Capítulo quince

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Mew y su novia llevaban cuatro días sin hablarse y finalmente este ya había tomado una decisión, por lo que esa mañana se acercó a ella.

...—Sammy, tenemos que hablar.

—Si vienes a pedirme perdón tendrás que esforzarte más, estoy muy dolida con tu actitud—dijo arrogante cruzándose de brazos.

—No, no vengo a pedirte perdón... De hecho he estado pensando y lo mejor es que lo dejemos... Yo ya no t...

—¿¿¿Qué???—gritó molesta—...¿Cómo que dejarlo?, ¡No, no de eso nada!, ¡yo te quiero y no puedes dejarme!, ¡tú me adoras!.

El castaño chasqueó la lengua.

—Esto no funciona Sam—dijo queriendo hacerla entrar en razón—...mira, yo ya no siento lo mismo y creo que no buscamos las mismas cosas... No quiero vivir amargado y enfadado como estos días, ni tampoco quiero que tú lo pases mal.

—¿Es por esa verdad?, Eres un cerdo—le gritó de nuevo— .. ¿quieres dejarlo?… ¡lo dejamos entonces pero luego no vengas pidiendo perdón!.... ¡quizás para entonces ya te haya buscado un reemplazo, como tú ya te has buscado uno!.

—¿Qué dices?, yo no salgo con nadie, esto es entre tú y yo y aquí no hay terceras personas.

—¡Bueno...quizás aún no estés con ella pero lo harás!, ¡se te nota que te gusta otra persona!—le gritó de nuevo—...¡Llevas días ausente y la buscas entre los demás! ¡ya ni te diviertes con nosotros!, ¡ella te ha alejado de mi y del grupo!

Mew bufó molesto.

—¡Realmente estás loca!—gritó  yéndose pues ya estaba más que harto ya de sus inventados reproches.

Minutos después, este entró al aula más relajado pues era como si se hubiese quitado por fin un gran peso de encima.

Holmes entró en el aula y les dijo que irían de nuevo al salón de actos en ese día, rápidamente fueron saliendo del aula y al entrar se fueron sentando siguiendo el orden de los otros cursos, solo que esta vez el castaño ya no se puso al fondo.

Este se sentó con Saint y Mild en los asientos del medio ante la mirada confusa de sus amigos.

—¿Y tú aquí?, ¿Te has perdido o qué?—Preguntó el más alto.

—He terminado con Sammy definitivamente, ¿algo qué decir?

—No... no, emm....cla-claro que no, tú sabrás.

Tras varias actuaciones, le tocó el turno a Gulf y por vez primera, Mew había permanecido atento a todas las exposiciones sin perder de vista a los chicos de primero, los cuales eran los candidatos a dueño del diario.

Sin darse cuenta, este se quedó embelesado mirando al menor pues pensó que estaba muy hermoso vestido con su jersey verde claro, el cual resaltaba sus ojos, con sus pantalones ajustados y su cabello desordenado.

Sus amigos lo miraban sin entender nada y se daban con el codo uno al otro para corroborar que su teoría después de todo, quizás sería cierta.

En cuanto, Gulf empezó a hablar, para el castaño el tiempo se detuvo  completamente, este no pudo dejar de mirar sus labios rosado, su piel canela y su cara perfecta.

Allí subido en el escenario, el más bajo le parecía la criatura más hermosa y tierna del mundo y entonces se sintió un gilipollas por haberse perdido todas las exposiciones anteriores por estar besándose y haciendo él cafre con Sammy.

Realmente, el moreno tenía mucho talento y le parecía un ser bueno e inocente y especial, también creía que era cautivador y admirable, entonces descubrió que le gustaba pero de pronto recordó que había un detalle.

El creía que este estaba interesado en su compañero Kao pues eran inseparables.

Cuando este terminó su actuación, todos aplaudieron pero Mew lo hizo con gran entusiasmado e incluso se levantó y lanzó un par de gritos de alabanza, ante la mirada atónita de sus dos amigos y los demás asistentes.

—Bravo Gulf. Eres increíble.

—Vaya, si que te gustó...¿acaso lo conoces?—preguntó Saint riendo.

—Si...él es Gulf, el novio de mi compañero de habitación— contestó rápidamente sintiendo una profunda tristeza.

Mild miró confuso a este.

—¿Tu compañero es gay?, ¿En serio?, joder nunca lo hubiese pensado...es tan callado y misterioso.

Mew se encogió de hombros.

—Eso parece.

Cuando la clase y las exposiciones terminaron, todos fueron saliendo pero el castaño esperó paciente para así saludar a Gulf y felicitarlo personalmente.

—Hola emm... —dijo sorprendiendo a este—...has estado espectacular.

—Gra-Gracias, ¿en se-serio te gustó?.

—Claro, eres increíble emm... ¿tienes clase ahora?—preguntó mirándolo muy sonriente.

—No, la verdad iba a ir con Po...con Kao.

—Ah claro...si, lo siento, no quiero molestaros, queréis estar solos.

El más bajo lo miró frunciendo el ceño.

—¿Só-Sólos?

—B-Bueno ...si, ¿sois no-novios no?.

—Noooo que va, ¿De dó-dónde sacas eso?, Tan so-solo s-somos amigos.

El mayor sonrió pues sin saber muy bien porqué, sintió una gran alegría en su interior al escuchar eso.

—Entonces... emm, ¿quieres ir a tomar algo conmigo?.

—Y-Yo... ¿con-contigo?.

—Si claro, conmigo—dijo este riendo al ver al más joven tan sorprendido y asustado como un niño pequeño.

—Va-Vale, de a-acuerdo

Los dos fueron a la cafetería y todos los miraban extrañados pero a Mew le dio igual, entonces pidieron dos cafés y dos bollos y se sentaron.

Este iba a empezar a preguntarle cosas para saber de su vida y conocerlo mejor pero entonces sorpresivamente llegó Kao y se sentó con ellos.

—¿Mew?, ¿y tú aquí?, ¿cómo es no estás con tus amigos y tu novia?—preguntó extrañado su compañero.

—Ella ya no es mi novia—contestó algo molesto—... estaba charlando con Gulf de lo bien que lo ha hecho... Me gustó muchísimo su actuación.

Kao y el más bajo se miraron y entonces su compañero le dio con el codo al castaño sonriendo, este no entendió eso pero le dio igual pues tan solo quería conocer más al moreno.

Al llegar a su habitación este entró en el baño y se recostó en la pared, realmente el pequeño chico era el primero por él que sentía una especie de atracción y estaba muy intrigado pues debía descubrir si tan solo era admiración o por el contrario había algo más.

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27. El diario -Mewgulf - Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora