Capítulo veintitrés

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Kao caminaba con prisa hacia su fraternidad pues ya había oscurecido pero cuando estaba por llegar a la puerta principal, se encontró a su amigo sentado en el frío suelo.

—¿Qué te pasa?, ¿por qué estás aquí llorando?.

—¿Qué te pasa?, ¿por qué estás aquí llorando?

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—E-Es Me-Mew él... él...

—¿Qué te ha hecho?—preguntó su amigo algo nervioso.

El moreno se levantó y le enseñó lo que tenía en su mano.

—Tu diario, al fin lo has encontrado.

Gulf negó con la cabeza, haciendo un puchero.

—Mew lo tenía es-escondido en su almohada...Él lo ha estado leyendo, Pond.

—Oh no...bueno pero te lo ha devuelto, incluso puso el anuncio—dijo su amigo intentado sacarle hierro al asunto.

Gulf volvió a negar con la cabeza.

—¿No lo entiendes?... Él me be-besó y lo hizo por p-pena....—  luego de decir esto echó a correr.

—¡Hey Gulf!, ¡espera!—gritó Kao llamándolo pero su amigo no se paró.

Este llegó a la habitación y dio un portazo, Mew estaba sentado en la cama mirando al suelo y entonces levantó su cabeza al oír el golpe.

—¿Qué coño le has hecho a mi amigo?—preguntó muy enfadado—... ¡me lo he encontrado llorando en el portal y luego se ha ido corriendo!.

El castaño chasqueó la lengua.

—Ha descubierto que yo tenía su diario pero juro que no sabía que era suyo.

—¿Lo has leído?

Este afirmó con la cabeza.

—¿Hace mucho que lo tienes?.

El castaño volvió a asentir.

—¡Joder!... ¿por qué demonios no has puesto el anuncio en cuanto te lo encontraste?, ¿Tú sabes el disgusto que tenía?, ¿Sabes las vueltas que hemos dado buscándolo por todos lados?.

Mew suspiró.

—Lo intenté... pero no sabía que poner y luego lo empecé a leer y me intrigó y quise saber más y más, ya no pude parar... Me olvidé completamente del anuncio hasta que finalmente deseé encontrar a su dueño para ayudarle.

—¿Por eso lo has puesto ahora?.

—Si....yo quería encontrar al chico para ayudarle o conocerlo supongo.

-Joder

-Oye, ¿y como es que te llama Pond en su diario y no Kao?

-Oh bueno...es que ese es mi segundo nombre y a él le gusta nombrarme así, aunque sabe que a mí no me gusta mucho.

-Ah...pobrecillo, leí que sufría tanto pero yo no sabía qu....

Este se detuvo de repente.

—¿Que pasa?—preguntó Kao al ver que se había callado y lo miraba con cara de asombro.

—¿Tú sabías que Gulf me observaba?, ¿qué yo le gusto?.

—Si, si lo sabía... De hecho lo animé muchas veces a que se acercase a ti y le contaba todo sobre ti.

—¡Oh Dios!... estuvo todo el tiempo tan cerca y no lo sabía—exclamó el castaño caminando nervioso por la habitación hasta que de repente se paró.

—¡Los cortes!, ¿tu sabías que se corta?, ¿por qué no le has ayudado con eso?—le reprochó el mayor.

—Si, si lo sabía... me lo contó y me los ha enseñado pero hace semanas que ya no lo hace... Además tú no sabes lo terco que es con eso.

Mew abrió de repente sus ojos del todo y sujetó a su compañero de los brazos.

—¡Llévame a su casa!, ¡Debo ir por él, con esto que ha pasado podría volver a cortarse!.

—¡Oh Dios mío! —exclamó su compañero corriendo hacia la puerta seguido de este.

—¡Espero que lleguemos a tiempo!.

Estos corrieron lo más rápido que pudieron hasta llegar a la puerta de la casa del más bajo, entonces llamaron al timbre una y otra vez, luego tocaron a la puerta gritando su nombre pero este no abrió.

—Quizás no haya venido a casa.

—No tiene otro sitio, ¿a dónde iba a ir a estas horas?.

—¿Y si le pasó algo?.

Kao volvió a gritar y a timbrar pero nada, entonces el castaño desesperado cogió una piedra y la arrojó a la ventana y está se rompió, luego metió la mano para abrirla por adentro y finalmente consiguieron entrar.

Gulf no estaba en el salón, ni en la cocina, rápidamente corrieron escaleras arriba y fueron a su habitación donde al fin lo encontraron.

—¡Oh Dios mío!, ¿qué has hecho?—gritó su amigo viendo toda la sangre.

Rápidamente, Mew deshizo la cama, cogió una de las sábanas y la rompió haciendo dos tiras con las que le vendó fuerte las muñecas para evitar que perdiese más sangre.

—¡Rápido Kao, llama a una ambulancia!.

—Si... si ya voy.

—Gulf, ¿Me oyes?... Gulf... Gulf cariño te pondrás bien...—decía el castaño intentado que este se mantuviese consciente.

Entonces este abrió los ojos.

—V-Vete, de-déjame mo-morir tra-tranquilo.... E-Estoy cansado y qui-quiero i-irme...

—No, eso no sucederá... De ninguna manera voy a hacerlo, ¿entiendes amor?... nunca voy a dejarte ir de mi lado.

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27. El diario -Mewgulf - Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora