Capítulo 2

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Luego de tres semanas de mucho dolor, finalmente Ashlyn despertó. Luego de que le realizaran los exámenes necesarios para saber que todo estaba bien con ella, llegó el momento más difícil de su recuperación: Recibir la noticia de lo sucedido. Al escuchar que su padre había fallecido en el accidente, sintió como su mundo entero se derrumbó por completo.

Pasaron algunas semanas hasta que le dieron el alta en el hospital. Había llegado el momento que su madre esperaba, ambas volverían a casa. Sabía que se aproximaban días o quizá semanas difíciles para ambas, por lo que Raquel se quedó un tiempo a vivir con ellas, para ayudarles en lo que necesitaran y hacer que el ambiente se sintiera más ameno entre madre e hija.

– Bienvenida a casa, ¿Quieres algo de comer? –Le ofreció Camille mientras dejaba su bolso sobre el sillón de la sala– Te prepararé lo que gustes, sé que la comida de hospital no es la mejor.

La voz de Camille sonaba algo desanimada, pero debía ser fuerte por su hija.

– No tengo hambre, quiero recostarme y descansar un poco.

– Pero debes comer algo, Ashlyn. Necesitas retomar fuerzas –Intervino su tía– Vamos, al menos debes probar bocado, no queremos que te suceda nada.

Ashlyn se encontraba subiendo las escaleras, se detuvo un momento y volteó hacia donde se encontraban su madre y su tía.

– No quiero comer, quiero a papá– Su voz se quebró al pronunciar la palabra papá. Bajó su mirada hacía su brazo, ver el yeso que tenía en el brazo izquierdo para ella era un recordatorio constante de lo que había sucedido.– Lo extraño mucho, así no debían ocurrir las cosas. Él me prometió que volveríamos a la casa de la abuela el siguiente verano.

Sorbió su nariz mientras lloraba, Raquel se acercó a ella y la envolvió en un abrazo para tratar de calmarla. Ambas se sentaron en las escaleras, mientras Ashly dejaba a salir a flote sus sentimientos, su tía acariciaba el castaño cabello de la menor con una mano y con la otra la mantenía cerca de ella en un abrazo. Camille, se quedó sentada en el sillón mientras lloraba. Colocó su cabeza entre sus manos, La situación la sobrepasaba y no tenía idea de cómo lidiaría con eso, sabía que el fallecimiento de su exesposo sería algo que estaría presente en su vida y en la de Ashlyn por siempre; en especial sería complicado para su hija debido a que no pudo despedirse de él.

– Yo también lo extraño, muchísimo –Habló Camille entre sollozos– Quisiera poder devolver el tiempo, evitar que todo esto pasara

– Mamá, no pude despedirme de él por estar en el hospital, nunca me lo voy a perdonar –Interrumpió Ashlyn con la voz entrecortada por la falta de aire– Debí estar con él para despedirlo y no pude.

– No es tu culpa, hija. Nada de esto es tu culpa. Ahora necesitas recuperarte y papá hubiera querido eso, que estuvieras bien –Camille se levantó del sillón y se dirigió a la escalera– Por favor, hija, necesitamos ser fuertes, por él.

Estaba por empezar a subir las escaleras cuando Ashlyn la miró y se puso de pie también, alejándose de Raquel. Tenía la esperanza de que bajara y fuera corriendo hacia sus brazos, pero no fue así.

– ¡Él ya no está aquí, nunca estaré bien sin papá!

Salió corriendo escaleras arriba mientras limpiaba su rostro con su mano derecha. Tanto Raquel como Camille se quedaron en silencio, no dijeron nada y escucharon como azotaban una de las puertas del segundo piso. Camille se giró para dirigirse a la cocina por un vaso de agua, pero se detuvo por un momento. Frente a ella se encontraban varias fotografías, algunas eran de Ashlyn y otras de ambas sonriendo.

Entre todas esas fotos, se encontraba una bastante emotiva. Era una foto de la familia completa hacía dos años atrás. Ashlyn se encontraba al centro con una gran sonrisa, algo característico de ella. A la derecha estaba su madre y su padre se encontraba a su izquierda, había sido el último día de campo que habían compartido como una familia, antes del divorcio. Detrás de ellos se encontraba un pequeño lago, el lugar quedaba cerca de la casa de la nana, por lo que aprovechaban las vacaciones para visitar ese lugar. Les gustaba pescar y pasar el rato riendo mientras jugaban entre todos ya fuera dentro o fuera del agua.

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