reinos de sangre

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-MAJESTAD! majestad!- entro uno de los sirvientes eufórico al salon real del consejo donde el rey estaba en reunión- mi señor- se inclino- la reina ha dado a luz a dos niños varones!

el rey inmediatamente soltó lo que tenia en sus manos y salió al encuentro de su mujer. camino a través de los interminables pasillos del palacio hasta llegar a la habitación de su esposa, entro abriendo las puertas de par en par dejando ver a la madre recostada en la cama y algunas sirvientas recogiendo dicha alcoba, la mujer dormía plácidamente entre sabanas blancas con la luz del sol iluminándola, el hombre se acerco lentamente como si no quisiera despertarla, se veía hermosa, con su cabello negro y la pequeña nariz roja por el esfuerzo al igual que sus mejillas, sus pestañas largas cubrían sus ojos y su labios rojos dibujaban una expresión de satisfacción, era perfecta, el se acerco y tomo su mano suavemente, ella se removió en la cama suavemente y abrió los ojos dejando ver el color verde claro de estos lo que le recordaban a pastizales en marzo...

-Leónidas- pronunció su nombre con un alivio

-mi amor- no podía con la felicidad de ese momento- gracias-la beso con dulzura

-mi rey- dijo el ama de llaves no queriendo interrumpir- aquí están los príncipes- a lo cual aparecieron dos criadas aparecieron con dos bultitos de mantas en las manos, con los bebes recién nacidos, el hombre se levanto y tomo a uno en brazos mientras el otro lo dejaban en brazos de su esposa, era tan pequeño que apenas y cabía en su gran mano, maravillado por la felicidad de sentirse padre se acerco a su mujer

-son perfectos- dijo aquel hombre de cabello rubio

-mis niños-les hablo su mama- los llamaremos Aron y Artemis, que te parece cielo- miro al hombre quien tenia una sonrisa deslumbrante
el monarca la miro complacido y la beso
-mis príncipes y mi reina- la volvió a besar con ternura y pasión con agradecimiento de darle no uno, si no dos herederos.

-Teseo!- llamo el rey Leónidas a su mayordomo
-si mi señor- hablo el hombre delgado y con apariencia seria

-deseo que todo el reino este de celebración, organiza un banquete hoy mismo para celebrar que nos han nacido dos príncipes con el favor de los dioses- dijo casi gritando- ¡que beban y canten en su nombre!

-como ordene majestad- y así se retiro de la habitación donde el rey se servía algo de vino dichoso por la llegada de los niños
mientras el hombre tomaba de su copa uno de los consejeros se acercaba lentamente casi como si lo asechara

-Neder- dijo cuando se percato de su presencia a pesar de estar totalmente de espalda- que se te ofrece

-mi rey- se inclino- quería transmitirle mis alegrías por la llegada de los príncipes

-gracias- dijo terminando de beber

-mi señor, son dos varones- dijo como si no fuera algo obvio

- y crees que no lo se?- levanto la ceja sarcastica- son dos varones que algún día será dos hombres fuertes dispuestos a gobernar

- así será majestad. Pero... dos varones implica dos herederos para un solo trono, y no sabemos quien ha sido el que nació primero- dijo el hombre mayor de apariencia gris y viejo

-no quiero hablar de eso ahora- dijo secamente- ya habrá un día para esas contemplaciones- hizo un ademan con la mano para dejarle saber que se olvidara de eso

-como usted desee majestad pero recuerde que debemos saber quien será el heredero para darle la educación adecuada- con esto se retiro

el hombre de ojos azules como el mismo cielo y cabello rubio se frustro en solo pensar que debía a elegir a uno para ser futuro rey, desde el momento en que nacieron supo que no seria fácil, amaba a sus dos hijos por igual- golpeo la mesa con fuerza- no sabia que hacer para resolverlo.

-mi señora- la llamo una criada

-que sucede Ayla- dijo la mujer entretenida en alimentar a uno de los pequeños con leche materna

-su majestad a ordenado que se festeje 140 días de celebración en nombre de los príncipes y si usted gusta...

-140? a que se debe la euforia del momento?- la interrumpió volviendo rápidamente la cara con una expresión de confusión, era extraño su marido no era de festejar prolongada y deliberadamente

-por que son varones mi señora, el rey quiere que el pueblo celebre a sus futuros reyes- dijo la joven

-futuros reyes?- dijo mas para si misma, no comprendía eso, según la ley solo debía haber un heredero directo, no sabia por que Leónidas quería hacer ver como si fuera mas de uno

Los Herederos de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora