Epílogo

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Nayeon usó su lengua para ejercer presión en el clítoris de su omega, que gimió ante el tacto y llevó sus manos a la cabellera de la otra, que comenzó a llevar sus labios para chupar el hinchado botón de la otra por no haber tenido tacto desde hace meses.

Puede que de vez en cuando aprovechaban sus tiempos solas para poder consolarse y darse placer mutuamente, pero por esos meses realmente no habían tenido ni tiempo ni fuerzas para, por lo menos, concederle un orgasmo a la omega.

Sabían que tener hijas no les iba a dejar energías al final del día, pero no esperaban tan así.

Sana sólo agradeció a todas las entidades divinas que debería dejar de tomar supresores, y puede que tener a 'mami' sólo para ella con la excusa de 'estar realmente cansadas', y sus pensamientos fueron cortados por recordar que tenía a su esposa en sus piernas haciendo un maravilloso trabajo.

Gimió más fuerte cuando sintió dos dedos dentro de ella, acariciando sus paredes.

Normalmente Nayeon era muy tierna y atenta, pero esa vez estaba siendo realmente agresiva. Metía sus dedos fuerte, empujaba dentro de ella, y succionaba su clítoris de forma brusca, haciéndola gemir cada vez más alto. La castaña realmente sabía lo que estaba haciendo era obvio. Seis años Juntas.

obviamente conocía cada rincón de su cuerpo y sabía qué hacer exactamente a la hora de tener intimidad.

Y sabía cómo lograrla prender con nuevas cosas porque ellas no se iban siempre con lo mismo porque sería aburrido y rutinario. Sana sonrió cuando sintió ahora a su alfa mordisquear sus pezones mientras seguía metiendo sus dedos dentro de ella de esa forma agresiva que me estaba encantando.

Sana sólo tragó saliva cuando la vio separarse de su cuerpo, sacar sus dedos de ella y llevar sus dedos a su boca, probándola de una forma erótica. Eso totalmente la prendió. Jaló su cuello para acercarla a su rostro.

-Ven aquí y fóllame como no lo había hecho hace tiempo.-El hoyuelo en la sonrisa de Nayeon le indicó que ese fue el comentario perfecto para prenderla aún más. La castaña sólo bajó su pantalón, sólo dejando su ropa interior, dejando un notorio bulto. Sonrió.

-¿Quieres chuparlo o quieres que vaya directa?-Se dirigió a la marca que estaba en el hueco del hombro y cuello de Sana, lamiéndola y mordisqueando el área. Después, se alejó, y comenzó a llenar de chupetones su cuello, bajando por sus clavículas, lamiendo su extensión, y después bajó.

Nayeon casi ni le dio tiempo de hablar porque ya estaba casi todo su cuerpo lleno de pequeñas mordidas y hematomas, y después la castaña subió su mirada, esperando una respuesta.

-Siéntate, quiero montarte.-La alfa sólo cumplió las órdenes de la omega, apoyándose en sus manos, y la vio, alzando una ceja mientras la veía acercarse a su miembro para liberarlo. La imagen de Sana al lado de su falo le hizo endurecer, y después vio cómo había comenzado a chuparlo de manera rápida, como si realmente lo hubiera extrañado.

Nayeon sólo llevó su mano a la cabeza de la otra, pero no la empujó. Sólo echó su cabeza atrás, suspiró, y después la vio acercarse a ella.

-Le haré justicia a mi apodo 'Conejita'.-Besó sus labios, se acercó al cuerpo de la otra, y sólo elevó sus caderas. Con su mano guió el falo de la otra en su entrada, la vio, sonriendo, y el sonido de una palmada resonó en toda la habitación.

Ambas gimieron.

-Extrañé tanto esto.-Sonrió viéndola, quitó un mechón de pelo que cayó en su rostro, y después cerró sus ojos, volviendo a sentir la sensación de sentirse llena.-Te amo, te amo tanto.

Nayeon sólo sonrió, la besó, y después sostuvo la cadera de Sana mientras sentía cómo ésta se movía, gemía, y comenzaba a dar pequeños saltitos mientras sostenía su nuca. La pelinegra había comenzado a mover sus caderas de forma circular, haciendo a la alfa gemir, y las sostuvo.

Sostuvo sus muslos, se recostó un poco, y ella misma comenzó a dar las estocadas, elevando sus caderas y comenzando a dar golpes en las paredes de Sana que sólo podía apoyarse en los hombros de la alfa, gemir continuamente y pedir cada vez por más.

La castaña sonrió, sintiendo la humedad de Sana, el olor a cerezas inundar la habitación y su olor a chocolate abrazar el de Sana, que gemía de manera desenfrenada y rogaba por más, viéndola directamente. Nayeon comenzó a sentir el sudor caer en sus cuerpos y generar una leve capa de brillo, y sonrió.

Cómo pudo levantó a su esposa y la tuvo debajo de ella, hizo que entrelazara sus piernas en su cintura, y después se dirigió al cuello de la otra, justo en la mordida, y cuando sintió que la otra estaba a segundos de tener su orgasmo, ella la mordió de nuevo, haciéndola gemir y gritar al mismo tiempo.

Nayeon con sólo escuchar los gemidos de su omega ya estaba estimulada, así que después de varias estocadas, la llenó de su esencia, gimiendo, y volviendo a morder el cuello de la otra, que la abrazó más fuerte contra su cuerpo.

La menor la abrazó, besó la reciente herida, y después se acercó a besar la mejilla de la otra repetidas veces, llevándose un salado sabor por algunas recientes lágrimas del dolor de la mordida.

-¿Todo bien?-Preguntó saliendo de la otra, mirando el hilo de su líquido blanco salir de la entrada de su omega, y después se acostó a su lado, viéndola asentir.

-Nayeon, gracias por llegar a mi vida.

-En tu celo te pones demasiado sentimental.-Dijo riendo, volviendo a apartar varios mechones del cabello de Sana que caían en su frente.

-Ah, eso fue maravilloso.-Llevó sus brazos a su frente, respirando con dificultad, y después la volteó a ver.-Vuelve a metérmelo.

-A tus órdenes.-Y sin la necesidad de otras palabras, Nayeon ya estaba entre las piernas de su esposa, riendo por la reciente palabra utilizada, y la escuchó gemir cuando entró por completo.

Una mano en su nuca, llevándose cabellos entre dedos, y después Sana sonrió.

-Eres mi vida, Nayeon, me haces la persona más feliz del mundo con sólo respirar.-Y Nayeon sonrió, porque sabía que Sana era siempre de pocas palabras y algunas veces odiaba ser cursi, así que sólo rió, la besó, y sintió que comenzó a lagrimear.-¿Estás llorando?

-Es-es sólo que no acostumbras decir estas cosas lindas.-Sonó su nariz, riendo, y limpió sus lágrimas mientras la pelinegra sólo la veía, confundida.

-Literalmente llevamos 5 años casadas y sigues llorando porque te digo algo romántico.-Y Nayeon sólo ocultó su rostro con sus manos mientras la omega se apoyaba en sus codos y subía a su rostro.-¿Dónde fue la Nayeon en celo que literalmente no paraba de mover sus caderas aunque no estuviera dentro de mi? Ahora se volvió MariIm.

Nayeon sólo volvió a sonar su nariz, dispuesta a jugar.

-¿Y dónde está la Sana en celo que gemía como pequeña perra en celo?-Y sólo entrecerró sus ojos, pellizcó su mejilla, y la vio.

-Oh, amor, va a volver a aparecer.-Y la alfa rió, negó, y se acercó a besarla.

-Te amo mucho, Sana.

Y la omega aceptó el beso, sonriendo.

-Yo igual, sólo que empieza a mover esas caderas porque empieza a doler el celo.-Rieron, se vieron por un buen rato, hasta que la pelinegra volvió a hablar.-De verdad Nayeon, duele, haz las maravillas qué haces, ahora.

-No necesitas decirlo dos veces.-Y se besaron, Sana recibiendo una estocada que la hizo gemir alto y aferrarse a los hombros desnudos de su alfa mientras gemía.

Mientras, Nayeon soltaba palabras de amor en su oído mientras finalizaba sus estocadas.

Y eran promesas de amor que durarían para siempre.

Little Bunny~ SaNayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora