Jimin lo miraba con una sonrisa dibujada en sus labios y suavemente acariciaba sus mejillas, tocaba sus pestañas y recorría con las puntas de sus dedos toda su carita sin poder creer que realmente ese bebé nació de él.
Era el mejor regalo que la vida podía darle. Ahora tenía un motivo para regresar a la universidad, retomar sus estudios y esforzarse por encontrar un empleo pronto con el único objetivo de darle lo mejor.
Toda esa tranquilidad se esfumó al momento en que su madre le dijo que la abuela de Jungkook había venido para verlo.
Antes la mujer le había caído bien, pero en esta ocasión era muy diferente y Jimin no estaba tan convencido de querer verla. Para evitar problemas, le dijo su madre que la dejara entrar, después de todo estaba en su derecho de conocer a su bisnieto dado que era una mujer que pasaba mucho tiempo fuera del país.
La abuela de Jungkook entró como siempre con esos aires de elegancia y saludó a Jimin con una agradable sonrisa, de inmediato se acercó al bebé y lo tomó entre sus brazos.
No paraba de hablar de lo lindo que era. El pequeño Jungkook se acurrucó entre los brazos de su bisabuela y lució realmente tranquilo. Jimin aún estaba un tanto incomodo, pero trabajaba duro por sobrellevar la situación. Solo sería un momento.
—Se que no quieres hablar sobre mi nieto, pero igual voy a mencionarlo— comenzó ella.
—No es necesario venir a jugar un papel de celestina señora. He decidido separarme de Jungkook para siempre.
—Te hablaré de tu compañero destinado, no de Jeon Jungkook — Jimin abrió la boca varias veces para interrumpirla, pero ella fue más obstinada.
—Durante años investigué la base científica de la leyenda de los compañeros destinados y comprobé cada teoría que me hice en la cabeza. Cuando conoces a tu compañero destinado, simplemente te enamoras de él, no hay forma de expresarlo claramente, pero digamos que ambos se corresponden y reaccionan tanto de manera física como emocional. Sería un problema estar separados, ambos la pasarían muy mal. Así que déjame preguntarte Jimin — le miro amenazante, o al menos así se sentía Jimin , amenazado por ella.
—¿Puedes dormir? ¿Comes con regularidad? ¿En verdad puedes concentrarte en lo que haces?
Jimin empezó a recordar los días que llevaba en casa de sus padres desde que abandonó a Jungkook ; ¿Dormir? No, no podía. Al llegar la noche se la pasaba revoleteándose en la cama y terminaba por levantarse para hacer cualquier otra cosa. ¿Comer? Bueno, no. ahora que lo pensaba, la comida parecía tener mal sabor cada vez que trataba de probar algo. ¿Concentrarse? ¿Cómo demonios lo haría si a cada maldito segundo pensaba en Jungkook ?
Agh... maldición. ¿Cómo se suponía que debía responder?
—Señora...
—La verdad es que no necesito escuchar una respuesta, se que debes estarla pasando mal. Eso es debido a una carencia de feromonas. Una vez que has formado un vínculo con tu compañero destinado, nada de todo aquello que parece muy común podría ir bien. A Jungkook le va peor; insomnio, dolor de cabeza, debilidad corporal, falta de concentración y por supuesto falta de apetito.
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Difícil de admitir ♡ KookMin - Adap
General FictionEra difícil creer en el destino, para unos más difícil que para otros y para Jeon Jungkook imposible. Ambos terminaron uniendo sus vidas en matrimonio, uno bastante desafortunado cabe mencionar, sin embargo los sentimientos insisten en hacer de las...