Little Bunny~ SaNayeon

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Primero que nada hola, quería decirles que en una o dos semanas creo que seré más activa con las historias estoy a finales de semestre y es un poco difícil con mi tiempo
Espero y puedan entender la razón por la cual tardo en actualizar se que tal vez pierden el interés en las historias cuando se tardan en actualizarse les pido paciencia
Cuidense

🍑🦝-

-KiBum, TaeYong, HaSeul, él es Jinki, ella es Dahyun, él DongHae-. La sonrisa de la mayor hizo sonreír a los otros, que se presentaron de manera debida a la mayor.-Ella es Sana.

-¡Qué linda es! Parece una muñequita.—La única chica dijo, y NaYeon asintió, se acercó a la mayor, y besó su mejilla, haciendo a ambas sonreír. Sólo apenas habían comenzado a comer pero la pelinegra ya se había acercado a hablar con su alfa para susurrar.

-¿Ella es HaSeul?-La Mayor asintió.-Me quiero ir.

-¿Qué? Acabamos de llegar, hace tiempo que no veía a mis amigos.-Un puchero, pero la no la besó. Sólo la veía.

-Me siento incómoda, Nayeon, me quiero ir, ya. -Sus manos en su rostro, suspiró, y después volteó a verla. No le dijo ningún apodo, así que esa cosa iba demasiada seria, y la mencionada sólo relamió sus labios, viendo a la omega. -Está bien.

-¿Qué? Sha, todavía no-

-Me voy primero yo, no te preocupes por mi. -Nayeon no entendió nada, tampoco dijo nada, así que la omega sólo se levantó, agarró su bolso, y salió del establecimiento, dejando más confundida a su alfa cada vez más. Sólo entrecerró su ojos, volteó a ver a sus amigos, pero ellos sólo la vieron.

-Tienes que cuidar a Sana.

-¿Qué?

-Le puede pasar cualquier cosa, tienes que cuidarla siempre o algo malo pasará. -La rubia habló, haciendo a la castaña sentir verdaderamente nerviosa. Sólo sonrió, comenzó a mover su pie, y mordió sus uñas. Sólo tragó saliva, se disculpó, y salió en busca de su omega.

No entendía nada.

Comenzó a caminar de manera agitada por la calle, comenzó a ver a las personas en busca de la pelinegra, y su corazón comenzó a latir de una manera desenfrenada, casi lo sentía latir en su boca, sentía el sudor frío recorrer por todo su cuerpo, sentía los nervios consumirla, sentía todo lo malo en ella en ese momento.

Sólo diviso un lugar donde la gente se comenzó a reunir, veían asombrados al suelo, y ella se apresuro a ir ahí, aunque ese no fuera su objetivo.

Sentía que su cuerpo se movía por si solo, sólo sentía cómo ella caminaba, su corazón latía de su pecho, y las ganas de vomitar se manifestaron en ella al momento de ver el cuerpo de su omega lleno de sangre.

Sana lastimada. Comenzó a gritar y a empujar a la gente de su alrededor mientras gritaba el nombre de la mayor, algunas veces golpeaba, pateaba, y empujaba, pero estaba siendo realmente violenta. Sólo escuchaba su nombre ser repetido varias veces.

—Nayeon, ¡Nayeon!—Y en cuanto vio el rostro de la mayor frente a ella, comenzó a llorar más fuerte a abrazarla.-Amor.

-No dejaré que nada malo te pase.--Sujetaba su cabeza con fuerza y la besaba repetidas veces, tratando de inhalar el olor a cerezas que venía de la mayor pero no percibía nada. -¿Usaste tu jabón de coco?

—Sí, ¿Por?-Nayeon negó.-Nayeon, ¿Qué soñaste?

-No puedo olerte.-Tragó saliva, limpió sus lágrimas con el dorso de su mano, y besó la frente de la mayor.—No dejaré que nada malo te pase, ¿Si?

-¿Qué soñaste?

-Júrame que tú también cuidarás de ti.

-Obviamente, y también cuidaré de ti, ahora у dime, amor, ¿Qué soñaste?

-Soñé algo horrible, no quiero decirlo.— El rostro pensativo de la mayor apareció, y fue la cosa más tierna que Mina podría ver.

Aunque estando con la omega todo era tierno.

-Te digo que soñé yo y me dices tu pesadilla, ¿Si? Un beso en su frente, varios. Cuidaré de tus pensamientos.

-Cuéntame tu sueño.

-Soñé que era una piña que tenía que saltar de nube en nube en forma de flor mientras mi récord era registrado, alcancé 100.—Recostó su cabeza en el pecho de la menor tratando de escuchar los latidos apresurados de su corazón, pero interrumpió que este se movió a reír.

-¿100 puntos?

-Las piñas no saltan, Nayeon, tuve que arreglármelas.-Su mano buscó la mano contraria.-Hicimos un trato, ahora cuéntame tu sueño.

-Soñé que estábamos con mis amigos, pero tuvimos una pequeña pelea y te fuiste.— Tragó saliva tratando de calmarse.- Pero te fuiste y... no sé cómo pero terminabas dañada en el piso de la calle, creo que, muerta.

-Oh...

-Tuve tantas ganas de vomitar, creo que quiero hacerlo ahora.-Tragó saliva, abrazando más fuerte a la mayor, y besó su cabeza. Se sintió tan real que jamás pensé que era una pesadilla.

-Sólo fue una pesadilla, ¿Si?-Su brazo se alargó para intentar abrazar a Nayeon por su hombro y comenzó a acariciarlo, suaves caricias se repartían por su piel, y luego la escuchó suspirar.-Mañana es sábado, o puede que ya es.

—Madrugada.—Asintió. No quiero volver a dormir.

-¿Por qué?

-Tengo miedo de volver a soñarlo. Respiró de una manera fuerte, moviendo su pecho, pero después, sintió como la mayor se elevaba hasta quedar cerca de su rostro.

-Abrázame mientras duermes, ¿Si?-Una sonrisa que logró calmarla por completo, y sonrió, viéndola. No te dejaré de abrazar en ningún momento.

-¿No-

-Aunque te muevas mucho no te soltaré, amor, hasta que despiertes me verás aquí contigo, así que sólo duerme.—Tragó saliva, aliviada, y se apresuró a entrar a los brazos de la mayor que le estaban brindando un cálido abrazo. Un lugar tan cálido. Sólo pudo suspirar de nuevo.

-Te amo mucho.-Sintió un beso en su cabeza, y sonrió. Sonrió demasiado fuerte.

Como se suponía, era alfa, por lo que sus anteriores parejas sólo querían que las abrazara de una manera fuerte, ella siendo el papel de cucharita grande, así que el estar en los brazos de su omega le hizo sentir, de una manera, tan segura. Se sentía confortable, y amaba esa sensación. No era la primera vez que dormía de esa forma con Sana, pero si era de sus primeras veces. Puede que la tercera.

Sólo suspiró, sintió caricias en sus hombros, rostro, y cintura, y comenzó a conciliar su sueño de una manera dulce, inhalando el olor ahora a coco de su omega. Sintió la calma recorrer su cuerpo, la angustia correr hasta salir, y sobre todo, sentía el amor en ese abrazo.

Su corazón ya no latía de miedo, sino de amor, y en menos de cinco minutos, en los brazos de la persona indicada, cayó dormida, en un placentero sueño donde sólo estaban ella y la mujer que la tenía en brazos disfrutando de un pequeño picnic.

Y ahí, lo aseguró. Sana es su predestinada.